AMERICA LATINA: Empresas alemanas no abandonarán la región

El flujo de inversiones alemanas a América Latina y el Caribe prueba que el país europeo y sus empresas están comprometidos con la región, sostuvo el gerente de la Agencia Alemana para la Cooperación Técnica (GTZ), Wolfgang Schmitt.

Pese a los reveses no se debe caer en el pesimismo o la resignación, indicó Schmitt, añadiendo que las inversiones alemanas a la región sumaron 2.673 millones de dólares en 2001.

Sin embargo, las compras alemanas a América Latina constituyen apenas 1,9 por ciento de todas sus compras al exterior, según datos del Banco Central de Alemania.

En América Latina crece ahora una nueva generación política y económica con una fuerte presencia femenina, más realista y calificada que la anterior, capaz de conducir a los países a un desarrollo sostenido, señaló Schmitt.

Schmitt coincidió con la mayor parte de empresarios y representantes del gobierno alemán que participaron en la celebración del Día de Iberoamérica, en la ciudad alemana de Bonn, el 18 de este mes.

México y Brasil, los dos gigantes de la región, continúan recibiendo inversiones extranjeras, y en particular alemanas, sostuvo Schmitt.

En Argentina, una nueva clase dirigente desea abandonar las tradiciones políticas y económicas que han conducido a la actual crisis, añadió.

En cambio, son muy preocupantes los altibajos de la situación social, política y económica de Venezuela, opinó Schmitt.

Por otro lado, no es razonable extender sin más las dificultades argentinas al resto de las naciones de la región, estimó.

Aunque los inversores alemanes no participaron en los procesos de privatización de empresas en América Latina, pues primó en este caso la cautela, sólo el futuro dirá si las grandes inversiones efectuadas, por ejemplo, por consorcios españoles, arrojarán beneficios a largo plazo para la región, advirtió Schmitt.

En opinión del embajador de Perú en Alemania, Alfredo Novoa, los organismos internacionales deben avanzar hacia una ”nueva cooperación, que no se concentre sólo en el agua y el saneamiento y promueva el desarrollo de la educación, la ciencia y la tecnología” que reclama la era del conocimiento.

En la medida en que los países en desarrollo formen mejor a sus pueblos podrán salir de la economía primaria hacia el sector de servicios y la producción industrial, agregó.

América Latina debe ingresar de lleno a las actividades de retornos crecientes, como la tecnología avanzada y los servicios, coincidió Schmitt.

Acerca del flagelo de la corrupción en el ámbito público y privado, Schmitt aseguró que la nueva generación latinoamericana critica este fenómeno con firmeza, y citó al respecto el ejemplo del presidente Nicaragua, Enrique Bolaños, que promovió denuncias contra su predecesor y correligionario, Arnoldo Alemán.

El presidente del Grupo de Embajadores de América Latina y embajador de Ecuador en Alemania, Werner Moeller Freile, sostuvo que los países de la región se ven afectados por un conjunto de factores que tienden a ”agravar la situación de sus pueblos y sus economías”.

Por ejemplo, la estrecha relación entre ”el endeudamiento externo y la pobreza insoportable que provoca el pago de esa deuda”, señaló.

El diplomático exhortó a los países industriales que acepten una reestructuración integral de las deudas de los países pobres.

Moeller Freile recordó que en 1953, concluida la segunda guerra mundial, los estados acreedores de Alemania decidieron no fijar montos ni plazos para el pago de la deuda contraída por el país, y establecieron en cambio cuotas de tres a cinco por ciento de sus exportaciones anuales.

Así, Alemania pudo crecer y pagar la totalidad de su deuda en un plazo mucho menor al estimado, concluyó

La GTZ es una institución de derecho privado, propiedad del Estado alemán, que planifica y ejecuta desde hace 25 años unos 2.700 proyectos de cooperación en más de 130 países, incluidas casi todas las naciones latinoamericanas.

El volumen de operaciones de la GTZ ascendió en 2001 a 847 millones de dólares. Unos 1.370 expertos colaboran con 8.500 especialistas en los países receptores de asistencia.

La agencia posee oficinas propias en 63 países, 15 en América Latina y el Caribe. En su sede central, en la meridional ciudad de Eschborn, trabajan unos 1.000 colaboradores. (FIN/IPS/rdl/dcl/dv/02

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