TECNOLOGIA-VENEZUELA: Premio a la inventiva popular

Un brazo robótico para mover tubos de ensayo, construido con materiales de desecho, obtuvo este miércoles en Venezuela el Premio Nacional a la Inventiva Tecnológica Popular 2002, entre 51 diseños innovadores.

El premio, otorgado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología y dotado con 7.400 dólares, lleva el nombre de Luis Zambrano, un campesino de los Andes venezolanos y escasa educación, que a mediados del siglo XX inventó un teleférico, sistemas de iluminación y máquinas para moler caña y pelar frutas, como servicio a su comunidad.

”No puedo decir cuánto cuesta este brazo robótico porque lo hice con materiales de desecho, como trozos de aluminio, manecillas para subir vidrios de un auto, piezas de equipos de video en desuso y correas y cabezales de impresoras”, explicó el inventor Luis Bastidas a IPS.

Bastidas, un técnico de 38 años, trabaja para compañías de televisión y dedica sus ratos libres a leer revistas científicas y desarrollar artilugios como éste, que sólo mueve tubos de ensayo pero que ”podría desarrollarse para mezclar productos químicos o manejar sustancias tóxicas y desactivar explosivos”, sostuvo.

El brazo se conecta a una computadora y puede moverse de acuerdo al programa informático con que se lo dirija. ”Le agregué además un sistema que ahorra electricidad (para) cuando el brazo no se mueve”, añadió el inventor.

Los otros 50 productos de la inventiva popular, la mayoría exhibidos en el Museo de Ciencias de Caracas, atienden necesidades de la agricultura, la agroindustria, el hogar, la educación, la vialidad, la construcción y el esparcimiento.

Los agrónomos Yelitza García y Saulo Olavarrieta presentaron un sistema de riego para pequeños predios basado en ductos de polietileno y goteros artesanales de alambre y plástico, a partir de un depósito de agua colocado al menos a 2,5 metros sobre el nivel del terreno a irrigar.

”Además de más barato y de manejo más fácil que sistemas que usan goteros desarrollados en Israel, este método ha probado eficacia en reducir el consumo de agua y aumentar la productividad, en comparación con” otras formas de riego artificial, aseveró García a IPS.

Según pruebas realizadas en las mesetas semiáridas de Lara, en el centro y occidente de Venezuela, el goteo artesanal permitió producir por cada metro cúbico de agua administrada, 5,6 kilogramos de tomate, frente a 1,7 kilogramos mediante riego superficial.

Por la misma cantidad de agua, la producción de pimientos fue de 2,7 kilogramos con goteo artesanal frente a 1,7 kilogramos con riego superficial, y se obtuvieron 3,6 kilogramos de melones contra 2,8 kilogramos con el sistema tradicional.

García destacó que esta técnica, desarrollada por la Universidad estatal Lisandro Alvarado, no está destinada a obtener una patente sino a divulgarse ”como una alternativa para los pequeños productores de la zonas donde el problema es el recurso agua”.

Otro agrónomo, Hermann Dale, de los Andes venezolanos, desarrolló una máquina descascaradora de banano que también puede aplicarse en la agroindustria para procesar papayas, guanábanas, nísperos y aguacates.

Según Dale, con su invento ”el proceso es más higiénico, rápido y productivo, porque mientras un operario descascara 50 kilogramos de banano en una hora, con esta máquina puede rendir 230 kilos en el mismo lapso”.

Gerardo Magdaleno diseñó un ”moisés del futuro”, una cuna dotada de sensores de temperatura y llanto, y Roberto Suárez su ”Squalo night star”, o patineta con alas: cuatro ruedas que sostienen una lámina de fibra de vidrio en forma de tiburón achatadado y que permite desplazarse de pie, sentado, arrodillado o en cuclillas.

Silvia Tortoza desarrolló un programa de discos compactos que llamó ”música como auxilio del proceso educativo”, y Amalia Barrios, el juego de mesa ”Carrera en la Historia de Venezuela”, que cuesta apenas más que un libro de texto, y atiende los contenidos de la asignatura en séptimo y octavo grados de enseñanza primaria.

El ceramista Jesús Hernández creó un ladrillo de arcilla vitrificada, por hornearse a una temperatura de 1.000 grados, cuyo diseño cóncavo-convexo facilita la colocación por personal no calificado, al engranar unas piezas con otras, y además no requiere revestimiento.

En Venezuela ”podemos producir ladrillos para cada uno de los cuales se requieren menos de dos centavos de dólar de arcillas de calidad, que no necesitan refuerzo de feldespato o sílice. Es una prueba más de que es posible resolver nuestros problemas de vivienda”, comentó Hernández a IPS.

De acuerdo al censo de 2001, Venezuela tiene 23,2 millones de habitantes y 67,2 millones de viviendas. Sin embargo, el país tiene un déficit de 1,5 millones de viviendas, según estimaciones de organizaciones no gubernamentales.

El viceministro de Ciencia y Tecnología, Rudolph Romer, dijo que su cartera creará un programa para apoyar a los inventores populares.

”Una incubadora de empresas, para que los innovadores puedan desarrollar patentes y negociar sus productos”, explicó Romer. (FIN/IPS/hm/dcl/sc/dv/02

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe

Lo más leído

[wpp heading='Popular Posts' limit=6 range='last24hours' post_type='post' stats_views=0 ]