JAPON-COREA DEL NORTE: Secuestrados de visita en su propio país

Cinco de los 13 japoneses secuestrados por Corea del Norte hace un cuarto de siglo para que enseñaran su idioma a agentes de inteligencia cumplen una visita a su país natal, aunque sin aportar información relevante sobre su situación ni respecto de los cautivos que fallecieron

Los japoneses brindaron una cálida bienvenida a sus cinco compatriotas —dos parejas y una mujer—, pero la alegría se convirtió en desilusión. La prensa atribuyó la cautela de los visitantes al temor de que Pyongyang tome represalias contra ellos o contra sus familiares en Corea del Norte.

Se trata de los únicos sobrevivientes confirmados entre las 13 personas que Corea del Norte admitió haber secuestrado en los años 70 y 80 con la intención de que entrenaran a sus espías para que se hicieran pasar por japoneses.

Los secuestrados se reunieron con sus familiares el jueves, pero el 27 de este mes regresarán a Corea del Norte, donde viven sus hijos.

El presidente norcoreano Kim Jong Il admitió el 17 de septiembre los secuestros y pidió disculpas en persona al primer ministro japonés Junichiro Koizumi.

Los secuestrados sobrevivientes, que participaron en varias conferencias de prensa, aportaron escasa información a las familias de los supuestos ocho fallecidos, con quienes también se reunieron.

”No nos miraban de frente. Cuando ellos hablaban, bajaban la mirada. Estoy feliz de que hayan regresado, pero desilusionado por su reacción”, dijo Shiego Iizuka, de 64 años, cuya hermana Yaeko Taguchi fue secuestrada en junio de 1978. El régimen norcoreano asegura que Taguchi murió.

Los secuestrados afirmaron que todos ellos adoptaron nombres coreanos, hablaban solo en coreano y que, a pesar de que vivían cerca unos de otros, nunca se comunicaban con sus vecinos ni les revelaron a nadie su verdadera identidad, ni siquiera su nacionalidad japonesa.

Los cinco visitantes aseguraron que no sufrieron ningún tipo de violencia en manos de los norcoreanos y que fueron tratados con respeto.

”El gobierno japonés le pidió al norcoreano que nos dejaran regresar. El gobierno norcoreano nos sugirió que visitáramos a nuestros familiares, y por eso estamos aquí”, dijo Yasushi Chimura, de 47 años, en una reunión en su ciudad natal de Fukui, 350 kilómetros al oeste de Tokio.

Chimura, quien dijo trabajar en Corea del Norte como traductor, y su esposa Hamamoto, también de 47 años, eran novios en el momento del secuestro, cometido cuando paseaban por una playa de Fukui.

Estuvieron separados más de un año hasta que se les permitió casarse en noviembre de 1979, y hoy tienen tres hijos nacidos en Corea del Norte.

Las localidades japonesas donde vivían los secuestrados sobrevivientes organizaron celebraciones.

El centro de enseñanza media Sado entregó un diploma a Hitomi Sago, de 43 años, secuestrada en agosto de 1978, cuando tenía 19. Hoy vive en Pyongyang con sus dos hijos y con su marido, un soldado estadounidense que desertó en 1965.

La prensa japonesa sostuvo que los secuestrados sobrevivientes retienen información sobre su vida en Corea del Norte y sobre el destino de los supuestos fallecidos porque temen que sus hijos o ellos mismos sufran represalias.

El diario Asahi Shimbun informó el jueves que cada uno de los visitantes es acompañado permanentemente por un funcionario asignado por el gobierno, con la finalidad de impedir que los presionen para que contesten las persistentes incógnitas que rodean el caso.

Sin embargo, los secuestrados sobrevivientes brindaron algunas pistas aisladas sobre la víctima más conocida, Megumi Yokota, que tenía 13 años cuando fue capturada por agentes norcoreanos en 1971.

Yokota, la desaparecida más joven de la lista, se casó con un norcoreano y tuvo una hija antes de suicidarse en 1993 en un centro psiquiátrico, según investigadores japoneses.

Hitomi Soga sostuvo que vivió con Yokota, que solía ir con ella al cine y que la vio llevando a su hija en un cochecito de bebé.

Otros sobrevivientes dijeron a la familia Yokota que conocían a la joven, quien parecía tranquila pero débil, y que habían oido rumores sobre su muerte.

Pero la madre de Megumi Yokota, Sakie, no cree esa versión. ”Mi hija está viva, y ninguno de los secuestrados confirmó su muerte. Seguiremos luchando”, dijo.

El experto Toshi Shigemura, de la Universidad Takushoku, sostuvo que el gobierno japonés pretende concentrar la atención en el caso de Yokota para ayudar a Corea del Norte a normalizar las relaciones bilaterales.

”Corea del Norte, desesperada por financiamiento, está dispuesta a aclarar rápidamente el caso de Yokota para obtener ayuda económica de Japón”, dijo Shigemura.

Pero Tokio no se apresurará a brindar asistencia, pues la visita de los secuestrados sobrevivientes sólo logró azuzar en el público japonés el deseo de recibir información precisa y de venganza, según el experto.

Funcionarios de los dos países volverán a reunirse el 29 de este mes en Kuala Lumpur. Japón desea, además, que Corea del Norte deje sin efecto su programa de desarrollo de armas nucleares. (FIN/IPS/tra-eng/sk/aag/js/mj/ip hd/02

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