INDONESIA: Atentado acorrala al gobierno

La presidenta de Indonesia, Megawati Sukarnoputri, se verá en dificultades para evitar excesos en la lucha contra el extremismo religioso tras los atentados del sábado en Bali, en que murieron 187 personas y más de 300 resultaron heridas.

El ministro de Defensa, Matori Abdul Djalil, sostuvo este lunes que sus sospechas apuntaban a la red islámica Al Qaeda, a la que Estados Unidos acusa de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.

”Este incidente me hace creer que una red de Al Qaeda opera en Indonesia”, dijo Matori. En las últimas semanas, las autoridades de Filipinas, Malasia y Singapur detuvieron a decenas de personas sospechosas de vínculos con la organización islámica, liderada por el magnate saudita Osama bin Laden.

Los atentados cometidos con dos coches-bomba en el distrito balinés de Kuta tendrán consecuencias negativas en la economía indonesia, en particular en el sector turístico.

Indonesia tiene la mayor comunidad musulmana del mundo, pues 88 por ciento de sus 217 millones de habitantes profesan esta religión.

Sukarnoputri se comprometió a investigar a fondo los atentados, pero deberá tener cuidado de no causar enojo entre organizaciones religiosas musulmanas que ya la acusaban de alinearse demasiado con Estados Unidos en su ”guerra contra el terrorismo”.

”La comunidad internacional considera a Megawati incapaz de lidiar con los fundamentalistas, que, a su vez, creen que ella se alió con Estados Unidos en su guerra contra el Islam”, dijo el analista político Fachry Alí.

Informes periodísticos indican que los atentados en Balí fueron ”demasiado sofisticados” como para haber sido realizados por integrantes de la comunidad local.

Otros creen que el objetivo era alentar la imagen de Indonesia como un país poco seguro para los turistas, como alertaron incluso gobiernos occidentales.

”Apenas me enteré, sospeché que fue obra de extranjeros. Está comprobado que no hay terroristas en Indonesia. Los atentados no fueron cometidos por ningun movimiento religioso local”, afirmó Fachry Alí.

Muchos apuntan a la organización Jemaah Islamiyah (Grupo Islámico, JI), que lucha por la creación de un estado regido por la shariá que reúna los territorios de Brunei, el sur de Filipinas, Indonesia, Malasia y Singapur. Funcionarios de inteligencia vinculan este grupo con Al Qaeda.

Otra organización radical islámica, Laskar Jihad, ha sido acusada de alentar la violencia entre las comunidades musulmana y cristiana en algunas regiones de Indonesia.

El Consejo Indonesio de Combatientes Islámicos negó el domingo a través de su presidente, Abú Bakar Baasyir, estar involucrado con los atentados. ”La inteligencia estadounidense está detrás de los ataques en Bali para justificar su acusación de que Indonesia es una base terrorista”, dijo.

”El atentado en Bali tiene la finalidad de dañar la reputación y al credibilidad del gobierno, en especial tras las constantes advertencias de gobiernos extranjeros de que aquí operan grupos terroristas”, sostuvo el diario The Jakarta Post.

Pero la detención de Baasyir, pedida por varios gobiernos extranjeros, no hubiera impedido que ocurrieran los atentados en Bali. ”Mientras todos debatíamos su papel en JI y si era necesario detenerlo, los verdaderos militantes estaban planificando el ataque tranquilamente”, sostuvo el periódico.

Si el gobierno encuentra a los responsables de los atentados, deben evitar vincularlos con la religión, sostuvo el clérigo Hasyim Muzadi, de Nahdlatul Ulama, la principal organización musulmana del país. (FIN/IPS/tra-eng/js-ky/js/mj/ip/02

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