TAILANDIA: Fallo sobre patentes beneficia a pacientes de VIH/sida

El gobierno de Tailandia comenzó este viernes la producción de píldoras cruciales para tratar el VIH/sida, a un tercio del precio de las equivalentes patentadas por la transnacional Bristol-Myers-Squibb (BMS), gracias a un fallo judicial.

Las píldoras contienen didanosina o ddI, un medicamento antirretroviral de eficacia comprobadada para frenar el desarrollo del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), causado por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).

La producción de didanosina por parte de la Organización Farmacéutica Gubernamental (OFG) fue habilitada por un fallo judicial del 1 de este mes.

Ese fallo se produjo tras una demanda presentada el 9 de mayo del año pasado por la no gubernamental Fundación Acceso (a medicamentos contra el sida) y dos activistas por la salud, contra la renovación en 1997 de la patente en cuestión por parte de BMS, con sede en Estados Unidos.

La firma farmacéutica había patentado el medicamente por primera vez en 1992, para su producción en píldoras de cinco a 100 miligramos. Cuando renovó la patente, obtuvo exclusividad para fabricar también píldoras con otras dosis.

El tribunal de Bangkok ante el cual se presentó la demanda aceptó la tesis de que esa expansión era ilegal, y ordenó a BMS limitarse a la producción especificada en la patente original.

Eso implica que otros productores, entre ellos la OFG, pueden fabricar y vender el medicamento en píldoras con dosis de menos de cinco o más de 100 miligramos.

Hasta ahora, la OFG sólo producía ddI en polvo, para no violar la patente de la transnacional, pero el medicamento en esa forma es más difícil de administrar y tiene más efectos colaterales adversos.

BMS tiene plazo para apelar el fallo hasta el 31 de este mes, y representantes de la firma en Tailandia dijeron a periodistas que eso depende de sus autoridades centrales en Estados Unidos, las cuales no han anunciado una decisión en la materia.

El director de la OFG, Thongchai Thawichachart, informó que esa agencia estatal fabricará píldoras de ddI con dosis de cuatro y de 125 miligramos mientras la transnacional no presente una apelación.

”Esperamos que esta primera victoria judicial establezca un precedente beneficioso para otros grupos de activistas y pacientes”, comentó el director ejecutivo de la Fundación Acceso, Nimit Tienudom.

El precio de cada píldora de 125 miligramos producida por la OFG no será más de 46 centavos de dólar, o sea unos 0,36 centavos por miligramo, indicó.

BMS vende píldoras de 25, 50 y 100 miligramos, a un centavo por miligramo, y su anulada ampliación de patente le permitió producir otras de 250 y 400 miligramos, con precios de algo más de 1,1 dólares por miligramo.

En la actualidad, el precio de los medicamentos antirretrovirales de firmas transnacionales los hace inaccesibles para más de 95 por ciento del millón de infectados por VIH en el país, que tiene unos 61 millones de habitantes.

El tratamiento con tres antirretrovirales considerado el mejor recurso disponible contra la enfermedad está fuera del alcance de la mayoría de los infectados del mundo en desarrollo, porque cuesta unos 10.000 dólares anuales por paciente si se realiza con medicamentos patentados por transnacionales.

Ese alto precio es una consecuencia del monopolio legal de la producción de muchos antirretrovirales con que cuentan las mayores firmas farmacéuticas, debido a estrictas leyes de patentes.

Los esfuerzos tailandeses para lograr precios menores de los medicamentos contra el VIH/sida comenzaron en 1999, con una manifestación de protesta frente al Ministerio de Salud Pública convocada por la Fundación Acceso, la Red de Persona que Viven con VIH y otras organizaciones no gubernamentales.

Esos esfuerzos fueron apoyados por una campaña mundial contra la política de precios aplicada para esos medicamentos por las grandes transnacionales, las cuales alegan que deben recuperar inversiones en investigación y desarrollo de esos productos, para poder avanzar hacia el hallazgo de otros aun más eficaces.

Esas transnacionales y Washington presionaron con éxito a Bangkok para que no apelara a acuerdos de la Organización Mundial del Comercio que permiten a gobiernos obligar a las firmas a conceder licencias para producción local de medicamentos, si los mismos son indispensables en situaciones de crisis sanitaria.

De todos modos, el Ministerio de Salud Pública ha intentado aprovechar otras oportunidades para que los afectados por VIH/sida dispongan de antirretrovirales de alta calidad a precios accesibles.

Entre esos intentos estuvieron la producción por parte de la OFG de didanosina en polvo y de antirretrovirales como la zidovudina, más conocida como AZT, para cuya venta en el país no se han otorgado patentes a firmas privadas.

Las iniciativas del gobierno y el efecto de la presión para que las transnacionales reduzcan el precio de sus productos ha determinado en los últimos años una gran disminución del costo del tratamiento del VIH/sida en el país.

”Hace unos años, el precio mensual de un tratamiento era casi 600 dólares, y en la actualidad es unos 27 dólares”, aunque eso varía según los medicamentos necesarios en cada caso, indicó Samran Thakan, fundador de la Asociación de Amigos Nueva Vida, un grupo de autoayuda de infectados por el VIH del norte del país.

Pero el tratamiento aún es inaccesible para muchos tailandeses cuyos problemas de pobreza y desempleo no sólo les impiden comprar los medicamentos que necesitan, sino que también debilitan su autoestima, un factor muy importante para la supervivencia a largo plazo de los infectados por VIH, añadió.

”Mi organización aplaude la distribución de medicamentos baratos por parte del gobierno, pero las autoridades deben hacer más que eso”, dijo a IPS el activista Bunnium Wongchaikham, de la Red Septentrional de Personas que Viven con VIH, en la ciudad de Chiang Mai, al norte del país.

El gobierno es responsable de ”cuidar en forma integral la salud de los pacientes, a los cuales debe brindar ininterrumpido acceso a médicos y tratamiento, así como periódico asesoramiento”, afirmó.

Grupos de activistas piden que el tratamiento del VIH/sida sea incluido en un programa de atención médica subsidiada, que cuesta a los beneficiarios sólo 69 centavos de dólar por cada visita al hospital, lanzado el año pasado por el gobierno.

El Ministerio de Salud Pública prometió acceder a esa demanda si su costo de producción mensual de medicamentos para un tratamiento promedio contra el VIH/sida descendía a menos de 57 dólares por paciente, y ese requisito se cumple gracias al fallo contra la ampliación de patente de BMS.

Grupos de activistas anunciaron que el Ministerio de Salud Pública comenzaría a implementar este viernes un programa experimental de distribución de medicamentos antirretrovirales. (FIN/IPS/tra-eng/ss/js/aag/mp/he/02

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