YUGOSLAVIA: EEUU paga destrucción de insumos de armas químicas

El gobierno de Yugoslavia decidió destruir todos los materiales que podrían utilizarse para fabricar armas químicas, en un procedimiento que será financiado en su totalidad por Estados Unidos.

”Yugoslavia nunca fabricó ningún arma química. Pero el reingreso del país a la comunidad internacional exigía la eliminación de toda sustancia que pueda ser utilizada para producirlas”, dijo el jefe de la comisión especializada del gobierno, Prvoslav Davinic.

Belgrado se unió a la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPCW) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pero sólo dos años después de la caída del régimen de Slobodan Milosevic (1990-2000).

La pertenencia a la OPCW obliga al país a abrir a la inspección internacional todos los sitios en que puedan fabricarse armas químicas y la destrucción de las sustancias que puedan utilizarse con ese fin, pero que usualmente son empleados para elaborar insecticidas, productos de limpieza y neumáticos.

Yugoslavia nunca fue acusado de producción masiva de armas químicas, pero los adversarios de Milosevic en las guerras por la independencia de Croacia y de Bosnia-Herzegovina (1991-1995) advirtieron que el régimen tenía capacidad para fabricarlas.

Diversos expertos aseguran que las investigaciones gubernamentales sobre armas químicas comenzaron en 1958. La principal instalación se ubicaba en la localidad de Potoci, cerca de la ciudad de Mostar, en el actual territorio de Bosnia- Herzegovina.

Cuando comenzaron las guerras de secesión en Yugoslavia en 1991, las instalaciones y los productos químicos fueron trasladados a Serbia, la principal de las repúblicas de la federación. Milosevic era entonces presidente de Serbia.

Medios de comunicación occidentales sostuvieron que expertos yugoslavos en armas químicas se dirigieron durante el régimen de Milosevic a Iraq, que desarrolló fuertes vínculos de cooperación militar con Belgrado en los años 70 y 80.

El actual gobierno de Yugoslavia, encabezado desde 2000 por Vojislav Kostunica, estableció respecto de las armas químicas una política de transparencia pública, tanto dentro del país como ante organizaciones internacionales.

Inspectores de la OPCW visitaron Yugoslavia en cinco ocasiones para investigar sitios donde en el pasado pudieron producirse armas químicas.

Cinco expertos estadounidenses analizaron la semana pasada varias fábricas de detergente y de neumáticos de Serbia, que aún continúa federada en Yugoslavia con la república de Montenegro.

La inspección incluyó sitios de las centrales ciudades serbias de Cacak y Krusevac, que fueron blanco en 1999 de bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) durante 11 semanas. Ningún cohete de la OTAN hizo impacto en esas instalaciones.

”La visita tenía la finalidad de verificar que las reservas de sustancias que pueden ser utilizadas para fabricar armas químicas pueden ser removidas y destruidas”, dijo Davinic en Krusevac.

El funcionario afirmó que el gobierno estadounidense pagará todo el costo de la destrucción de esas sustancias, a un costo de entre 300.000 y 400.000 dólares. La operación comenzará en enero.

Muchos yugoslavos no están al tanto de las sustancias potencialmente peligrosas almacenadas en sus vecindarios. Pero Davinic dijo que no hay motivo de preocupación.

”Las sustancias almacenadas en nuestras fábricas se usaron sólo en experimentos, tanto para el desarrollo de armas químicas como de medios de defensa civil ante un ataque químico. No se puede desarrollar una máscara antigás efectiva sin saber las amenazas que su usuario puede afrontar”, afirmó el funcionario.

El ejército yugoslavo aseguró en un comunicado que el país no fabricó ninguna arma química. ”La finalidad básica de las instalaciones que teníamos era el desarrollo de sistemas de defensa”, sostuvo.

En un predio de 800 metros cuadrados en Krusevac, rodeado de alambre de púas, descansan 126 contenedores sellados cuyo contenido será destruido. ”Esas sustancias no pueden echarse, simplemente, en el inodoro, por lo que necesitamos ayuda internacional”, dijo Davinic.

”Esperamos que ahora terminen las historias sobre las armas químicas” yugoslavas, concluyó el funcionario. (FIN/IPS/tra- eng/vz/ss/mj/ip/02

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