ARGENTINA: Elecciones presidenciales en duda

El presidente de Argentina, Eduardo Duhalde, advirtió este viernes que la justicia podría cuestionar la convocatoria a elecciones presidenciales, que están previstas para el 30 de marzo, aunque su gobierno finalizará de todos modos en la fecha anunciada del 25 de mayo.

Duhalde fue designado presidente el 1 de enero por la asamblea legislativa (reunión de las dos cámaras), que le concedió mandato hasta diciembre de 2003, para que completara el periodo de gobierno de Fernando de la Rúa, quien había renunciado en diciembre.

Pero la profunda depresión económica, el malestar social y el aislamiento político de su gobierno, que tampoco ha logrado apoyo financiero internacional, decidieron al mandatario a adelantar las elecciones presidenciales al 30 de marzo.

La justicia electoral se pronunció la semana pasada contra la convocatoria a elecciones internas de los partidos políticos dispuesta por Duhalde.

La consulta interna estaba prevista por decreto para el 15 de diciembre, pero la jueza María Servini consideró inconstitucional que el presidente fijara las pautas para los comicios de los partidos, y ordenó que sean éstos quienes decidan las fechas.

El jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, admitió este viernes que el fallo causó ”decepción” en el gobierno. Las autoridades habrían preferido la celebración de elecciones internas abiertas y simultáneas en los partidos para designar a los candidatos. Por último, Atanasof confirmó que gobierno de Duhalde se disolverá el 25 de mayo.

El gobernante Partido Justicialista y la opositora Unión Cívica Radical acordaron en principio realizar los comicios internos, con sus propias regulaciones, el 15 de diciembre, el mismo día que el Duhalde había señalado.

Pero el gobierno resolvió apelar el fallo de Servini. En caso de que la justicia demorase su resolución final, tendrían que ser postergadas las elecciones internas y, por tanto, también las presidenciales, que deben celebrarse tres meses después de la proclamación oficial de los candidatos.

Asimismo, Duhalde teme que la justicia objete su autoridad para convocar a elecciones.

Al repecto, el presidente dijo que el Poder Ejecutivo ”está maniatado” para manejar el cronograma electoral y solicitó al Congreso que acepte su renuncia con fecha del 25 de mayo ”para dar certidumbre al proceso electoral”.

Los jefes de los bloques políticos en el Congreso consideran imposible realizar una asamblea legislativa para aceptar una renuncia con tanta antelación. ”Eso aumentaría la fragilidad institucional” del país, observaron los líderes parlamentarios del justicialismo.

”Las elecciones corren riesgo de no realizarse y es el congreso nacional el que debe terminar con esta incertidumbre”, dijo Duhalde, y comentó que el parlamento puede ”derogar o suspender leyes cuestionadas por la justicia”, establecer cuándo los partidos deben presentar sus candidatos y garantizar la fecha de elecciones.

Justicialistas opositores al gobierno acusan a Duhalde de pretender conservar la presidencia más allá del 25 de mayo para capitalizar políticamente una cierta calma registrada en los mercados financieros, el debilitamiento de la inflación y un eventual acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para reprogramar deudas.

El senador Eduardo Menem, hermano del ex presidente Carlos Menem (1989-1999), sostuvo que Duhalde no sólo quiere quedarse en su cargo sino que intenta impedir que el ex mandatario sea precandidato de su partido.

Cinco precandidatos luchan por la candidatura presidencial y por el control del Partido Justicialista, el que más adeptos congrega, según todas las encuestas. (FIN/IPS/ip/02

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