Portugal aumentó en seis años de 0,21 por ciento a 0,35 por ciento del producto interno bruto su ayuda al desarrollo del Sur, 96,5 por ciento de la cual fue destinada en 2002 a Timor Oriental y a los Países Africanos de Lengua Oficial Portuguesa (Palop).
Ese incremento asistencial a los países en desarrollo es un importante salto adelante de Portugal, que no tiene los mismos niveles de riqueza de la mayoría de sus socios en la Unión Europea (UE), dijo a IPS el vicepresidente del Instituto de Cooperación Portuguesa (ICP), Manuel Correia.
Sólo Holanda y los países escandinavos (Dinamarca, Islandia, Noruega y Suecia) cumplen o se acercan a la meta de aportar 0,7 por ciento del producto interno bruto (PIB) al desarrollo de las economías más desfavorecidas, a la que se comprometió el mundo industrializado, justificó.
Correia lamentó que países tan ricos y poderosos, como Estados Unidos, destinen apenas 0,1 por ciento de su PIB, es decir tres veces y media menos que Portugal.
El mayor énfasis de la cooperación de Portugal está puesto en Timor Oriental, un territorio que fue su colonia por 450 años, ocupado por Indonesia desde 1975 a 1999 y finalmente administrado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) desde ese año y hasta su independencia en mayo de 2002.
En 1999, milicias extremistas favorables a la dominación indonesia y el ejército de ese país en retirada ejecutaron una política de tierra quemada, destruyendo toda la infraestructura de Timor Oriental y gran parte de las casas de su capital, Dili, y de otras ciudades.
La enseñanza del idioma portugués fue eliminada en el último cuarto del siglo XX de las escuelas de ese pequeño país que ocupa el este de la isla de Timor e islotes cercanos y cuenta con casi 900.000 habitantes.
Las mayores premuras y penurias están en Timor, que debe reconstruir el país, recuperar el portugués como lengua oficial, poner en marcha su economía y a funcionar el parlamento y las demás estructuras democráticas, explicó Correia.
Motivos más que suficientes para (que Portugal) destine entre 25 y 30 por ciento del total de la ayuda al desarrollo del Sur, aunque tampoco descuida atender la difícil situación que atraviesan sus ex colonias en Africa, apuntó.
Angola, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique y Santo Tomé- Príncipe, que conforman la comunidad Palop, ya tienen un cuarto de siglo de experiencia de cooperación con Portugal y el balance se puede calificar de muy positivo, pese a que no siempre ha sido fácil, en especial en tiempos de guerras civiles, añadió.
Una buena parte de la ayuda portuguesa a sus antiguas posesiones africanas se destina a la educación y a las fuerzas armadas de esos países.
Cada año egresan de las universidades de Lisboa, Oporto, Coimbra, Evora y Braga unos 500 profesionales de los países Palop y de Timor becados por el estado portugués, a los que se deben sumar los hijos de familias más adineradas, que por su cuenta asisten a esos centros de altos estudios.
Sin embargo, muchos deciden no regresar a sus países de origen, lo cual lamentablemente, perjudica al desarrollo de esas naciones, advirtió Correia.
En cuanto a los ejércitos, la proporción es aplastante. Se calcula que casi 90 por ciento de los oficiales y suboficiales de Palop egresan de la academia militar portuguesa o realizan cursos especializados en Portugal.
También los jefes de las nacientes Fuerzas Armadas y policía de Timor son formados por oficiales lusos.
Mientras, el pequeño porcentaje de 3,5 por ciento que resta de la asistencia portuguesa al desarrollo del Sur se distribuye en la ejecución de proyectos en Namibia, Sudáfrica, Guinea Ecuatorial y a Palestina.
Pero la presencia de Portugal en el mundo de habla lusitana también es de importancia en proyectos culturales, como los ejecutados por fundaciones y organizaciones no gubernamentales en los enclaves indios de Goa, Diu y Damao, el malasio de Malaca y el chino de Macao.
En el caso de Macao, independiente de Lisboa desde diciembre de 1999, no existe una exigencia financiera.
Por el contrario, el acuerdo firmado por Lisboa con Beijing para devolverle Macao estipula que los intereses económicos portugueses serán preservados hasta 2050, incluyendo los inmensos beneficios de los casinos, segundo centro mundial de juego después de la sudoccidental ciudad estadounidense de Las Vegas.
La Fundación Oriente, con sede en Lisboa, funciona con los excedentes de los casinos de Macao, permitiéndole realizar proyectos culturales, en especial destinados a la preservación de la lengua portuguesa en los enclaves y a la restauración de monumentos y antiguas fortalezas de este país en Asia.
En tanto, la cooperación multilateral portuguesa se centra hoy en América Latina, donde apoya junto a España proyectos de informatización que tienen como fin desburocratizar la administración pública de la región y mejorar la calidad de los servicios.
Otra área importante de la cooperación multilateral es la que refiere a la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP), integrada por la propia Portugal, los estados de Palop, Brasil y Timor Oriental.
En este ámbito, Brasil y Portugal, los dos países con mayor capacidad profesional y económica, financian planes conjuntos para la cooperación entre los ocho estados de la CPLP a nivel gubernamental, parlamentario, económico-financiero, salud pública, militar, tecnológico y cultural.
El director de la representación del Parlamento Europeo en Lisboa, Paulo de Almeida Sande, indicó que Portugal, que ya hace 500 años decía que el mestizaje es el diccionario privilegiado de las culturas, muchas veces no se da cuenta del inmenso capital con que cuenta para incrementar sus relaciones internacionales.
Estas relaciones privilegiadas, es una plusvalía que Portugal debe saber presentar ante sus socios en la Unión Europea, para la cooperación con Africa, porque la mayoría de ellos no tienen la menor idea de lo que es esa inmensa región ni saben como se debe caminar en ese continente, concluyó Almeida Sande. (