Trate con respeto a los pequeños animales hundidos a milímetros de sus pies. Mañana, ellos podrían salvar su vida. Científicos contratados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tratarán de averiguar cómo.
En el mundo de las hormigas, termitas y lombrices de tierra, ubicado apenas debajo del suelo, miles de pequeños organismos esperan ser descubiertos por la humanidad, según científicos.
La investigación de esos pequeños animales promete encontrar soluciones a las crisis agrícolas y a muchos otros males de la Tierra, entre ellos el recalentamiento planetario.
Este es el primer proyecto científico con el objetivo de entender la biodiversidad subterránea de los países tropicales, dijo el presidente del grupo técnico del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) creado para estudiar el asunto, Jo Anderson, de la Universidad Exeter.
Anderson explicó que el plan contará con un presupuesto de 26 millones de dólares para investigar la mayor fuente de vida sin explotar que queda en la Tierra en siete países tropicales: Brasil, Costa de Marfil, Kenia, México, India, Indonesia y Uganda.
Pero estudios realizados en los últimos años ya revelaron la increíble diversidad y utilidad de los pequeños seres vivos subterráneos, dijo Anderson.
La tecnología de avanzada desarrollada para analizar el ácido desoxirribonucleico (ADN) sólo estuvo disponible a fines de los años 80 y comienzos de los 90. Ahora, cada día realizamos más y más descubrimientos, dijo a IPS la microbióloga Fátima Moreira, de la brasileña Universidad Federal de Lavras.
Los científicos también han descubierto que la respuesta final al recalentamiento planetario podría estar debajo de la tierra.
Los organismos que viven en la tierra tienen un papel fundamental en la liberación en la atmósfera de dióxido de carbono, metano y otros gases invernadero, a los que la mayoría de los expertos atribuyen el cambio climático.
Por lo tanto, comprender cómo funcionan estas pequeñas criaturas en el ciclo de carbono podría ayudar a la tierra a absorber más gases invernadero en lugar de emitirlos hacia la atmósfera.
Estamos comenzando a descubrir la importancia de las bacterias que absorben el nitrógeno de la atmósfera y lo ponen a disposición de las plantas convirtiéndolo en amonio, dijo Moreira. Si Brasil dominara la reproducción de esas bacterias, obtendría 1.400 millones de dólares anuales, dijo.
Las formas de vida que viven justo debajo de nuestros pies son los organismos peor estudiados del planeta, dijo el director ejecutivo del Pnuma, Klaus Toepfer.
Cuando el público piensa dónde pueden encontrarse nuevas especies, tienden a pensar en las selvas, en los manglares o los picos montañosos, no en unos pocos milímetros debajo de sus pies, afirmó Toepfer.
Los investigadores se están dando cuenta de que los suelos del mundo, en especial los tropicales, están repletos de vida y contienen más especies no descriptas de las que habitan en la superficie de la Tierra, sostuvo.
Cosechar los secretos de este reino subestudiado promete grandes beneficios y conocimientos hacia la meta del desarrollo sustentable y la erradicación de la pobreza. Este es uno de los proyectos más inusuales y curiosos del Pnuma, pero también un de los más absolutamente vitales, agregó Toepfer.
Los científicos que colaboran con el proyecto afirmaron, por ejemplo, que la presencia de lombrices de tierra, termitas y otros organismos mejoran la capacidad de absorción de agua del suelo. Por lo tanto, los suelos que no cuentan con esos organismos son más proclives a secarse y a agotarse.
Eso, a su vez, incrementa el riesgo de inundaciones y erosión, con consecuencias en la calidad del agua de los ríos y en hábitat como los arrecifes de coral.
La investigación demostró que muchos seres que viven en el suelo atacan y neutralizan a plantas, animales y organismos patógenos. Es posible que la promoción de formas de vida subterráneas reduzca las enfermedades de los cultivos, el ganado y los seres humanos, según científicos.
La capacidad de las termitas de digerir suelos duros y ricos en hierro ha sido utilizada para mejorar tierras degradadas en Africa y en Australia. Los científicos comprobaron que el proceso digestivo de esas termitas aumenta significativamente la disponibilidad de nutrientes clave para la agricultura.
Científicos del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Universidad de Sambalpur, en India, descubrieron que, tras la reintroducción de lombrices de tierra, incluidas especies nativas, las cosechas mejoraron 282 por ciento y las ganancias se elevaron hasta 5.500 dólares anuales por hectárea. (FIN/IPS/tra- eng/ss/mj/en dv sc/02