ELECCIONES-BRASIL: Congreso fragmentado dificultará gobernar

El predominio de la centroizquierda entre los gobernadores elegidos el domingo en Brasil, al igual que el perfil de los dos candidatos que disputarán la presidencia el 27 de este mes, contrasta con un Congreso fragmentado y conservador.

La nueva relación entre los cargos ejecutivos y parlamentarios surgida de las elecciones generales del domingo dificultará la gobernanza, según expertos.

La presidencia de Brasil y la gobernación de 15 de los 27 estados brasileños deberán esperar hasta la segunda ronda del día 27 para definir a sus titulares, pues ninguno de los postulantes logró la mayoría absoluta necesaria.

Precisamente, las fuerzas con mayor presencia en esa segunda instancia electoral serán el Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), además de que sus respectivos candidatos, Luis Inácio Lula Da Silva y José Serra, competirán por la presidencia.

Otros dos pequeños grupos de izquierda moderada y pragmática, el Partido Socialista y el Partido Popular Socialista, también lograron buen desempeño, alcanzando la gobernación de cinco estados en la primera vuelta.

En contrapartida, la renovación del Congreso no acompañó la misma tendencia que para los cargos ejecutivos, indicó el cientista político Luis Werneck Vianna, del Instituto Universitario de Investigaciones de Río de Janeiro.

Los dos grandes sectores políticos por su representación parlamentaria y cantidad de alcaldías bajo su control —estas últimas no estuvieron en juego el domingo— siguen siendo el Partido del Frente Liberal (PFL) y el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).

También el PT logró una sorprendente votación parlamentaria, un hecho que lo elevó al grupo de los cuatro grandes partidos brasileños, pues sumó entre 80 y 120 parlamentarios, es decir entre un quinto a un sexto de los 513 diputados y 81 senadores que conforman el Congreso.

Pero ese ascenso del PT y la dispersión de escaños entre los pequeños partidos resulta muy difícil a la hora de componer una mayoría de respaldo parlamentario al futuro gobierno, ya sea Lula o Serra quien consiga triunfar para suceder a partir del 1 de enero al presidente Fernando Henrique Cardoso, observó Vianna.

Un gobierno de coalición, como el presidido hoy por Cardoso, será inevitable, ”porque es imposible gobernar sin mayoría”, explicó el investigador Vianna, tras detallar casos de presidentes con minoría en el Congreso que se vieron obligados a renunciar o fueron derrocados.

Además, la dificultad para componer una mayoría parlamentaria podrá agravarse en la campaña electoral para la segunda vuelta presidencial. El PT, de Lula, y el PSDB, de Serra, serían aliados naturales en el gobierno, como pretende el presidente de la Federación de las Industrias de Sao Paulo, Horacio Piva.

La afinidad se acentuó, incluso, luego de que Lula y el PT moderaron sus posturas izquierdistas y defendieron un programa pragmático para ganar las elecciones del domingo, después de los últimos tres intentos frustrados de Lula en llegar a la presidencia.

Ambos partidos son considerados hoy socialdemócratas. El PT con una base obrera y sindical como los partidos similares en Europa, mientras el PSDB cuenta con la ”mejor tecnocracia”, según uno de sus dirigentes.

Pero una batalla entre Lula y Serra en la que corra ”sangre', con críticas y acusaciones en la lucha por votos, puede crear enemistades insuperables en los próximos años, destruyendo la posibilidad de una amplia coalición de centro-izquierda.

La disputa acentuará también la actual división en el PMDB, considerado de centro, y en el PFL, los dos partidos que, junto con el PSDB, compusieron la fuerte mayoría que respaldó a Cardoso desde el inicio de su gobierno en 1995 y le permitió reformar la economía, el Estado y la Constitución.

Serra, candidato oficialista de una coalición limitada al PSDB y al PMDB, espera ampliar esa alianza, pero líderes importantes tanto del PMDB como del PFL, como los ex presidentes Itamar Franco y José Sarney, ya manifestaron el apoyo a Lula.

Esa fragmentación preanuncia un reordenamiento partidario, ya que el abanico actual ”no representa a la sociedad”, sostuvo Vianna y otros analistas políticos.

Será también necesario reformar el sistema electoral, para favorecer la gobernanza en el futuro, sostuvo Franklin Martins, comentarista político de la Red Globo de Televisión.

Pero en Brasil hay 30 partidos legalizados, muchos considerados ”de alquiler”, para acoger políticos descontentos son sus grupos de originen. La emigración de parlamentarios alcanzó un tercio de los elegidos en 1998, sin que sufran ninguna penalidad por la infidelidad partidaria.

Además, la representación proporcional de la población en la Cámara de Diputados está distorsionada por criterios que favorecen a los pequeños estados. Un voto de Sao Paulo, el estado más poblado, vale 20 veces menos que uno de Rorama o Amapá, estados amazónicos de escasa población.

Por esas y otras razones, la reforma política es una prioridad en los programas de varios candidatos y será posiblemente una necesidade para mejorar la gobernanza del futuro presidente, ya afectada por la crisis económica. (FIN/IPS/mo/dm/ip/02

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