REFUGIADOS: Quince muertos en naufragio frente a Sicilia

Quince cadáveres fueron hallados entre el domingo y este lunes tras hundirse en el mar Mediterráneo una precaria embarcación que trasladaba hasta Sicilia, sur de Italia, a más de cien inmigrantes liberianos.

Al reanudarse este lunes la búsqueda de los náufragos, que eran presuntos inmigrantes indocumentados, los buzos hallaron el cadáver de un hombre atrapado bajo el casco del barco hundido.

Guardacostas y patrullas de fronteras rescataron con vida a 92 personas frente a la ciudad de Agrigento, luego que la endeble embarcación se hundiera en el mar agitado.

Se recuperaron además el domingo los cadáveres de 14 personas, entre ellas cuatro mujeres y una joven de 15 años.

Las autoridades italianas creen que los muertos y la mayoría de los sobrevivientes son liberianos. Según testimonios, había más de cien personas embarcadas, aunque la cantidad exacta no está clara.

Los inmigrantes partieron de Liberia hace 14 días, según las explicaciones de dos tripulantes, un egipcio y un liberiano, detenidos bajo sospecha de facilitar la inmigración ilegal.

La guardia costera y equipos especiales enviados por el Ministerio del Interior patrullan desde el domingo la zona de puerto Empédocles, al sur de Sicilia, en busca de sobrevivientes del hundimiento, ocurrido a media milla de la costa.

Hasta julio de este año más de 7.000 inmigrantes llegaron a Sicilia, donde los centros de acogida están saturados.

El sur de la isla es una de las zonas preferidas de los traficantes para desembarcar. Sólo el sábado, fueron detenidas más de 200 personas que pretendían ganar la costa en varios barcos.

Dos jóvenes sobrevivientes del naufragio del domingo, Anna, de 18 años, y Elizabeth, de 20, dijeron haber escapado de la guerra civil de Liberia, y explicaron que se salvaron de morir ahogadas atándose a una roca.

”Nuestros padres pagaron todo lo que pudieron para ayudarnos a huir pues en Liberia está la guerra y el hambre, es horrible”, manifestaron.

De acuerdo a su relato, los pasajeros partieron de la costa occidental de Africa en una nave más grande, pero antes de acercarse a Italia, fueron trasladados a una embarcación más pequeña y frágil.

Según declaraciones de otros sobrevivientes, cada uno pagó entre 2.000 y 3.000 dólares por la peligrosa travesía.

Italia endureció las penas contra los traficantes de seres humanos, pero la solución del fenómeno requiere acuerdos internacionales con los países donde tiene origen la inmigración, dijo el subsecretario del Interior, Antonino D'Ali.

La ley de inmigración en vigor desde julio, autoriza el uso de barcos militares para controlar las aguas territoriales y evitar los desembarcos clandestinos.

Esta tragedia es producto de ”la política de tolerancia cero” con los inmigrantes impuesta por el gobierno conservador de Silvio Berlusconi, opinó la diputada del opositor Partido Democrático de Izquierda (ex comunista), Livia Turco.

”No debemos considerar normal que nuestro mar periódicamente sepulte a tantos seres humanos”, dijo Turco.

La legisladora acusó al gobierno de Berlusconi de llevar a cabo una verdadera campaña de propaganda contra los inmigrantes que ”desde luego no sirve para hacer frente a la inmigración clandestina”.

A juicio de Turco, el fenómeno se combatiría mejor favoreciendo cuotas regulares de ingreso, colaborando con los países que expulsan población y celebrando acuerdos bilaterales.

Hasta el 15 de agosto desembarcaron 14.940 inmigrantes en las costas italianas, frente a 11.207 en igual periodo de 2001, de acuerdo a cifras del Ministerio del Interior.

Y pese al rígido control del gobierno de Berluscoini, desde el 15 de agosto hasta ahora llegaron 1.500 inmigrantes clandestinos, la mayoría de ellos a Sicilia.

El alcalde de la septentrional ciudad de Treviso, Giancarlo Gentilini, de la Liga Norte, sugirió que además de tomar las huellas digitales a todos los inmigrantes ajenos a la Unión Europea, se les tomen también las de los pies y de la nariz.

El gobierno reaccionó de inmediato contra esa propuesta. El ministro de Relaciones con el Parlamento, Carlo Giovanardi, pidió disculpas a los extranjeros y aseguró que ”los italianos, por suerte, no piensan así”.

Las autoridades empiezan a reconocer la ineficacia de las medidas restrictivas.

No bastan las leyes ni las fuerzas policiales para frenar la inmigración pues ”la desesperación y la esperanza de una vida mejor son tan fuertes que llevan (a los inmigrantes) a enfrentar cualquier tipo de peligros o leyes”, admitió el presidente de la Región de Sicilia, Totó Cuffaro, de la oficialista Forza Italia.

”También nosotros, los italianos, fuimos un pueblo de emigrantes, también estábamos dispuestos a todo, incluso a violar las leyes, por la desesperación”, añadió.

Italia es uno de los países europeos con menor cantidad de inmigrantes. En 58 millones de habitantes, apenas 1,7 millones, tres por ciento del total, son extranjeros con residencia legal, y unos 300.000 son inmigrantes indocumentados. (FIN/IPS/jp/dcl/ip/02

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