El candidato opositor a la presidencia de Kenia, Mwai Kibaki, de 72 años, apareció ante la prensa este miércoles para asegurar que su estado de salud es bueno, dos semanas después de sufrir un accidente de tránsito.
Sentado debajo de un árbol en el jardín de su casa en Nairobi, con su tobillo enyesado, Kibaki manifestó confianza en que derrotará a su rival oficialista Uhuru Kenyatta, hijo del fallecido prócer de la independencia Jomo Kenyatta, en las elecciones del 27 de este mes.
Analistas pronosticaron que Kibaki ganará las elecciones, en lo que constituiría la primera victoria opositora desde la independencia en 1963.
En la conferencia de prensa, Kibaki ya no tenía el collarín y las vendas en el brazo que llevaba el sábado, cuando regresó en avión desde Londres, en silla de ruedas, y fue recibido por decenas de miles de seguidores. El candidato fue atendido en una clínica de la capital británica.
No tengo ninguna duda de que los keniatas ya están convencidos de que quieren a la Coalición Nacional del Arco Iris (NARC) formando el próximo gobierno. Estamos listos para eso, dijo.
Dirigentes de la oficialista Unión Nacional Africana de Kenia (KANU) afirmaron en las últimas semanas que Kibaki estaba demasiado débil para asumir la presidencia.
El candidato de la NARC aprovechó la ocasión para condenar la decisión del gobierno de pagar 57 millones de dólares, el equivalente a 34 por ciento del presupuesto anual del Ministerio de Salud, a empresas que prestaron al Estado servicios que, según la oposición, son ilegítimos.
No honraremos estos contratos acordados con ligereza para pagar deudas que no han sido aprobadas, dijo Kibaki.
Algunas de las facturas tienen una antigüedad de hasta 12 años. Un comité fue instalado para verificar su autenticidad.
Esos gastos no han sido aprobados, según el candidato opositor. Los contratos, muchos de ellos para la construcción de carreteras y para la adquisición de bienes a los que el gobierno nunca accedió, son pagados ilegalmente, aseguró.
Esto es un saqueo del dinero de los contribuyentes, afirmó Kibaki.
En un informe titulado Recursos públicos, propósitos privados, la organizción no gubernamental Transparencia Internacional atribuyó la decisión de pagar esas cuentas a la proximidad de las elecciones.
Las facturas pendientes son, al parecer, el principal canal de transferencia de fondos públicos a manos privadas con propósitos políticos o de otra naturaleza, indica el informe.
El editor de economía del diario Daily Nation, Jaindi Kisero, sostuvo que es un secreto a voces que funcionarios de la Presidencia acamparon en el Tesoro (Ministerio de Economía) para asegurar que se pague a los contratistas, pero sin que se verificara la validez de las facturas.
Las circunstancias sugieren que el dinero ha sido vertido a la campaña electoral del KANU, afirmó Kisero.
El último cambio de gobierno en Kenia fue hace 24 años, cuando el actual mandatario, Daniel Arap Moi, asumió el cargo al morir Jomo Kenyatta, su antecesor, de quien era vicepresidente. (FIN/IPS/tra-eng/ks/mn/mj/ip/02