SENEGAL: La relaciones se complican

La perspectiva de un ataque de Estados Unidos a Iraq pone en aprietos a Senegal, que mantiene fuertes vínculos con Washington y con el mundo musulmán.

Moustapha Cisse, un taxista de Dakar, decoró el interior de su automóvil con imágenes del jugador de fútbol senegalés El Hadj Diouf, de La Meca, la ciudad saudita sagrada para el Islam, y del saudita Osama bin Laden, acusado por el gobierno de Estados Unidos de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.

Muchos taxis y autobuses circulan por la capital con sonrientes imágenes de Bin Laden, a menudo acompañadas por las de aviones como los que fueron empleados en los atentados del año pasado. El líder de la red Al Qaeda (La Base) aparece también en afiches y camisetas que se venden por todas partes.

Sin embargo, Cisse asegura que no es un seguidor de Bin Laden, aunque tampoco lo rechaza.

”No lo apoyo. Es que me gusta esa foto. No sé si él estuvo detrás de lo que pasó en Nueva York, se dicen muchas cosas… Todo el asunto de Medio Oriente, Israel y los árabes es muy complicado. Soy musulmán y no me gusta la violencia”, dijo el taxista a IPS.

Senegal tiene unos nueve millones de habitantes y cerca de 95 por ciento de ellos son musulmanes, pero también mantiene una firme alianza con Washington y se precia de ser ”puerta de entrada a Africa” para Estados Unidos, por su posición en el extremo noroccidental del continente.

La estadounidense Agencia para el Desarrollo Internacional describe a Senegal como ”el aliado más influyente de Estados Unidos en Africa francófona, y un baluarte de estabilidad en una región marcada por conflictos y crisis humanitarias”.

La presencia estadounidense en Senegal incluye una Oficina de Cooperación para la Defensa, y un programa internacional de educación y entrenamiento militar.

Además, el país fue el primero de Africa que completó el programa de la Iniciativa de Respuesta Africana a las Crisis, lanzada por el Departamento de Estado estadounidense para preparar la participación de ejércitos del continente en misiones de paz apoyadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El ex presidente estadounidense Bill Clinton (1993-2001) terminó su gira africana de abril de 1998 en la occidental isla senegalesa de Goree, declarada patrimonio mundial de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, donde un ex centro de trata de esclavos fue convertido en museo.

El presidente senegalés Abdoulaye Wade fue uno de los primeros gobernantes de Africa en expresar condolencias a Washington tras los atentados del 11 de septiembre, y en octubre de 2001 organizó en Dakar una cumbre africana contra el terrorismo.

Los participantes en esa reunión declararon estar ”convencidos de la necesidad de convertir a Africa en un continente donde cualquier acto de terrorismo o incitación al terrorismo esté prohibido, sin excepciones políticas, filosóficas, ideológicas, raciales, étnicas, religiosas o de otro tipo”.

Wade reiteró su compromiso con la lucha antiterrorista cuando visitó Washington en junio, y se espera que el presidente estadounidense George W. Bush visite Senegal.

Hubo arrestos de personas acusadas de integrar Al Qaeda o de apoyarla en los cercanos Marruecos y Mauritania, pero no hay indicios de actividades relacionadas con Bin Laden en Senegal.

Pero muchos senegaleses condenan tanto los atentados del 11 de septiembre como la campaña antiterrorista internacional lanzada por Bush para responder a esos ataques, y no desean una alianza incondicional con Washington, en especial debido a su ofensiva en Afganistán a fines de 2001, su relación con Israel y sus planes contra Iraq.

El gobierno iraquí es acusado por Washington de desarrollar armas de destrucción masiva, en violación de resoluciones de la ONU posteriores a la Guerra del Golfo de 1991, y Bush busca con escaso éxito respaldo internacional a una ofensiva para provocar un ”cambio de régimen” en Bagdad.

Dirigentes políticos y religiosos senegaleses apoyan con énfasis a Palestina en su conflicto con Israel, y han presionado en los últimos tiempos por una ruptura de relaciones diplomáticas con Tel Aviv, pero Wade no quiere llevar a ese extremo su propio respaldo a la causa palestina.

Este miércoles, en el primer aniversario de los ataques del 11 de septiembre, se realizará en Dakar una manifestación contra Israel y Estados Unidos, que incluirá expresiones de condena a los planes contra Iraq, dijo a IPS el presidente del Comité de la Iniciativa de Intelectuales Senegaleses, Malick Ndaye.

El Comité organizó varias manifestaciones anteriores de protesta contra Washington y Tel Aviv.

Acciones militares estadounidenses contra Bagdad dividirían a la opinión pública mundial, y fortalecerían la percepción de que Washington está en guerra contra el Islam, opinó Ndaye.

El principal blanco de la campaña antiterrorista de Bush es Palestina, y el presidente estadounidense elude necesarias discusiones en la ONU, para avanzar hacia objetivos unilaterales en materia de política internacional.

Las mismas críticas fueron planteadas en Senegal contra la campaña en Afganistán encabezada por Washington.

La campaña afgana mostró que Estados Unidos no aprendió nada el 11 de septiembre de 2001, y que actúa como un policía mundial con ”complejo de superioridad”, al ”atacar a un país pobre, indefenso e inocente, con falsedades como pretexto y sin la menor prueba”, sostuvo el diario Walfadjri, editado en Dakar.

”Hasta ahora, nadie entiende qué ha hecho (el presidente iraquí) Saddam Hussein. ¿Hay pruebas de las acusaciones estadounidenses contra él? Aunque hubiera pruebas, sería mejor negociar. ¿Qué se puede lograr con una guerra?”, comentó a IPS el maestro Zall Gueye, de Dakar. (FIN/IPS/tra-eng/cs/mn/mp/ip/02

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