PAKISTAN: El factor Afganistán beneficia a partidos islámicos

El resultado de las elecciones legislativas de Pakistán fue el primer efecto directo de la presión de Estados Unidos después del 11 de setiembre de 2001 en la vida política de un país musulmán.

Los partidos islámicos de derecha dieron la mayor sorpresa en los polémicos comicios parlamentarios del jueves 10, al conquistar el tercer lugar y constituirse en la fuerza que definirá la coalición de gobierno.

Los grupos políticos están inmersos en intensas negociaciones para formar un gobierno, porque ninguno obtuvo la mayoría absoluta en las elecciones de la semana pasada.

La Liga Musulmana de Pakistán Quaid-e-Azam, partidaria del régimen militar, y el Partido del Pueblo de Pakistán, de la proscripta y exiliada ex primera ministra Benazir Bhutto, son las principales fuerzas del parlamento, con 77 y 63 escaños respectivamente.

Pero ambos partidos tienen que atraer a gran parte de los 29 legisladores independientes y a Muttahida Majlis-E-Amal (MMA, Frente Unido de Acción), una alianza antiestadounidense de cinco partidos islámicos que obtuvo 45 escaños.

MMA rechaza el respaldo del gobierno del general Pervez Musharraf a la guerra contra el terrorismo declarada por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y en especial, condena el apoyo de Islamabad al ataque hace un año al vecino Afganistán para derrocar al régimen Talibán, su antiguo aliado.

En una sorprendente coincidencia, mientras las encuestas a boca de urna daban a conocer el triunfo de los partidos religiosos, el Congreso estadounidense otorgaba una carta blanca a Bush para atacar Iraq, al que Washington acusa de fabricar armas de destrucción masiva con fines terroristas.

Al día siguiente, el diario estadounidense The New York Times publicó que los planes del Pentágono (Departamento de Defensa estadounidense) para Iraq incluyen una ocupación militar al estilo de Japón, con un general estadounidense al frente, luego del derrocamiento de Saddam Hussein.

Paradójicamente, las políticas de la administración Bush hacia el mundo musulmán pueden haber ayudado a la alianza islámica MMA a obtener el mayor número de votos para un partido religioso en la historia de Pakistán.

Sin duda, la derecha religiosa se benefició del sentimiento antiestadounidense generado luego del bombardeo de Estados Unidos en Afganistán y de los actuales planes de Washington para atacar, invadir y ocupar Iraq.

Aunque la reacción ante el importante lugar conquistado por el MMA fue de alarma en Occidente, cabe recordar que el sentimiento antiestadounidense es probablemente menor en Pakistán que en Francia, Alemania o Canadá.

Las mayores manifestaciones contra un ataque de Estados Unidos a Iraq tuvieron lugar en Londres, Berlín y París, e incluso en grandes ciudades estadounidenses, pero no en un país musulmán.

El MMA representa a un importante sector de la opinión pública pakistaní, y se expresará en el ámbito del gobierno y el parlamento.

Lo más importante es que ahora los partidos islámicos serán parte del sistema, y no elementos externos que traten de desestabilizarlo, como ocurrió durante la mayor parte de la década de 1990.

La declaración el día 13 de un portavoz del MMA es un importante indicador de lo que vendrá: ”Estamos listos para cooperar con Estados Unidos en la guerra contra el terrorismo, pero ese país no debe esperar nuestro apoyo en una guerra contra el Islam o los musulmanes”, dijo.

Asimismo, el MMA podría ayudar a promover la armonía intercomunal en Pakistán, dado que la alianza incluye a casi todos los subgrupos musulmanes.

La mayor amenaza a la seguridad de Pakistán no es externa sino interna y procede del extremismo sectario que se ha cobrado numerosas vidas en los últimos 15 años, en especial por asesinatos selectivos de chiítas y sunitas.

Las elecciones, consideradas por la oposición como una estrategia del régimen militar para perpetuarse en el poder, revelaron también un cambio de tendencia.

En el pasado, los partidos políticos se beneficiaban electoralmente de la adopción de una línea dura contra la rival y vecina India, pero esta vez el ”factor India” concitó mucha menos atención.

En su lugar, el ”factor Afganistán” adquirió gran importancia, como quedó demostrado en la victoria del MMA en las provincias de la Frontera Noroccidental y Balochistán, fronterizas con ese país.

Esas provincias están habitadas por 20 millones de patanes (pashtuns), la etnia mayoritaria en Pakistán y la del derrocado grupo Talibán de Afganistán. (FIN/IPS/tra-en/mh/aag/js/mlm/ip/02

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