CHINA: Transición política en suspenso

El esperado relevo de los máximos líderes políticos de China quedó en suspenso, a juzgar por la creciente represión de los medios de información y la campaña de glorificación del presidente Jiang Zemin.

Los medios de prensa oficiales alaban sin cesar desde hace dos semanas el legado político de Jiang, jefe del gobernante Partido Comunista, y en particular su teoría de los ”tres representantes”, tendente a ampliar la base del partido.

Los artículos de portada de todos los periódicos, comenzando por el Diario del Pueblo (periódico insignia del Partido Comunista), reproducen declaraciones y discursos de Jiang destacando la importancia de su influencia política sobre la estabilidad del país más poblado del mundo.

Toda esta propaganda alimentó rumores de que, en lugar de renunciar a todos sus títulos políticos y militares en el 16 Congreso del Partido, el próximo 8 de noviembre, Jiang permanecerá en el poder otros cinco años.

Las expectativas de los últimos meses eran que el vicepresidente Hu Jintao, de 59 años, sustituyera a Jiang, de 76, en la jefatura del Partido Comunista y de las Fuerzas Armadas.

También se esperaba que otros líderes veteranos como Li Peng y Zhu Rongji, que actualmente ocupan el segundo y el tercer lugar respectivamente en el Politburó del partido, cedieran sus puestos a dirigentes más jóvenes para formar el llamado ”liderazgo de la cuarta generación”.

Sin embargo, los medios de prensa oficiales omiten desde hace varias semanas toda referencia a esa cuarta generación y en cambio destacan la ”estabilidad política”, que en la jerga del gobierno significa la continuidad de los actuales líderes bajo el régimen del Partido Comunista.

Mientras la máquina propagandística del gobierno alaba el legado político de Jiang Zemin, aumentan la vigilancia y la censura de todas las noticias relacionadas con cuestiones ”sensibles”.

En el último mes, las autoridades bloquearon dos de los buscadores de Internet más utilizados y silenciaron a un activista contra el sida.

Así mismo, dispusieron que no se publicaran noticias ”malas” o ”problemáticas”, y que el clima social y político en vísperas del 16 Congreso del Partido fuera calmo.

Wan Yanhai, el más famoso activista contra el sida de China, fue detenido a fines de agosto e impedido de viajar a Canadá, donde iba a recibir un premio de derechos humanos por sus años de trabajo para romper el silencio sobre la creciente epidemia de esa enfermedad en China.

Una semana después de la desaparición de Wan, el 24 de agosto, las autoridades inhabilitaron Google y Altavista, dos de los más populares motores de búsqueda por Internet, porque a través de ellos se puede obtener información de sitios web censurados en este país.

Aunque la cuestión del aferramiento al poder de Jiang Zemin tiene preocupados a los medios de prensa extranjeros, la población china en general sabe muy poco de la lucha de poder de sus gobernantes.

Una serie de documentos secretos de Beijing se filtraron hacia fuera del país y llegaron hasta dos académicos estadounidenses la semana pasada, pero las autoridades chinas se apresuraron a censurar toda información al respecto a través de Internet.

Según trascendió, los documentos revelaban que el proceso de sucesión ya estaba finalizado y que el presidente Jiang había perdido la lucha de poder frente al modernizador Hu Jintao.

Los dos académicos estadounidenses son Andrew Nathan, de la Universidad de Columbia, y Bruce Gilley, de la Universidad de Princeton, dos veteranos y prestigiosos observadores de la política china.

Una fuente política de Beijing dijo a ambos que en el próximo congreso del Partido Comunista, en noviembre, Hu sería nombrado secretario general del partido y presidente de la Comisión Militar Central.

Otros dos nuevos líderes serían Li Ruihuan, un antiguo rival de Jiang que asumiría la presidencia del Congreso Nacional del Pueblo (parlamento) y el segundo puesto en el Politburó, y Wen Jiabao, quien ocuparía el tercer puesto y sucedería a Zhu Rongji en la jefatura de gobierno en marzo de 2003, según la fuente.

Pero la política china funciona en secreto, y pese a los informes filtrados sobre el asunto de la sucesión, algunos académicos y diplomáticos opinaron en Beijing que el próximo congreso del partido dará lugar a una constelación de líderes muy diferente a la prevista.

”El único que se irá será el reformista Zhu Rongji. Todos los otros líderes veteranos, incluido el impopular Li Peng, permanecerán al menos cinco años más”, pronosticó un académico chino.

La preocupación de las autoridades por la estabilidad, reflejada en un artículo publicado en la revista quincenal Strategy and Management, parece apuntar en la misma dirección.

”La estabilidad será la prioridad del próximo congreso”, escribió en la revista Kang Xiaogang, investigador del Centro de Estudios Chinos de la Academia China de Ciencias.

”La conexión personal de Jiang con la elite social se ha consolidado”, por eso ”si se retira de repente y entrega todas sus facultades a Hu Jintao, éste tendrá dificultades para manejar a los burócratas”, advirtió Kang.

Si Jiang decide permanecer en el poder cinco años más, los modestos esfuerzos de los liberales del Partido Comunista para introducir reformas políticas se verán frustrados.

Sin embargo, aun si cede el máximo cargo del partido a Hu, lo más probable es que Jiang siga siendo el líder supremo en las sombras, como lo fue su predecesor, el difunto Deng Xiaoping. (FIN/IPS/tra-en/ab/mlm/ip/02

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe