El comercio electrónico crece en los países en desarrollo a un ritmo menor que la cantidad de usuarios de Internet, estableció un estudio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).
Mientras la parte del mercado correspondiente al comercio entre empresas se mantenga sin progresos en los países en desarrollo, el volumen del intercambio electrónico (mediante la red informática Internet) seguirá siendo insignificante, sostuvo el informe presentado este lunes.
Noventa y cinco por ciento del comercio electrónico corresponde al que se realiza entre compañías, actividad que se conoce como comercio entre empresas, observó el experto de la Unctad, Yusuf Kalindaga.
Pero en los países en desarrollo, si bien el comercio entre empresas supera al minorista, continúa siendo reducido.
La proporción de usuarios de Internet que practican comercio electrónico en los países en desarrollo es inferior al promedio mundial.
Entre las causas de esa diferencia se mencionan el bajo ingreso por habitante, el uso reducido de tarjetas de crédito y otras carencias vitales de productos, servicios e infraestructura.
En América Latina y el Caribe, el comercio electrónico se concentra en cuatro mercados donde Internet tiene un desarrollo relativo: Argentina, Brasil, Chile y México.
Entre 50 y 70 por ciento de las empresas del sector formal de América Latina tienen acceso a Internet. La red es utilizada para contactos de negocios y para acopio de información, pero sólo una minoría de empresas realiza transacciones en línea.
Las mayores compañías transnacionales, en especial las del sector automotor, desempeñan un papel importante en el desarrollo de transacciones en línea de comercio entre empresas, especialmente en Brasil y México.
La brecha entre países en desarrollo e industrializados parece más profunda en términos de volumen de comercio electrónico que en acceso y uso de de la red Internet.
En el plano mundial, el comercio electrónico de bienes y servicios mantuvo en 2001 su ritmo acelerado a despecho de la leve recesión experimentada por la economía de Estados Unidos, el primer mercado del sector, y de las tasas negativas de la actividad económica registradas en Asia oriental y América Latina.
Ese comportamiento sugiere que la influencia de Internet en los negocios, en los gobiernos y en otros aspectos de la sociedad está determinada por consideraciones de largo plazo.
El año pasado fue el primero, desde 1985, en que disminuyeron los embarques de computadoras en todo el mundo. El fenómeno coincidió con la crisis de las industrias de la información y de la comunicación.
El informe recurre a datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) para exponer el rápido crecimiento de Internet. A fines de 2001, los usuarios de la red sumaban 500 millones en todo el mundo. Un año más tarde se elevarán a 655 millones.
A los países en desarrollo les corresponde en este terreno una proporción creciente de los nuevos usuarios de Internet. En 2001, casi un tercio de los nuevos conectados a la red pertenecían a los países en desarrollo.
En cambio, en la mayoría de los países industrializados, la penetración del servicio de Internet se acerca a grados de saturación.
Datos de otras fuentes citados por el informe de la Unctad consignan que la cantidad de usuarios de Internet se eleva en China a 56,6 millones, lo que coloca a ese país en el segundo lugar del mundo según cantidad absoluta de internautas (usuarios de Internet).
Aunque el documento, presentado por el secretario general adjunto de la Unctad, Carlos Fortín, estima alentador el aumento de usuarios de Internet, las tasas de penetración en los países en desarrollo continúan siendo muy bajas.
El porcentaje de la población mundial que usaba Internet a fines de 2001 ascendía a ocho por ciento, un aumento considerable respecto del 6,4 por ciento de 2000. Sin embargo, en los países más avanzados la penetración de Internet llega a 50 por ciento o más.
En Africa, las conexiones a la red mundial de computadoras aumentaron 30 por ciento durante 2001, para alcanzar a 1,3 millones de usuarios.
Sin embargo, datos relativos muestran que sólo uno de cada 118 africanos tiene acceso a la red, y esa relación aumenta a uno cada 440 si se excluyen del cálculo a los cinco países con más cantidad de usuarios.
Excepto en Sudáfrica, el comercio electrónico entre empresas es casi insignificante en el resto del continente. En el sector del comercio minorista, las ofertas de artesanías y de servicios están dirigidas en su gran mayoría a los africanos residentes fuera de sus países.
La región del mundo en desarrollo donde el comercio electrónico se ha expandido con mayor rapidez es Asia y el Pacífico.
Las empresas de la región, en particular las industriales, se ven obligadas a adoptar los métodos de comercio electrónico por la presión de sus clientes de los países industrializados.
En los países con economías en transición, que hasta fines de la década de 1980 tenían sistemas de planificación centralizada, se espera un crecimiento acelerado del comercio electrónico tanto entre empresas como en el sector de consumo.
Pero esos países de Europa central y oriental, no alcanzarán a uno por ciento del comercio electrónico mundial antes de 2005, previno el informe de la Unctad.
En esa región se aprecian diferencias entre las naciones de tecnologías más avanzadas de Europa central y el Báltico, comparadas con las más rezagadas de los Balcanes, el Cáucaso y Asia central.
El informe de la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dedica un capítulo a analizar las posibilidades que ofrece el comercio electrónico a las mujeres de los países en desarrollo.
Los autores del estudio concluyen que esa actividad puede ser una mina de oro para las mujeres de esas regiones, aunque advierte que previamente deberán superarse algunos obstáculos en educación, infraestructura y finanzas.
Las mujeres ya forman parte de la demanda creciente de la contratación externa de servicios, pero se agrupan en el extremo más bajo de la gama técnica y salarial, según la Unctad.
Si las mujeres de los países en desarrollo, junto con sus gobiernos, no se preparan desde ahora, corren el riesgo de ser desplazadas por las nuevas tecnologías, previno el documento. (FIN/IPS/pc/dcl/if/ic/02