Los partidos islámicos de Argelia lograron escaso apoyo en las elecciones locales de la semana pasada, 10 años después del auge e ilegalización del Frente Islámico de Salvación (FIS).
El mejor resultado de un partido islámico fue el logrado por el moderado Islha (Reforma), que ganó 39 concejos locales, en un total de 1.541.
El partido más votado, triunfador en 668 concejos y en 43 de los 48 distritos, fue el Frente Nacional de Liberación (FLN), que dirigió las luchas por la independencia del dominio colonial francés, lograda en 1962, y ha gobernado desde entonces, en régimen de partido único hasta mediados de 1989.
Tras la instauración del multipartidismo, el FLN perdió terreno con rapidez, y el FIS iba camino de llegar al gobierno nacional en las elecciones de fines de 1991, con la propuesta de crear un Estado islámico, pero un Alto Consejo de Seguridad apoyado por el ejército anuló esos comicios e ilegalizó al FIS en 1992.
Eso dio comienzo a un decenio de violencia que causó la muerte de más de 120.000 personas, según datos oficiales. En los últimos tiempos, el FLN recuperó apoyo de la población y triunfó en las elecciones parlamentarias de mayo, conducido por el primer ministro Ali Benflis.
Los comicios de este año fueron distintos de los de 1992, cuando estaban en juego cuestiones nacionales, políticas y económicas, dijo a IPS el sociólogo argelino Mohamed Arrasi, residente en Rabat.
La ausencia de una agenda de ese tipo es una de las causas del fracaso de los partidos islámicos, que también se vieron perjudicados por la percepción de que son responsables del derramamiento de sangre desde los años 90, opinó.
Las elecciones de concejos, realizadas el jueves, fueron violentamente boicoteadas en la montañosa región de Kabilia, en el norte, por grupos de la etnia bereber, a la que pertenecen casi la cuarta parte de los 30 millones de habitantes de Argelia.
El partido bereber Unión por Cultura y Democracia, liderado por el ex primer ministro Said Saadi, promovió el boicot en alianza con la radical Asociación bereber de Laarouch.
Activistas de esos grupos atacaron locales de votación y evitaron el acceso a ellos de quienes deseaban sufragar. Esas acciones causaron heridas a más de 300 funcionarios de seguridad, y sólo votaron siete por ciento de los habilitados en Kabilia, informó el ministro del Interior, Yazid Zarhouni.
Los bereberes reivindican haber poblado el norte de Africa antes de la llegada de los árabes, y piden que su idioma, el tamazight, sea oficial como el árabe, además de proyectos de desarrollo económico y social para la septentrional región que habitan, muy afectada por pobreza y desempleo.
Además de unos 7,5 millones de bereberes argelinos, hay poblaciones menores de la misma etnia en Marruecos, Túnez y Libia, pero los activistas no tienen un proyecto separatista de Estado propio, sino que reaccionan contra Argel porque se sienten excluidos, dijo a IPS el periodista argelino Mohamed Al Hassani, corresponsal en su país del diario qatarí Al Watan.
Los bereberes nunca pidieron independencia en Argelia ni en Marruecos, sino reconocimiento constitucional del tamazight e igualdad de oportunidades en materia de desarrollo, explicó Abdelaziz Bourass, vicepresidente de la Asociación Marroquí de Investigación e Intercambio Cultural, una institución bereber independiente.
El Frente de Fuerzas Socialistas, un partido bereber argelino liderado por Hussein Ait Ahmad, boicoteó las elecciones legislativas de mayo pero participó en las de concejos la semana pasada, con la intención declarada de evitar que Kabilia se convierta en la Chechenia argelina.
Ahmad se refería a la situación de la sudoccidental república rusa de Chechenia, donde un movimiento separatista mantiene desde comienzos de los años 90 un violento conflicto con Moscú.
Miles de airados bereberes atacaron a militantes del Frente de Fuerzas Socialistas que intentaban realizar campaña electoral para los comicios locales en ciudades de Kabilia.
Los violentos conflictos con los partidos islámicas y bereberes han eclipsado los graves problemas económicos y sociales argelinos, que incluyen desempleo de casi 30 por ciento de la población económicamente activa, pobreza de cerca de 22 por ciento de los habitantes, y una deuda externa de 22.500 millones de dólares.
Los éxitos electorales del FLN este año se deben al impulso de Benflis a la modernización y a sus promesas de paz y prosperidad, sostuvo Al Hassani.
Ahora, está en manos del partido gobernante cumplir esas promesas y evitar los peligros de nuevas confrontaciones, añadió. (FIN/IPS/na/ss/mp/ip/02