Una amplia coalición de partidos keniatas se formó esta semana para enfrentar en las elecciones presidenciales de diciembre al candidato elegido por el actual mandatario, Daniel arap Moi, quien gobierna el país desde 1978.
Moi lidera la Unión Nacional Africana de Kenia (KANU, por sus siglas en inglés), que ha gobernado el país desde la independencia del dominio colonial británico en 1963.
Este año, Moi eligió como candidato a sucederlo a Uhuru Kenyatta, hijo del líder de la independencia Jomo Kenyatta, quien gobernó de 1963 hasta su muerte en 1978.
Pero Uhuru Kenyatta tiene escasos antecedentes políticos, y muchos piensan que Moi se propone controlarlo y mantenerse en el poder. Otros dirigentes de la KANU que deseaban ser candidatos formaron una corriente disidente llamada Alianza Arcoiris, que formó el Partido Liberal Democrático.
A su vez, el Partido Liberal Democrático llegó a un acuerdo con las dos mayores fuerzas políticas opositoras, la Alianza Nacional por el Cambio y la Coalición Popular de Kenia, para formar la Coalición Nacional Arcoiris (NRC, por sus siglas en inglés) y presentar un candidato común contra Kenyatta.
Eso implica que sumen sus fuerzas los partidos que ocuparon del segundo al quinto lugar en las últimas elecciones generales, realizadas en 1997.
En esos comicios y en los anteriores, realizados en 1992, los partidos opositores sumaron más de 60 por ciento de los votos, pero Moi fue reelegido en ambas ocasiones, porque sus adversarios estaban divididos entre sí, y el sistema electoral vigente determinó que la KANU obtuviera mayorías parlamentarias.
Ahora los dirigentes opositores dicen que aprendieron la lección, y que han dejado de lado sus ambiciones personales con el objetivo de derrotar a la KANU y a Moi.
La NRC realizó el lunes su primer acto público, en Nairobi, que resultó uno de los mayores en la historia del país. Los entusiastas asistentes corearon Moi debe irse y Todo es posible sin Moi, entre otras consignas.
Hoy, las plegarias de los keniatas han sido respondidas, comentó Charity Ngilu, la principal dirigente del Partido Nacional de Kenia, uno de los integrantes de la NRC.
Cada uno de nosotros querría ser presidente, pero vimos que el pueblo de Kenia quiere que trabajemos en equipo, y hemos asumido que es necesario unirnos. Nada volverá a separarnos, aseguró.
No importa qué lugar ocupará cada uno. Lo que importa es liberar a esta nación, y ningún interés personal se sobrepondrá al interés popular, añadió.
La NRC prometió que anunciará su candidatura a la presidencia en su próximo acto público, cuya fecha aún no se ha fijado.
Moi se esforzó para que Kenyatta fuera el único postulante a la candidatura presidencial de la KANU, y destituyó al vicepresidente George Saitoti cuando éste anunció que aspiraba a esa candidatura.
Cuatro aspirantes a la presidencia abandonaron la KANU, y otros dos fueron presionados con éxito por Moi para que desistieran de sus aspiraciones, de modo que Kenyatta fue proclamado sin oposición como candidato el lunes por la Conferencia Nacional de Delegados del partido gobernante.
Kenyatta dijo tras ser elegido como candidato que la unidad del partido fue puesta a prueba.
El camino hacia la Asamblea Nacional fue largo y difícil, y siete dirigentes expresaron su interés en la candidatura, pero sólo tres de ellos están aquí hoy, señaló.
Los ausentes plantearon muchas demandas, entre ellas voto secreto (para elegir a los delegados y al candidato), votación directa en la base (para seleccionar al candidato), postergación de la nominación, eliminación de algunas exigencias para ser candidato, y revisión de la lista de delegados, apuntó Kenyatta.
Además de considerar esas demandas, la dirección del partido se desvió del camino para tratar de convencerlos de volver al redil y participar en el proceso de nominación. No tuvimos éxito, comentó.
Compañeros delegados, la democracia no es sinónimo de que cada uno haga lo que quiera, y llega un momento en que es preciso que los caminos se separen, concluyó.
Moi alegó que el alejamiento de disidentes tuvo escasa importancia.
Unas pocas personas del Partido del Desarrollo Nacional (un grupo opositor que se fusionó con la KANU en marzo, y cuyos ex miembros se sumaron a la escisión) decidieron volver a donde estaban antes de unírsenos, junto con algunas personas más, pero eso no significa que la KANU se haya dividido. No se dividió, arguyó el presidente.
Las semanas previas a mi nominación fueron estropeadas por la estridencia de poses políticas que pusieron a prueba nuestra unidad. Pero pienso que nuestro partido pasó la prueba y salió de ella fortalecido, con su tradición de consenso intacta, aseveró Kenyatta. (FIN/IPS/tra-eng/ks/mn/mp/ip/02