SALUD-PERU: El pan será más delgado, pero también sano

La campaña de una organización de consumidores contra el uso en la industria panificadora peruana de bromato de potasio, un aditivo considerado cancerígeno, logró finalmente vencer la resistencia del gobierno, que lo declaró no apto para el consumo humano.

El bromato de potasio es empleado para aumentar y mejorar la consistencia de la masa de pan y pasteles y favorecer así su presentación y reducir el costo del consumo de energía en la cocción.

”Aparentemente, la reticencia oficial en la promulgación de la norma obedecía a la presión de los importadores de harina”, explicó a IPS el abogado Jaime Delgado, presidente de la Asociación Peruana de Consumidores (Aspec), responsable de la campaña.

Delgado, a modo de ejemplo, comentó que, previo a la decisión del gobierno de Alejandro Toledo, se supo que estaba en camino hacia el centroccidental puerto del Callao un embarque de 7.000 toneladas de harina para panificación, conteniendo bromato de potasio.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó el bromato de potasio en su lista de sustancias nocivas para los humanos, debido a que su ingestión prolongada puede causar vómitos, diarreas, daños renales, efectos mutagénicos, destrucción de la vitamina B1, además de inhibir la disponibilidad del hierro y degradar el ácido fólico.

Por su parte, la Agencia Internacional de Investigación para el Cáncer (IARC) reconoció que su consumo incrementa los riesgos de contraer esa enfermedad en el estómago.

Las recomendaciones de la OMS y de IARC han sido acatadas hasta ahora por Europa, Estados Unidos, Canadá y la mayoría de las naciones asiáticas y africanas, mientras que en América del Sur lo han hecho Argentina, Brasil, Colombia, Uruguay y Venezuela.

Sin embargo, Perú había mantenido sin alteraciones el permiso de utilizar el aditivo cancerígeno, pese a esporádicas denuncias de organizaciones sanitarias y de consumidores.

Una situación que permaneció así hasta el 13 de septiembre, cuando comenzó la campaña de Aspec y la mayoría de los medios de comunicación se hicieron eco, provocando una notoria disminución del consumo de pan y presión sobre el gobierno para que prohibiera el uso del bromato de potasio.

Esa sustancia comenzó a ser utilizada en el mundo en 1914, pues se descubrió que durante la fermentación y horneado del pan se modifican las proteínas y genera un gluten más elástico, que absorbe mayor cantidad de agua, retiene más dióxido de carbono y, por consiguiente, aumenta el volumen de la masa de ese alimento.

Pero un investigador japonés descubrió en 1982, tras experimentos de laboratorio con animales, que ese aditivo químico es un agente cancerígeno.

Así, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), en base a esas investigaciones, recomendó en 1983 prohibir el uso de bromato de potasio en la elaboración de productos alimenticios.

El director del departamento de Salud Ambiental del Ministerio de Salud, Percy Chávez, declaró al diario La Razón que, ”pese a la resolución emitida el 10 de este mes, se dará 90 días de plazo a las empresas harineras y panificadoras para que agoten sus actuales reservas de harina”.

La norma del gobierno no establece ningún plazo para el comienzo de aplicación de la medida, aunque se entiende que rige desde el 11 de este mes, es decir al día siguiente de la promulgación de la resolución respectiva del gobierno.

La disposición gubernamental tampoco incluye sanción alguna, pero Delgado asegura que cabe aplicar la ley de protección al consumidor, que establece multas de hasta 300.000 soles (unos 83.000 dólares).

El ministro de Salud, Fernando Carbone, admitió a una radio de Lima que la comisión de estudio nombrada por su cartera había confirmado que el bromato de potasio era cancerígeno.

”Si se acumula en el organismo puede tener efectos cancerígenos para algunas personas”, indicó Carbone.

Agregó que, si bien ningún laboratorio peruano había efectuado pruebas sobre la toxicidad de la sustancia, existían informes científicos internacionales ”recientes” que alertaban sobre el riesgo de consumo de ese aditivo en el pan y otros alimentos.

El sindicato de Panaderos La Estrella del Perú respaldó en todo momento la campaña de la Aspec y sus portavoces precisaron que habían denunciado el uso del bromato ya en 1991.

La Estrella del Perú, creado hace 93 años, es uno de los sindicatos más antiguos del país y tuvo entre sus asesores en la década del 30 al escritor José Carlos Mariátegui, considerado el padre del socialismo peruano y fundador del Partido Comunista.

”Desde hace más de 12 años, casi todo el pan que se elabora en Lima contiene bromato de potasio, que convierte el pan en un peligroso agente cancerígeno”, señaló el secretario general del sindicato de panaderos, Pedro Vicente Torrejón.

El gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000) ignoró la denuncia realizada por Estrella del Perú en 1991 pese a que se sustentaba en los estudios de la FAO sobre los peligros del uso alimenticio del bromato de potasio.

”Tampoco el gobierno de Toledo hizo caso a nuestras denuncias, que repetimos el año pasado y que ahora, gracias a la campaña desplegada por la Aspec, ha conseguido que se prohiba el bromato”, puntualizó Torrejón.

El sindicalista entiende que ”la responsabilidad del empleo del bromato recae integramente en los importadores de harina y en los fabricantes de las máquinas de amasar”.

Afirmó que el bromato de potasio no es adicionado por las empresas fabricantes de pan sino que ”viene en la harina vendida por las grandes empresas molineras y los importadores” de ese producto.

Torrejón explicó que ”los fabricantes de amasadoras automáticas de pan recomiendan el empleo de la harina con mejoradores con el argumento de que pueden prescindir de los trabajadores que amasan manualmente la harina”.

Mientras, las tres cadenas de supermercados existentes en Lima se plegaron a la campaña de la Aspec contra el bromato de potasio, con la colocación de grandes carteles donde aseguran que el pan a la venta en esos comercios no contiene dicha sustancia.

Las panaderías de algunos barios de Lima, ante la visible reducción del consumo y gracias al respaldo de algunas municipalidades locales, se comprometieron con Aspec a prescindir de las harinas con bromato de potasio.

Jaime Delgado informó que Aspec apelará a la presión de los usuarios, ”que ha demostrado mayor eficacia que las autoridades”, para vigilar que no se utilice más el bromato en la elaboración de panes y pasteles.

”Compraremos pan sin previo aviso en cualquier panadería para que sea analizado en laboratorios universitarios, y pegaremos en las puertas de los establecimientos los informes al respecto”, prometio el dirigente de Aspec. (FIN/IPS/al/dm/he/02

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