Dirigentes del islámico Partido de Justicia y Desarrollo (PJD) de Marruecos aseguran que su espectacular avance en las elecciones parlamentarias del mes pasado no los llevará a promover el fundamentalismo.
Somos un partido moderado que apoya el sistema político vigente de monarquía constitucional, y no tiene base el temor a que el PJD presione por el establecimiento de un régimen islámico, enfatizó el líder del partido, Abdelilah Benkirane.
Los dirigentes del partido no aceptan ser comparados con el Frente Islámico de Salvación de Argelia, que iba camino de una amplia victoria electoral en 1992 cuando el gobierno lo ilegalizó y anuló los comicios, con respaldo del ejército.
Marruecos no es Argelia. Nuestra realidad constitucional y política es distinta, alegó Benkirane.
La monarquía constitucional y el pluripartidismo marroquíes son una eficaz defensa contra avances de grupos islámicos radicales como los que desestabilizaron a los cercanos Argelia, Egipto y Sudán, según expertos en política regional.
La Constitución aceptada por todos los actores políticos, incluyendo al PJD, define al rey como 'comandante de los creyentes' (musulmanes), señaló el comentarista político Abderrazzak Hatim.
No hay temor al extremismo islámico porque el PJD ha aceptado no sobrepasar ciertos límites, y entre sus compromisos está abstenerse de proponer la aplicación de la shariá (ley islámica), indicó un funcionario cercano al rey Muhammad VI.
Esos compromisos tienen especial importancia en la coyuntura internacional posterior a los atentados en Estados Unidos del 11 de septiembre de 2001, porque el gobierno estadounidense identifica a extremistas islámicos como responsables de esos atentados, y dirige contra ellos una campaña internacional.
El PJD pasó a ser el tercero de los 26 partidos presentes en la Cámara de Representantes, con 42 legisladores en un total de 325, sólo ocho menos que los de la Unión Socialista de Fuerzas Populares, del primer ministro Abderrahmane Youssoufi, y seis menos que el nacionalista Partido Istiqlal.
Ese resultado de los comicios del 27 de septiembre triplicó la presencia parlamentaria del PJD, que ocupaba 14 bancas desde las elecciones parlamentarias de 1997.
El avance podría haber sido mayor si el PJD hubiera presentado candidatos en las 91 circunscripciones electorales, en vez de presentarlos en sólo 52, comentó el subsecretario general del partido, Saad-Eddine Othmani.
Tenemos informes de que querían votarnos muchos electores de circunscripciones en las cuales no presentamos candidatos. La gente nos quiere porque se identifica con nuestro carácter islámico, añadió.
El PJD fue fundado en 1967, y mantuvo un programa derechista sin connotaciones religiosas hasta comienzos de los años 90, cuando se afiliaron a él grandes cantidades de jóvenes militantes de la organización Chabiba Islamya (Juventud Islámica), muchos de los cuales están entre sus actuales dirigentes.
El partido de Benkirane realiza importantes acciones caritativas, y se ha ganado una reputación de partido confiable, al adoptar los valores islámicos de formalidad, honradez y responsabilidad en el manejo de asuntos públicos, afirmó Hatim.
Otra razón del crecimiento del PJD es la creciente decepción de los votantes ante el gobierno de la Unión Socialista de Fuerzas Populares, opinó el analista político Ahmed Iraqui.
El apoyo electoral al PJD fue un voto contra los partidos izquierdistas, y en especial contra el del primer ministro Youssoufi, sostuvo.
Youssoufi encabeza desde 1998 una coalición centroizquierdista criticada por no resolver importantes problemas de desempleo y pobreza.
El desempleo afecta a 23 por ciento de la población económicamente activa, y más de 20 por ciento de los 30 millones de habitantes del país viven con menos de un dólar diario. (FIN/IPS/tra-eng/na/ss/mp/ip cr/02
