Las mujeres trabajan más que los hombres y perciben menores remuneraciones, según estudios efectuados en países de Europa, América del Norte y de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
En general, en todas esas extensas regiones, las mujeres disponen de menor acceso a la formación profesional, su tiempo para el ocio es más reducido y transcurren más horas trabajando en razón de sus responsabilidades con la familia y el hogar.
Tiina Luige, de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEE-ONU), resumió que, en el trabajo, las diferencias entre los géneros se reflejan en el tiempo dedicado a las necesidades personales, las tareas domésticas, la educación y el ocio.
Las investigaciones comprobaron que las mujeres y los hombres comparten cada día más las tareas del hogar y de la atención de la familia. Sin embargo, cuando se evalúan las horas de trabajo remunerado y también las sin paga, la mujer tiende a trabajar muchas más horas que el hombre.
En España, la posición social de los hombres es cuatro veces superior a la de las mujeres en razón del tiempo dedicado por cada género a las labores del hogar, estableció el estudio del Instituto Nacional de Estadística de ese país, presentado a la sesión sobre estadísticas de género convocada por la CEE-ONU.
La CEE-ONU, una de las cinco comisiones regionales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), promueve la cooperación económica entre sus 55 países miembros, de América del Norte, Europa occidental, central y oriental, y de Asia central.
En la reunión sobre estadísticas de género se examinaron los cambios en el mundo, con atención especial en la transición de la economía planificada a la economía de mercado, como ocurrió en Europa central y oriental y en los países de la desaparecida Unión Soviética que ahora integran la CEI.
Ewa Ruminska-Zimmy, responsable de género y economía en la CEE- ONU, reconoció que en los países en transición se efectuaron profundos cortes en los gastos sociales y que las preocupaciones de género brillaron por su ausencia de los programas políticos y económicos.
Luige subrayó que la doble carga de trabajo que recae sobre las mujeres se observa hasta en los países nórdicos, un área donde la calidad de género ya progresaba bastante bien.
El fenómeno del doble trabajo para la mujer surge inclusive en esos países, que por tradición son socialmente más avanzados, insistió.
Pero esa tendencia aparece nítida en las cifras proporcionadas por el Instituto de Estadísticas de Italia, donde se registra una diferencia muy alta entre el promedio de horas que trabajan las mujeres y los hombres.
En la península italiana, la mujer trabaja por semana 64 horas, mientras que el hombre lo hace sólo 54 horas.
Sin embargo, el informe sobre Italia reveló que la participación mujer italiana en el mercado laboral.
La tasa de actividad de la mujer en Italia en 1999 era inferior en 16 puntos porcentuales comparada con las de Francia y Alemania. Inclusive, era cuatro puntos menor que la de España.
Jorge Graces ascendía en 2001 a 4,4 por ciento, mientras que en los a italiana de estadísticas.
Aunque en comparación con otros países importantes de Europa, sigue siendo muy significativo el atraso de la participación de la mujer italiana en el mercado laboral.
La tasa de actividad de la mujer en Italia en 1999 era inferior en 16 puntos porcentuales comparada con las de Francia y Alemania. Inclusive, era cuatro puntos menor que la de España.
Jorge Graces ascendía en 2001 a 4,4 por ciento, mientras que en los hombres alcanzaba a 2,1 por ciento.
En el periodo 1990-2000, sólo 26,5 por ciento de los estudiantes ingresados a escuelas técnicas fueron mujeres.
En cambio, más niñas, 42,6 por ciento, completan la educación obligatoria, en comparación con 33,4 de los varones. También es mayor la participación de mujeres en la educación secundaria y en las universidades de España.
En el empleo, las españolas representan sólo 39,2 por ciento de la población económicamente activa. La desocupación entre las mujeres alcanzó a 15,2 por ciento, mientras que entre los hombres es de sólo 7,5 por ciento
En España, las remuneraciones percibidas por las mujeres son inferiores en 30,7 por ciento a las de los hombres.
En cuanto a las economías en transición, los estudios presentados en septiembre a la sesión sobre género de la CEE-ONU expusieron que los cambios registrados en esos países tuvieron consecuencias severas sobre la igualdad de género.
En las antiguas economías planificadas de lo que fue el bloque socialista europeo, como en el caso de Polonia expuesto en la sesión, toda la población en edad laboral tenía acceso al empleo y las mujeres a menudo se ocupaban de tareas profesionales, respaldadas por beneficios familiares y atención pública a sus hijos.
Con la nueva era, sobre las mujeres ha recaído gran parte del peso del ajuste verificado en los mercados de trabajo.
Desde 1989, cuando comenzó el derrumbe de los regímenes socialistas, las mujeres de Polonia han tenido un acceso menor a las oportunidades de empleo.
La Constitución de Polonia y las leyes laborales consagran el principio de la igualdad de géneros. Sin embargo, en la práctica esas normas no se observan y existen casos de discriminación en distintas áreas, como en el mercado laboral, dijo Grazyna Marciniak, autora del informe sobre Polonia.
Marciniak observó que las mujeres desempleadas de Polonia tienen mejor educación que los hombres. Cerca de 47 por ciento de las mujeres y sólo 28 por ciento de los hombres cuentan con estudios secundarios o terciarios.
Las remuneraciones que reciben los hombres polacos son superiores en 9,6 por ciento al promedio nacional, mientras las de las mujeres muestran un desnivel de 10,7 por ciento.
La investigadora polaca concluyó con una visión negativa del panorama general para la mujer.
Los cambios registrados en la esfera de la conciencia social y el aumento de las aspiraciones de las mujeres han incrementado las brechas entre las necesidades de una participación activa en la vida pública y profesional y su realización en la práctica, puntualizó. (FIN/IPS/pc/dm/lb hd/02