Ningún partido alcanzó la mayoría absoluta en las polémicas elecciones legislativas de Pakistán, según los resultados parciales publicados este viernes.
El partido que respalda al gobierno militar de Pervez Musharraf lleva una leve ventaja, pero deberá negociar una coalición para formar gobierno, según el recuento de votos de dos tercios de las circunscripciones.
Mientras, los partidos islámicos y antiestadounidenses sorprendieron al ganar el control de las regiones fronterizas con Afganistán, y el Partido del Pueblo de Pakistán (PPP), de la proscripta y exiliada ex primera ministra Benazir Bhutto, también tuvo un fuerte desempeño.
Con 179 de los 272 escaños parlamentarios decididos, la promilitar Liga Musulmana de Pakistán Quaid-e-Azam (LMP-QA) había obtenido 56 asientos, el PPP, 42, la alianza religiosa Muttahida Majlis-e-Amal (MMA), 35, y la Liga Musulmana de Pakistán (LMP) liderada por el también proscripto y exiliado ex primer ministro Nawaz Sharif, 12.
Los restantes 26 escaños decididos corresponden a grupos menores y candidatos independientes.
La LMP-QA lleva la delantera en Punjab, la provincia más poblada de Pakistán, seguido por el PPP.
Grupos opositores y de derechos humanos criticaron los comicios del jueves porque los principales líderes de oposición están proscriptos y los militares se aseguraron su preponderancia mediante una serie de reformas constitucionales consideradas ilegítimas.
El presidente Musharraf, que tomó el poder en 1999, se aseguró un periodo adicional de cinco años en el poder mediante un polémico referendo el pasado abril, e hizo aprobar 29 enmiendas constitucionales que no podrán ser revisadas ni derogadas por el próximo parlamento.
Las enmiendas otorgan a los militares mayor influencia en la política mediante la creación de un Consejo de Seguridad Nacional supraparlamentario, que Musharraf mismo encabezará, y a través de la facultad presidencial de disolver la asamblea nacional, entre otros poderes.
Por esa razón, cualesquiera sean los resultados definitivos de la elección y de las negociaciones para formar una coalición, los críticos creen que los militares continuarán dominando la política pakistaní.
El gobierno invirtió en la LMP-QA y la fortaleció a través de los medios electrónicos controlados por el Estado, por eso no puedo imaginar que se permita a otro partido formar gobierno, manifestó Abdul Rahman, que votó al político independiente Imran Khan.
La LMP-QA es un grupo separado de la Liga Musulmana de Pakistán encabezada por Sharif, a quien Musharraf derrocó hace tres años.
Parece improbable que los partidos religiosos puedan unirse a la LMP-QA en una coalición, dada su fuerte oposición a la política exterior proestadounidense de Musharraf, en especial a su respaldo a la guerra contra el terrorismo del presidente George W. Bush.
La coalición de partidos musulmanes se prepara para formar gobierno en la sudoccidental provincia de Baluchistán, fronteriza con Afganistán, donde se sospecha que se ocultan miembros de las organizaciones extremistas islámicas Al-Qaeda y Talibán.
Voté por el Islam. Elegí el 'libro', dijo Sakina Khaoon, residente de Karachi Company, un vecindario de la capital habitado por empleados públicos.
El libro es el símbolo electoral del islamista MMA, que llamó a la ciudadanía a votar contra la política proestadounidense de Musharraf, contra su respaldo a los ataques a Afganistán y lo que algunos consideran blandura en la larga disputa con la India por Cachemira.
Votamos por recuperar nuestra dignidad y soberanía, que Musharraf vendió a los estadounidenses y a Occidente, dijo otro votante del MMA, Hafiz Ahmed Hassan, quien llevaba una gorra con la leyenda Allah-o-Akbar (Dios es grande).
Qazi Hussain Ahmed, portavoz del MMA, dijo que el amplio sentimiento antiestadounidense jugó a favor de la alianza islamista.
Tampoco parece probable que quienes esgrimieron su voto contra el régimen de Musharraf acepten una unión de sus partidos a los grupos políticos promilitares.
Musharraf se pasa hablando sobre el buen trabajo que ha hecho para el pueblo. Debería venir a mi casa y ver qué difícil es vivir con lo que ganamos, dijo Lalarukh, tras votar por primera vez en las primeras elecciones generales desde el golpe militar de octubre de 1999.
Si pagamos la educación de nuestros hijos, no tenemos dinero para pagar las cuentas de los servicios, agregó Lalarukh, para quien la vida se hizo más difícil bajo el régimen militar de Musharraf.
La principal causa de las penurias es la creciente carestía. El servicio eléctrico aumentó 11 veces desde 1999, y el precio de los combustibles muchísimas veces, mientras los salarios son de miseria, dijo Umeed Khan luego de salir del centro de votación en Said Pur, aldea de las afueras de Islamabad.
Informes iniciales señalaron que sólo concurrieron a las urnas cerca de 40 por ciento de los 72 millones de ciudadanos habilitados, hecho que opositores atribuyeron a las restricciones impuestas por Musharraf a la campaña electoral.
Nos impresionó la movilización popular pese a las restricciones a las actividades políticas, que prácticamente impidieron cualquier contacto de los ciudadanos con sus partidos en los últimos tres años, comentó Nayyar Bokhari, candidato del PPP en Islamabad. (FIN/IPS/tra-en/mr/aag/js/mlm/02