Palestina perdió en 18 meses más de la mitad de su producto interno bruto, su economía se halla en involución y depende de la ayuda de los donantes, advirtió la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad)
El informe de la Unctad señala que, dadas esas circunstancias, el ritmo y las políticas destinadas a liberalizar la economía y el comercio de Palestina deben ser considerados con sumo cuidado.
El estudio de la Unctad toma de punto de partida octubre de 2000, cuando ya estaba en marcha la segunda intifada (sublevación) de los palestinos contra Israel, y finaliza en marzo 2002.
El empeoramiento en 2002 de la crisis de Gaza y Cisjordania y la frecuente clausura de los pasos fronterizos que comunican a esos dos territorios palestinos con Israel precipitaron la caída vertiginosa del ingreso nacional y la destrucción de la estructura de los sectores público y privado.
En esas condiciones, la economía palestina sufrió trastornos generalizados este año, resumió el informe distribuido por la Unctad.
El mantenimiento de los servicios elementales reposa en los flujos de asistencia externa y todos los objetivos y actividades de desarrollo a largo plazo han quedado postergados.
El estudio, que será discutido por la Junta de Comercio y Desarrollo de la Unctad del 7 al 18 de octubre, expone que la nueva realidad demanda abordar de manera simultánea en Palestina la rehabilitación y la reconstrucción con las necesidades estratégicas de desarrollo.
Las estimaciones más conservadoras elevan a 2.400 millones de dólares el monto de las pérdidas económicas de Palestina en los 18 meses considerados por los investigadores de la Unctad. Se trata de más de la mitad del producto interno bruto acumulado en 1999, el año anterior al recrudecimiento del conflicto palestino- israelí.
La intifada estalló en septiembre de 2000, y la violencia aumentó a partir del primer trimestre de este ano.
La población palestina que vive bajo el umbral de la pobreza, ubicado en un ingreso promedio de dos dólares por día, aumentó entre 30 y 40 por ciento, de acuerdo con la Unctad.
El informe comparte las argumentaciones del Banco Mundial, que en julio atribuyó la caída de los ingresos en Palestina a los frecuentes obstáculos a la circulación interna y al cierre de fronteras, con restricciones al desplazamiento de personas y de bienes.
El desempleo pasó de 10 por ciento en septiembre de 2000 a 29 por ciento en marzo de 2002 y a 34 por ciento en julio último, citó el informe coordinado por Raja Khalidi, funcionario de la División de Globalización y Estartegias de Desarrollo de la Unctad.
La institucionalización de las restricciones israelies de movilización agravó la crisis humanitaria y complicó los intentos por atender las necesidades de desarrollo, dijo la Unctad.
Los investigadores encabezados por Khalidi resaltaron que un punto crítico para la situación palastina es la ayuda a la reconstrucción, aunque puntualizaron que más importante todavía es la calidad de esa asistencia.
El informe reclama mecanismos eficaces para coordinar la ayuda, que deben comprometer a los donantes y a la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
La asistencia, recomienda, debe estar relacionada con las finanzas públicas y con las prioridades de desarrollo de la ANP y también tiene que promocionar el sector privado.
Entre los esfuerzos para resistir a la crisis, la Unctad sugirió planes de rehabilitacion que refuercen la capacidad de la economía. Por ejemplo, programas de creación urgente de puestos de trabajo.
Pero, debido al deterioro de los términos del intercambio que afectan a la producción palestina basada en el trabajo intensivo, el documento recomienda cautela en la liberalización de la economía y del comercio.
Una política industrial dinámica puede requerir disposiciones transitorias de protección fundadas en una evaluación de los diferentes sectores potenciales de exportación y de las necesidades de desarrollo, observó la Unctad. (FIN/IPS/pc/ff/dv/02