Las mujeres obtuvieron más escaños en los últimos comicios legislativos de Pakistán que en cualquier elección general realizada en este país de Asia meridional desde su fundación, pero eso no asegura la promoción de sus derechos.
También el número de mujeres candidatas fue récord, aunque esto no garantiza las reformas necesarias para defender los derechos de la mujer en este país islámico conservador, en especial ahora que los partidos religiosos aumentaron su representación parlamentaria, advirtieron activistas.
De todos modos, los números son alentadores. Los resultados preliminares anunciados por la Comisión Electoral indican que 13 mujeres obtuvieron escaños no reservados en la Asamblea Nacional de 342 miembros: nueve de la provincia de Punjab, tres de Sindh y una de Balochistán.
Esas 13 representantes se suman a otras 60 elegidas para ocupar escaños especialmente reservados para mujeres en la asamblea nacional, y asignados a cada partido en proporción a su desempeño electoral.
La elección del jueves 10 demostró que el movimiento por los derechos de la mujer ha tenido un avance significativo a través de los años, declaró Hadia Nusrat, activista del grupo ActionAid Pakistán.
Cualquiera sea su origen familiar, lo importante es que 13 mujeres fueron elegidas en una sociedad dominada por los hombres mediante el voto general, destacó Nusrat.
Diecisiete por ciento de los escaños en cada una de las cuatro asambleas provinciales también fueron reservados para mujeres, y 11 resultaron elegidas para esos asientos.
Sin embargo, ninguna mujer fue elegida para escaños no reservados en la Provincia de la Frontera Noroccidental, donde la alianza de partidos islámicos Muttahida Majlis-e-Amal (MMA) obtuvo una mayoría abrumadora.
Todas las mujeres que ganaron un lugar en el parlamento nacional o los provinciales pertenecían a otros partidos políticos, principalmente a la promilitar Liga Musulmana de Pakistán QA y el Partido del Pueblo de Pakistán, que obtuvieron la mayor cantidad de votos.
En 1970, nueve mujeres se postularon para las elecciones nacionales, pero no obtuvieron ningún escaño. Siete años después, una sola mujer se presentó como candidata a los comicios en la Provincia de la Frontera Noroccidental y ganó.
Una mujer de las 15 candidatas a las elecciones sin partidos celebradas en 1985 bajo la dictadura del general Zia ul Haq logró un asiento, y tres años después, sólo cuatro mujeres ganaron escaños en los comicios generales, entre ellas Benazir Bhutto, que luego sería primera ministra, y su madre, Nusrat Bhutto.
En las elecciones generales de 1990, sólo dos de 13 candidatas lograron un lugar en la Asamblea Nacional.
En 1993, sólo cuatro mujeres, incluidas las dos Bhutto, triunfaron en las elecciones sobre un total de 16 postulantes, y en 1997, seis de 34 accedieron al cargo para el cual se postulaban.
La organización feminista Aurat Foundation advirtió que el peligro del ascenso del derechista MMA podría ser mayor que el impacto de las ganancias electorales de las mujeres en los comicios del pasado jueves.
Tememos que la derecha ponga en riesgo los objetivos de potenciación y emancipación de la mujer, porque sus líderes adoptaron un lenguaje amenazante contra los grupos feministas en sus campañas electorales, expresó Alia Tahirkheli, de la fundación.
Además, las mujeres políticas no necesariamente se preocupan por los derechos de la mujer, dado que muchas de ellas representan a partidos políticos que ofrecen poco o nada en materia de igualdad de género, observó.
Si esas legisladoras se guían sólo por los programas de sus partidos, no podrán hacer mucho por solucionar los problemas de la mujer en este país, dijo Tahirkheli.
Otras activistas advirtieron que el origen de elite de muchas de las mujeres elegidas podría obrar en contra de la promoción de cuestiones de género.
Parece, por el origen familiar de las ganadoras, que fortalecerán a las familias políticas tradicionales, comentó Farzana Bari, directora del Centro de Estudios de la Mujer, de Islamabad.
Las activistas creen que las mujeres que ganaron escaños reservados tendrán un papel limitado, no sólo por su origen social y afiliación partidaria, sino por el proceso electoral indirecto por el que fueron elegidas.
En ausencia de sus propias circunscripciones, es muy probable que dependan de los líderes masculinos de sus partidos, opinó Bari.
Sin embargo, al mismo tiempo deberán ocuparse de problemas de la mujer para legitimar su ocupación del cargo, dado que están en asientos que fueron reservados para mujeres con el fin de aumentar su representación política, agregó. (FIN/IPS/tra-en/mr/aag/js/mlm/ip/02