La movilización de campesinos de México contra el libre comercio agrícola con Canadá y Estados Unidos puede dar lugar a una huelga nacional, la primera en la historia moderna del país, advirtió el líder de una poderosa central sindical vinculada con la izquierda política.
La huelga podría ser conovocada en febrero, si el gobierno no acepta la demanda campesina, dijo Francisco Hernández, presidente de la Unión Nacional de Trabajadores, que asegura reunir a más de dos millones de trabajadores.
Mientras, industriales solicitaron este lunes mano dura del gobierno contra las protestas.
Los campesinos se oponen a la segunda de tres etapas de apertura agrícola previstas en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), iniciada el 1 de enero, y reanudaron marchas, el bloqueo de carreteras y protestas ante edificios del gobierno ubicados en la capital, luego de una semana de tregua.
La movilización es promovida por miembros de las principales organizaciones campesinas del país, relacionados con la oposición de izquierda y con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó el país de 1929 a 2000.
Los grupos campesinos amenazaron con interrumpir por completo su diálogo con el gobierno, alegando que las autoridades no están dispuestas a congelar o al menos renegociar el TLCAN.
En la historia moderna de México, los sindicatos nunca realizaron una huelga nacional, entre otros motivos porque la mayor parte de ellos fueron parte de la estructura del gobernante PRI, desplazado del gobierno en 2000 por el actual presidente conservador Vicente Fox.
Los demandantes sostienen que el campo no aguanta más y atribuyen todos sus males a la apertura comercial agrícola pautada por el TLCAN, un bloque comercial integrado desde 1994 por Canadá, Estados Unidos y México.
Entre las protestas realizadas se contó la irrupción de campesinos a caballo en la sede del Poder Legislativo, a fines del año pasado.
Los campesinos paralizarán el país y cerrarán las fronteras si a fines de este mes no se comienza a renegociar el TLCAN, aseguraron los inconformes.
Según cifras oficiales, en la actualidad casi toda la población rural vive por debajo de la línea de pobreza.
En las últimas décadas, Canadá y Estados Unidos subsidiaron a sus productores del campo mientras abrían sus mercados, pero México redujo en ese periodo sus políticas de apoyo a la agricultura.
La inversión pública en fomento rural disminuyó 95,5 por ciento de 1982 a 2001, afirmó el investigador José Luis Calva, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En 1982, cuando el país comenzó a aplicar políticas de apertura comercial, la importación anual de alimentos tenía un valor de 7.790 millones de dólares, y en 2001 el valor de esas importaciones era más de 11.000 millones de dólares por año, destacó.
Especialistas y políticos discuten si la crisis del campo se debe ante todo a la apertura comercial o a una errada estrategia de desarrollo agrícola aplicada por los gobiernos del PRI en los últimos 20 años.
Fox aseguró que el TLCAN es beneficioso para el país y no será renegociado, pero ofreció dialogar con los campesinos para buscar soluciones a sus problemas, y afirmó que se aplicarán todas las medidas y salvaguardas necesarias para defender al sector rural.
Pero el dirigente empresarial Javier Prieto, líder de la Confederación de Cámaras Industriales, demandó este lunes al gobierno actuar con mano dura contra los campesinos y sus aliados.
Los industriales defienden a rajatabla la vigencia del TCLAN, que les permite acceder a insumos importados de menor precio que los locales, y facilita sus exportaciones.
Tras la entrada en vigencia del TLCAN, las exportaciones mexicanas aumentaron de 60.882 millones de dólares en 1994 a 158.442 millones en 2001. En el mismo periodo, las importaciones crecieron de 79.345 a 168.396 millones de dólares.
Hay que buscar la conciliación, pero sólo hasta un punto razonable, aseveró Prieto, quien acusa a los campesinos de actuar bajo consignas electorales.
En julio, se realizarán elecciones en México para renovar una de las dos cámaras legislativas federales.
Cuando hay elecciones en puerta, la movilización social aumenta, pues hay menos posibilidades de represión y los opositores buscan municiones para ganar votos, sostuvo Raúl Trejo, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas.
Las actuales protestas campesinas son organizadas sobre todo por la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas, que reúne a 30 grupos de productores rurales vinculados com partidos de izquierda, y por la Confederación Nacional Campesina, uno de los brazos corporativos del PRI.
Las movilizaciones comenzaron a fines del año pasado, poco antes de que entrara en vigor la segunda fase de apertura agrícola, que implicó eliminar aranceles para 21 productos de los miembros del TLCAN, entre ellos papa, trigo, manzana, cebolla, café y carnes de pollo y becerro.
La primera etapa de esa apertura se aplicó desde la entrada en vigencia del tratado en 1994, y está previsto que la tercera comience en 2008.
En 1993, cuando se negoció el TLCAN, el presidente Carlos Salinas (1988-1994) aceptó el programa de apertura a importaciones agropecuarias con apoyo de las más poderosas organizaciones campesinas del país, pero ahora todas ellas se quejan. (