Medio Oriente debe desarrollar su industria gasífera, porque la demanda de petróleo sólo crece 1,6 por ciento al año y es cada vez más afectada por el temor a la inestabilidad política en esta región, advirtieron expertos.
El siglo XXI será el siglo del gas, vaticinó Jeroen van der Veer, presidente de la empresa multinacional de energía Royal Dutch Petroleum.
Una de las principales razones del crecimiento de la industria del gas es que Europa y América del Norte han procurado reducir su vulnerabilidad económica a las convulsiones del mercado del petróleo en Medio Oriente debido a la tensión árabe-israelí y, ahora, a una posible acción militar de Estados Unidos en Iraq.
Como resultado, la dependencia de Estados Unidos, Canadá y Europa occidental respecto del petróleo de Medio Oriente se redujo cerca de 25 por ciento en la última década, aunque esos países siguen siendo por lejos los principales importadores de petróleo.
Otro motivo de la creciente demanda mundial de gas natural es que se trata de un combustible más limpio que el petróleo y el carbón, responsabilizados por la mayor parte de las emisiones de gases de invernadero que recalientan la atmósfera terrestre y alteran el clima mundial.
Varios países europeos aceleraron la adopción de tecnologías energéticas eficientes para mejorar la calidad del aire y reducir la emisión de dióxido de carbono y otros gases de invernadero.
Aunque el gas natural no es una fuente de energía renovable, se lo prefiere al petróleo y al carbón porque sus emisiones contienen menos carbono, destacó el último Panorama Mundial de Energía, un informe semestral publicado por la Agencia Internacional de Energía, con sede en París.
Por eso, a diferencia del consumo de petróleo, el de gas natural se duplicará entre este año y 2030, y la proporción del gas respecto de la demanda total de energía aumentará de 23 a 28 por ciento en el mismo período, pronosticó el informe, publicado este mes.
Si bien Medio Oriente es conocido por poseer la mayor reserva de petróleo del mundo, pocos saben que la región tiene 25,5 por ciento de las reservas de gas natural.
El problema de la industria petrolera no es sólo la reducción de la demanda, sino también de las reservas de la región y los recortes regulares de producción por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), para mantener los precios en la banda preferencial de 22 a 28 dólares por barril.
Además de esforzarse para mantener los ingresos del petróleo mediante el control de los precios, los productores también deben mirar más allá del petróleo como forma de alimentar sus economías, exhortó Van der Veer.
Para que las economías árabes mantengan el alto nivel de vida que su creciente población espera, es esencial que encuentren nuevas fuentes de ingresos, y eso implica atraer inversiones extranjeras, señaló el experto.
El gas, y más específicamente el gas licuado, tiene un enorme potencial para atraer nuevos mercados y clientes para los productores de Medio Oriente, destacó.
La clave del éxito consiste en la innovación, la inversión y la asociación entre la industria de la energía y los gobiernos, aseguró Van der Veer, quien también es vicepresidente de la comisión de directores ejecutivos del grupo de empresas Royal Dutch/Shell.
Un ejemplo es el sultanato de Omán, que no es miembro de OPEP y padece una continua disminución de su producción de petróleo y por tanto de sus ingresos.
Nos dirigimos a nuevos modos y fuentes de extracción en Omán, anunció Shell este mes.
Omán posee reservas probadas de 660 millones de metros cúbicos de gas natural, pero sus reservas potenciales podrían duplicar esa cantidad.
Rusia, Noruega y Argelia son por ahora los principales proveedores de gas de Europa, donde la proporción de gas natural sobre el total de fuentes de energía podría aumentar del actual 22 por ciento a 60 por ciento para el final de esta década.
OPEP podría perder el control del mercado debido al crecimiento de Rusia como productor de petróleo y a la inclinación de Estados Unidos -el mayor importador de crudo de Medio Oriente- por las reservas de Rusia, la zona del mar Caspio y Africa, advirtió Anwar Al Haidi, investigador sobre energía renovable de la Universidad de Sharjah, en Emiratos Arabes Unidos. (FIN/IPS/tra- eng/mj/mlm/en/02