VENEZUELA: Militares se apoderan de Coca-Cola y cerveza

Fuerzas militares de Venezuela se incautaron este viernes de bebidas en depósitos de la transnacional de refrescos Coca-Cola y de la cervecera Polar, la mayor del país, luego de que el gobierno acusara a esas firmas de retener sus productos.

Esa acusación se produjo en el marco del desabastecimiento causado por la huelga o ”paro cívico” con que la oposición busca desalojar del poder al presidente Hugo Chávez desde el 2 de diciembre.

Escenas de violencia acompañaron la acción militar en la industrial ciudad de Valencia, 100 kilómetros al oeste de Caracas, cuando enfurecidas mujeres opositoras se enfrentaron con integrantes de la Guardia Nacional, que condujeron camiones cargados de bebidas fuera de los depósitos.

El general Felipe Acosta, uno de los más leales a Chávez según la prensa opositora venezolana, encabezó la acción contra la embotelladora Panamco, filial de Coca-Cola, y pocas horas después dirigió a sus subordinados hacia depósitos de Polar.

”Guardia, ladrón, ¿dónde está tu honor?” gritaron contra los uniformados varios trabajadores y vecinos, mientras los camiones con Coca-Cola partían hacia depósitos de la Guardia Nacional, y algunas exaltadas opositoras trataban de agredir a los militares.

Los guardias repelieron esa agresión con granadas de gases lacrimógenas, y en un intercambio de golpes varias mujeres cayeron al pavimento, filmadas por cámaras de la opositora televisión privada que transmitieron el incidente en directo a todo el país.

Los uniformados cortaron los candados y cadenas que cerraban los portones de Coca-Cola y Polar. Varios empleados de la firma cervecera se resistieron a entregar las llaves de su depósito, y un gerente trastabilló y cayó al piso.

Los allanamientos se efectuaron por instrucciones de un juez, del Instituto de Defensa del Consumidor y de la Defensoría del Pueblo, ”y por órdenes del presidente de la República”, dijo Acosta mientras recorría los depósitos y bebía ante las cámaras de televisión uno de los productos de los que se apoderó.

En la nororiental isla de Margarita, funcionarios civiles allanaron en forma pacífica otro depósito de Pepsi-Cola.

”No vamos a permitir más atropellos. ¿Dónde está el derecho de propiedad, dónde el estado de Derecho?”, preguntó el presidente de la Cámara de la Industria de Alimentos, Rafael Alfonzo, activo opositor a Chávez.

El gobierno y la oposición se culpan en forma recíproca por la escasez de alimentos, bebidas y otros productos básicos que padece la población desde que comenzó la huelga.

La gasolina y el gas doméstico escasean, y se forman largas filas en busca de esos combustibles, mientras los empresarios de la industria alimentaria atribuyen parte del desabastecimiento a la escasez de transporte y el clima de inseguridad.

Ese fue el argumento con que representantes de Coca-Cola negaron veracidad a la acusación de que retenían sus productos.

”La pequeña cantidad de producto que había en depósito en Valencia no se había podido movilizar por problemas de transporte y seguridad, pues primero que nada debemos velar por nuestra gente”, dijo desde México el portavoz de Coca Cola para América Latina, Rodrigo Calderón.

Calderón deploró la acción militar contra esa firma, que según dijo ”no entra en el juego político”.

En el país se ha puesto de moda la frase ”liberar al oso, la catira (rubia) y el cangrejo”, que aparece en vehículos, paredes y conversaciones cotidianas, en alusión a los símbolos de las hoy escasas tres principales marcas de cerveza.

El general Acosta dijo en el depósito de Coca Cola que a continuación se proponía ”liberar al oso y la catira”. Cuando ocupó la planta de refrescos afrontó resistencia, pero oficialistas saludaron su acción a las puertas de Polar.

La huelga comenzó a flaquear esta semana, al advertir algunos dirigentes políticos y comerciantes que varias empresas pequeñas y medianas empresas corren riesgo de grandes pérdidas de ingresos y empleos, y aun de quiebra, tras tantas semanas de parálisis.

Una asamblea de opositores del sector agroalimentario realizada en Caracas ventiló este viernes la posibilidad de regresar a la producción en algunos rubros esenciales.

Pero todavía es una incógnita si las acciones militares de este viernes conducirán a una radicalización del conflicto.

El negocio de Coca Cola en Venezuela es manejado por la familia Cisneros, uno de cuyos integrantes, el magnate Gustavo Cisneros, con negocios de telecomunicaciones, bancarios e inmobiliarios, ha sido señalado por Chávez como ”el jefe de la conspiración” en su contra.

Por otra parte, Polar es el mayor grupo privado de Venezuela, y produce además de cerveza varios alimentos esenciales, entre ellos la harina de maíz precocida, base para la elaboración de la ”arepa”, una especie de pan muy consumido en el país. (

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