El estallido de la guerra en Iraq puede debilitar las posiciones del mundo en desarrollo en las negociaciones de la OMC, a culminar en septiembre en México, advirtieron activistas en el Foro Social Mundial que se realiza en Brasil.
No cabe duda de que una victoria de Estados Unidos en ese eventual conflicto bélico tendrá un efecto dramático en las conversaciones de la OMC (Organización Mundial del Comercio) y en otras instancias bilaterales o regionales, dijo Paul Nicholson, de la filial española de la no gubernamental Vía Campesina.
Las dificultades que enfrentan los países en desarrollo en las etapas preliminares de la conferencia ministerial de la OMC en México, fueron examinadas por Nicholson y otros expertos en el Foro Social Mundial (FSM), que este sábado cumplió su tercer día de sesiones en la meridional ciudad brasileña de Porto Alegre.
El seguimiento de una guerra y las consecuentes campañas de resistencia consumirán gran parte de la energía de la sociedad civil, previno Martin Khor, de la Red del Tercer Mundo, una organización no gubernamental con sede en Penang, Malasia.
Khor pronosticó que una guerra puede desviar la atención de los países en desarrollo sobre lo que está ocurriendo en las negociaciones de la OMC, con vistas a la cumbre ministerial a realizarse en septiembre en la sudoccidental ciudad mexicana de Cancún.
De esa manera, Estados Unidos, los países de la Unión Europea y las otras naciones industrializadas conseguirán obligar a los demás gobiernos a aceptar la iniciación de tratativas sobre nuevos asuntos en la OMC, previno.
La OMC, la institución que coordina el funcionamiento del sistema multilateral del comercio, se encuentra en un proceso de negociaciones que tiende a profundizar la liberalización de los mercados.
Las conversaciones principales giran en torno al comercio de productos agrícolas y de servicios, pero también incluyen la aplicación de acuerdos anteriores y del tratamiento especial y diferenciado que reclama el mundo en desarrollo para compensar sus menores envergaduras económicas.
En Cancún, los 145 países que integran la OMC deberán tomar una decisión sobre la pretensión de las naciones industrializadas de abrir negociaciones sobre inversiones, competencia y compras gubernamentales, los tres ”nuevos temas” mencionados por Khor.
Los países del Norte presionan para obtener nuevas normas en la OMC, que fortalezcan el poder de las compañías transnacionales en su intento por absorber los negocios de los agricultores con menor capacidad de producción e industriales de las naciones en desarrollo, interpretó el activista de la Red del Tercer Mundo.
La anterior conferencia ministerial de la OMC, celebrada en 2001 en Doha, la capital de Qatar, permitió a Estados Unidos ”usar el incidente” del 11 de septiembre de ese año – – en referencia al ataque en Nueva York y Washington – – para obligar a los países del Sur a aceptar sus proposiciones, insistió Khor.
Por su parte, Stanley A. Gacek, de la central sindical estadounidense AFL-CIO, exhortó a consolidar la coalición creada por la ”sociedad progresista” de Estados Unidos y Canadá con motivo de la amenaza de guerra contra Iraq.
La actitud belicista del gobierno estadounidense de George W. Bush fortaleció a la sociedad civil y a la opinión pública de ese país, sostuvo Gacek.
El panel de expertos reunidos por el Foro Social Mundial en Porto Alegre examinó también la relación entre las negociaciones de la OMC y las que se realizan para constituir el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que involucra a 34 países de este continente, todos excepto Cuba.
Gacek observó que el proceso de creación del ALCA, donde hasta ahora predominó el paradigma de las inversiones y el comercio, puede sufrir cambios ante la llegada al gobierno de Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva, quien privilegia una integración con énfasis en los aspectos políticos y sociales.
Khor apuntó que existen similitudes entre las negociaciones del ALCA y de la OMC, y recomendó que la sociedad civil y los países en desarrollo sigan simultáneamente con atención la marcha de los dos procesos.
En las etapas previas a la conferencia de Cancún, la sociedad civil deberá alternar el juego de las influencias políticas con las movilizaciones de las organizaciones populares para sostener las demandas de los países del Sur, propuso la estadounidense Lori Wallach, de la organización no gubernamental Public Citizen.
En cada país, la sociedad civil tiene que determinar los métodos con que ejecutará sus campañas de oposición a las nuevas reformas de la OMC, evaluó Wallach. El objetivo es frenar a la OMC e impedir que empeore, dijo.
A su vez, Alejandro Ramos Hernández, del comité creado en Cancún para dar la bienvenida a las organizaciones de la sociedad civil que concurran a la conferencia de la OMC, anunció que el gobierno mexicano ya comenzó los preparativos para evitar el acceso de manifestantes a la sede de la reunión.
Las autoridades mexicanas se disponen a construir un cuartel para alojar a la policía federal preventiva, dijo.
Ramos Herández narró que en las calles de Cancún ya se observa la presencia del grupo especial de policía bautizado como ”robotoks”, pese a que aún faltan ocho meses para la conferencia
Wallach exhortó a los activistas de todo el mundo que viajen a Cancún a solicitar la acreditación para asistir a la conferencia ministerial de la OMC a través de un formulario que se encuentra en el sitio web de la OMC (http.www.wto.org). (FIN/2003)