Catorce oficiales de las Fuerzas Armadas de Venezuela, sin mando de tropa, se declararon este martes en rebeldía contra el presidente Hugo Chávez e instaron a la desobediencia civil, pero el gobierno aseguró que el país está en calma.
El grupo rebelde, a través de un comunicado leído en pantallas de la televisión privada, se declaró en desobediencia al régimen dictatorial de Chávez, llamó a sus compañeros de armas a seguir su ejemplo e invitó a la población a reunirse por la noche en la plaza Altamira, ubicada en un barrio de clase media de Caracas.
Sin embargo, el vicepresidente José Vicente Rangel aseguró que la situación en todos los estados y reparticiones militares del país es de absoluta calma y normalidad, y anunció que los oficiales que divulgaron el comunicado serán objeto de medidas legales en las próximas horas, calmadamente y sin atropellos.
El pronunciamento fue protagonizado por 14 oficiales en actividad del ejército, la armada, la aviación y la guardia nacional, todos ellos sometidos a juicio acusados de haber participado en el frustrado golpe de estado del 12 de abril, que alejó a Chávez del gobierno por dos días.
Informes de prensa indicaron días atrás que estos militares, que permanecen sin destino desde abril, serían pasados a retiro en poco tiempo más.
Este movimiento de militares se produjo un día después que 34 partidos y grupos de oposición, reunidos en la Coordinadora Democrática, junto a empresarios y sindicatos convocaran una huelga general de 12 horas en demanda de la renuncia de Chávez o el adelanto de las elecciones, que tuvo un parcial acatamiento.
Una marcha multitudinaria también en reclamo de cambio de gobierno, la cuarta de su tipo tras el golpe de estado de abril, recorrió las calles de Caracas el 10 de este mes.
Chávez respondió tres días después a la oposición con una gran concentración de similares características, también en la capital del país.
El comunicado militar de este martes, en el que se pide a los venezolanos respaldo para ese grupo de las Fuerzas Armadas por todos los medios a su alcance, fue leído por el general de división del ejército Enrique Medina, quien en abril se desempeñaba como agregado militar en Washington.
Medina aseveró que las Fuerza Armadas son democráticas y repudian un golpe de estado o un autogolpe.
El texto añade que los oficiales en rebeldía exigen al alto mando militar que no adelanten acciones, que signifiquen derramamiento de sangre de los venezolanos, a la vez que invitaron a sus compañeros de armas a sumarse a esta jornada.
Los militares rebeldes acusaron al gobierno de Chávez de desencadenar la más brutal corrupción, de la cual conocemos sólo los más sonados casos, así como de triplicar la pobreza, liquidar programas sociales, politizar las Fuerzas Armadas y allanar hogares de manera totalmente injustificada.
Los militares rebeldes también brindaron su pleno respaldo a la sociedad civil, que con acciones como la marcha del 10 de octubre y el exitoso paro del 21 expresó su rechazo a un gobierno que intenta establecer un régimen contrario a los valores democráticos.
Finalmente, declararon la plaza Altamira territorio liberado, de la fuerza armada institucional.
Según Chávez, la marcha callejera y la huelga de esta semana ocultaban una intención golpista, repitiendo el libreto de abril.
Con ese argumento, el presidente justificó los movimientos de tropas de los últimos días en que la oposición se movilizó, esta vez sin que se registraran incidentes de importancia.
El presidente de la Asamblea Nacional (parlamento), Willian Lara, dijo que el pronunciamiento de los militares con el general Medina quema los últimos cartuchos de los golpistas en el seno de las Fuerzas Armadas.
Por su parte, el diputado Tarek Saab, también oficialista, sostuvo que los militares rebeldes son gente que no le dice nada al país, mientras que su par Ismael García dijo que el general que quiera ser presidente que se quite las charreteras y vaya a buscar los votos.
El general Medina y varios de sus compañeros que emitieron el comunicado de este martes han realizado abundantes declaraciones a la prensa en los últimos meses, con fuertes críticas a Chávez y al actual alto mando militar.
En cambio, el dirigente del opositor socialcristiano César Pérez Vivas consideró que el pronunciamiento de Medina es una consecuencia de la Constitución de 1999 (impulsada por Chávez) que dio capacidad al sector militar para que pueda deliberar públicamente.
Pérez Vivas evocó los últimos casos e los generales Raúl Baduel, del ejército, y Felipe Acosta, de la guardia nacional, que han hablado con la prensa y en actos públicos en favor de los Círculos Bolivarianos, una organización civil que respalda a Chávez.
Acosta, en una entrevista realizada horas antes de que Medina leyera el comunicado, aseguró que esos llamados nadie los oye ni los lee. No van a lograr su objetivo de poner a las Fuerzas Armadas contra la Constitución.
En momentos en que los uniformados rebeldes leían su comunicado, el parlamento deliberaba normalmente, en una sesión en la que se discutió reformas a la ley electoral y otra que pauta el presupuesto del estado para 2003.
Mientras, centenares de opositores acudieron a la plaza Altamira al caer la noche de este martes para escuchar discursos de los oficiales rebeldes, pero en las ciudades del interior que son asiento de grandes unidades militares reinaba la normalidad, según reportes de radioemisoras locales. (FIN/IPS/hm/dm/ip/02
