Movimientos de desempleados de Argentina protestaron este jueves por la situación desesperante que viven las familias más pobres y acusaron al gobierno de desviar fondos de asistencia con fines proselitistas.
Desde el miércoles, integrantes de la Coordinadora Nacional Barrios de Pie, el Bloque Piquetero Nacional, el Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados, la Coordinadora Aníbal Verón y el Movimiento Resistir y Vencer, entre otros, marcharon desde zonas suburbanas y acamparon a las puertas de Buenos Aires.
La marcha se reanudó este jueves por las avenidas de la capital, se detuvo frente a la embajada de Venezuela para expresar solidaridad con la democracia en ese país, y ante la sede diplomática de Estados Unidos en rechazo a una eventual guerra contra Iraq, finalizando en el Ministerio de Trabajo.
La policía estimó en 3.000 la cantidad de manifestantes, pero los organizadores calcularon que 15.000 personas transitaron con sus niños y niñas, seguidas de cerca por fuerzas de seguridad fuertemente armadas, vehículos lanzaguas y helicópteros.
La situación es explosiva entre los más pobres, advirtió Jorge Castells, del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados.
Tenemos miles de familias que no tienen lo mínimo para sobrevivir, que están desesperadas y que no pueden esperar más, están muriendo personas todos los días y para nosotros son como bajas de una guerra que estamos decididos a pelear, alertó Castells, quien encabeza actos frente a supermercados para reclamar alimentos.
El desempleo llegó el año pasado a 21,4 por ciento de la población económicamente activa.
Sin embargo, las cifras oficiales de desempleados bajaron en diciembre a 17,8 por ciento, pues las autoridades consideraron en actividad a casi dos millones de jefes y jefas de hogar sin trabajo, que, según el gobierno, son beneficiarios desde mediados de 2002 de un plan de subsidios.
Esta asistencia, percibida por menos de la mitad de los desempleados, equivale a unos 47 dólares: apenas un tercio de lo que requiere una familia de cuatro integrantes para adquirir una canasta básica de alimentos.
En diálogo con IPS, Jorge Ceballos, líder de la Coordinadora Nacional Barrios de Pie, aseguró que al agravarse la disputa interna del gobernante Partido Justicialista por las candidaturas para los comicios del 27 de abril, dejaron de entregarse unos 200.000 subsidios.
Esta aseveración fue terminantemente desmentida este jueves por la ministra de Trabajo, Graciela Camaño, quien aseguró que la cantidad de planes de asistencia aumentó de 1,8 millones de beneficiarios en diciembre a 1,9 millones este mes.
Los líderes de las organizaciones sociales insisten en que los subsidios se desviaron con fines proselitistas.
Nosotros tenemos los disquetes (discos de computadora) con los montos y los nombres de quienes reciben cada mes, y sabemos que en enero desaparecieron 200.000 beneficiarios de las listas, aseguró Ceballos.
Tenemos la certeza de que (esos fondos) fueron enviados a las provincias para atender a la clientela política del justicialismo, señaló.
Los desocupados también reclamaron por 10.000 aspirantes a los subsidios, inscriptos desde mediados de 2002, pero excluidos inexplicablemente de los planes de asistenacia. La ministra nos dio la razón en noviembre y nos prometió una solución, pero esas familias siguen sin cobrar, subrayó Ceballos.
Además, el movimiento de desempleados considera que este programa es insuficiente y reclama al gobierno de Eduardo Duhalde que el monto mensual se duplique y amplíe sus destinatarios para dar cobertura a jóvenes desempleados, jubilados y parejas sin hijos.
Desde hace meses, las agrupaciones de trabajadores desocupados reclaman a las autoridades medidas para paliar la pobreza extrema, que afecta a casi 11 millones de los 37 millones de habitantes.
Organizaciones de desempleados – – conocidos como piqueteros por los frecuentes bloqueos de carreteras que llevan a cabo – – ven con desesperación que algunas señales de recuperación económica se traducen en beneficios para ahorristas, profesionales, comerciantes y pequeños empresarios.
Pero los más pobres no perciben ningún cambio favorable.
La depresión económica que se agudizó en Argentina hace más de tres años, se convirtió en colapso a fines de 2001, provocando una severa crisis política y social, marcada por las protestas de desempleados, jubilados, ahorradores, empresarios y agricultores.
Terminada la paridad de la moneda con el dólar, la marcada depreciación hizo más competitivas las exportaciones argentinas.
A partir de junio, los precios se estabilizaron, la moneda detuvo su caída y en las últimas semanas comenzó incluso a apreciarse frente al dólar.
Algunos sectores recuperaron cierto grado de actividad por el aumento de las exportaciones o la sustitución de importaciones, y el país retomó las negociaciones con los organismos financieros internacionales.
Los movimientos de piqueteros se reunirán este viernes para acordar una nueva jornada de protesta, que se llevará a cabo en breve, anunció Ceballos.
Las organizaciones, que se movilizan pacíficamente y suelen acampar junto a los caminos, prometieron nuevos cortes de carreteras la próxima semana si el gobierno no da rápida respuesta a sus reclamos. (