INDONESIA: Clero musulmán toma distancia de atentados de Bali

Clérigos musulmanes de Indonesia se abstienen de comentar en sus mezquitas los atentados del 12 de octubre en la meridional isla de Bali, con el argumento de que se trata de hechos ajenos a la religión.

Sin embargo, las autoridades los atribuyeron a extremistas islámicos. Casi 200 personas murieron en los atentados de Bali.

Esos episodios ”no son un asunto religioso en ningún sentido”, afirmó el clérigo Salim Umar, de la meridional ciudad de Bandung.

Los responsables de muchas mezquitas prefieren concentrarse en los preparativos del mes sagrado islámico del Ramadán, dedicado al ayuno y la oración, que comenzará a mediados del mes próximo según el calendario musulmán, explicó Umar.

”Los integrantes de nuestra congregación no quieren discutir la cuestión (de los atentados). Muchas personas tienden a intercambiar acusaciones y a buscar culpables, y no queremos participar en eso”, alegó.

Las acusaciones contra extremistas islámicos en relación con los ataques en Bali perturban a muchos de los 187 millones de musulmanes indonesios, que son 85 por ciento de la población y constituyen el mayor contingente de creyentes de esa religión en un país, comentó Asep Saeful Muhtadi, de la institución religiosa Pusat Dakwah Indonesia (Centro Indonesio de Oración).

”Nuestra religión enseña a evitar los prejuicios contra personas o grupo”, dijo en alusión a funcionarios de seguridad indonesios que vincularon los atentados con las organizaciones extremistas islámicas Al Qaeda (La Base) o Jemaah Islamiya, sin mencionar evidencia que apoyara esas acusaciones.

Al Qaeda, dirigida por el saudita Osama bin Laden, es señalada por el gobierno estadounidense como responsable de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, y Jemaah Islamiyah es una organización creada para impulsar la creación de un Estado islámico que abarque gran parte del Sudeste Asiático.

”Por otra parte, aun si radicales islámicos estuvieran detrás del incidente, ellos no representan a los musulmanes indonesios”, enfatizó Muhtadi.

Las dos mayores organizaciones musulmanas indonesias, Nahdlatul Ulama y Muhammadiyah, son también dos de las mayores del mundo, y ”nada tienen que ver con actividades terroristas”, señaló.

Nahdlatul Ulama tiene unos 40 millones de integrantes, y Muhammadiyah unos 30 millones.

La policía indonesia arrestó el domingo a Abu Bakar Ba'asyir, de 64 años, director de una escuela islámica en la meridional provincia de Java Oriental y presunto dirigente de Jemaah Islamiyah, bajo cargos relacionados con atentados mediante explosivos en el Sudeste Asiático y con un plan para asesinar el año pasado a la presidenta Megawati Sukarnoputri.

Sin embargo, las fuerzas de seguridad indicaron que el arresto de Ba'asyir's no significa que sea sospechoso en relación con los ataques en Bali, ni que vaya a ser encarcelado.

Ba'asyir es acusado por Washington de estar relacionado con Omar al-Faruq, presunto agente de Al Qaeda arrestado en junio en Yakarta y entregado luego a autoridades estadounidenses.

Evidencia proporcionada por Al-Faruq vincula a Jemaah Islamiyah con atentados realizados mediante bombas en el Sudeste Asiático desde el 11 de septiembre de 2001.

También fue arrestado, bajo cargos similares a los presentados contra Ba'asyir, Habib Rizieq, dirigente de la organización Frente de Defensores del Islam.

Pocos dudan de que ambos arrestos se debieron a creciente presión de Estados Unidos, Australia y Gran Bretaña para que Yakarta reprima a radicales islámicos.

La mayoría de los muertos en Bali fueron turistas australianos, y Londres es el principal aliado de Washington en la campaña internacional antiterrorista lanzada tras los atentados de septiembre de 2001.

”Todos sabemos que la policía era presionada desde otros países para que lo arrestara (a Ba'asyir). También sabemos que nuestra policía ni siquiera es capaz de investigar con acierto pequeños atentados con explosivos en Yakarta”, afirmó Muhtadi.

Medios de comunicación locales sostienen desde hace meses que Ba'asyir y Rizieq son amenazas para el gobierno, pero esos dirigentes no fueron arrestados hasta que hubo presión extranjera tras los atentados en Bali, destacó.

La respuesta de la policía a los ataques en Bali se debe a prejuicios demostrados durante más de una década, aseguró el académico musulmán Fachry Ali.

Bali es un centro turístico internacional, y ”hace más de 10 años que locales nocturnos de la isla actúan en forma racista, al impedir el ingreso de indonesios, sin que la policía intervenga contra esa ilegal práctica”, arguyó.

La presidenta firmó el viernes un decreto de emergencia que otorga poderes a la policía para mantener bajo arresto durante una semana a sospechosos de terrorismo, sin presentar cargos contra ellos, y a prolongar periodos de detención con base en informes reservados de Inteligencia.

Las penas aplicables a quienes cometan actos terroristas o amenacen con cometerlos aumentaron para incluir cárcel de por vida y fusilamiento.

Las mayores organizaciones musulmanas del país indicaron que aceptaban las nuevas normas, pero el subsecretario general de Nahdlatul Ulama, Masduki Baidlowi, comentó que las autoridades deben actuar con base en claras evidencias y procurar que no se cometan abusos.

El presidente de Muhammadiyah, Syafii Maarif, expresó confianza en que no se arrestará en forma injusta a musulmanes.

Hace algunos años, ”potencias occidentales criticaban a Malasia por sus leyes antiterrotistas, que consideraban violatorias de los derechos humanos”, señaló el profesor Moeflich Hasbullah, de la Universidad Islámica Estatal de Bandung.

En la actualidad, esas potencias ”elogian la legislación malasia, y exhortan a Indonesia a imitarla. De modo que los criterios humanitarios cambian, según los intereses occidentales”, añadió. (FIN/IPS/tra-eng/ky/aag/js/mp/ip cr/02

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