El nuevo enfoque del FMI y del Banco Mundial para reducir la pobreza en Africa insiste en políticas de estabilización y de ajuste estructural similares a las fracasadas en las dos últimas décadas, sostuvo este jueves la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).
El FMI (Fondo Monetario Internacional) y el Banco Mundial sólo han reconocido algunos errores en la aplicación de esas políticas en Africa, bajo los programas de ajuste estructural, señaló el director de la división de globalización y estrategias de desarrollo de la Unctad, Yilmas Akyuz.
Sin embargo, Akyuz subrayó en la presentación del informe que las nuevas recetas para encarar la pobreza y los problemas sociales no reemplazan las estrategias de los programas de ajuste estructural, sino que las complementan.
El nuevo enfoque confirma el concepto de que el secreto del crecimiento reside en la estabilización y en el ajuste estructural, que conducen a la liberalización y a la rápida integración de la economía mundial.
Empero, los documentos del FMI y del Banco Mundial sobre el modo de combatir la pobreza admiten esta vez, implícitamente, que esas políticas pueden tener, a corto plazo, efectos adversos para los menos favorecidos de la sociedad, puntualizó Akyuz en la presentación del informe de la Unctad.
Esa agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dedica su informe 2002, llamado El Desarrollo Económico de Africa, a comparar las políticas de los organismos multilaterales para el continente, que en las décadas pasadas se basaban en programas de ajuste estructural y ahora proponen reducir la pobreza.
El informe supone que la nueva orientación responde al descontento con los progresos realizados en la solución de los problemas que afrontan los países en desarrollo, pese a que durante casi dos décadas se están efectuado reformas económicas.
Como ejemplo, se cita que la población de los países menos adelantados de Africa ubicada bajo el umbral de la pobreza, que vive con menos de un dólar por día, pasó de 55,8 por ciento del total en el periodo 1965-1969 a 64,9 por ciento en 1995-1999.
A pesar de ese cuadro, el nuevo enfoque de las instituciones financieras no corrige los errores admitidos. Por el contrario, aporta elementos adicionales a las mismas políticas, observó Akyuz.
Las perspectivas de éxito de las nuevas orientaciones reposan en la eventualidad de sucesos inesperados y notables tanto en la política interna que dictan los países africanos como en la actitud de la comunidad internacional ante las cuestiones de la deuda externa, de la ayuda y del comercio.
En esas condiciones es muy difícil que alcancemos las metas establecidas hace dos años por la Cumbre del Milenio, que se propuso reducir la pobreza a la mitad para 2015, sostuvo el funcionario de la Unctad,
El informe de la Unctad observó que el éxito de las nuevas políticas dependerá de factores externos e internos.
Sin embargo, se advierte que la disponibilidad de recursos externos no aumenta, tanto los que provienen del comercio como los que deberían originarse en la reducción de la deuda o en el incremento de la ayuda internacional, puntualizó Akyuz.
La Unctad indicó hace dos años que, para estimular el crecimiento, Africa subsahariana necesitaba mantener una entrada neta de capitales adicionales de por los 10.000 millones de dólares anuales, durante aproximadamente una década.
Las promesas de financiación para Africa efectuadas en las últimas conferencias internacionales distan mucho de aportar la ayuda adicional necesaria, juzgó el informe de la Unctad.
Akyuz apuntó también que existe una frustración en aumento respecto de la iniciativa para condonar la deuda de los países pobres altamente endeudados, conocida por sus siglas en inglés HIPC.
Ese sentimiento se observa inclusive en las mismas instituciones que ejecutan ese programa, pues la transferencia neta de recursos a los países encuadrados en esa categoría sigue declinando, resaltó.
La Unctad, en el terreno de las exportaciones, calculó que se encuentran bien encaminadas algunas iniciativas, como la puesta en marcha por la Unión Europea, denominada Todo menos las armas, que ofrece cierto acceso a importaciones de algunas de sus ex colonias.
No obstante, el proteccionismo de los países industrializados se mantiene inconmovible, en especial en la agricultura, que debería representar una fuente importante de recursos para algunos países africanos, lamentó el experto de la Unctad.
Akyuz se manifestó también sorprendido por la ausencia de todo análisis sobre el efecto social de las nuevas políticas diseñadas para Africa por el FMI y el Banco Mundial.
En cambio, saludó que los documentos de esas instituciones y un debate realizado en Washington hayan terminado reconociendo que el crecimiento no beneficia de manera automática a los pobres.
Aunque las políticas orientadas hacia los pobres son adecuadas en las áreas de salud y de educación, la Unctad abriga algunas preocupaciones en esos campos. Por ejemplo, objetó Akyuz, en esas dos áreas se aplican enfoques de mercado que promueven el pago de aranceles, inclusive a partir de niveles primarios.
La Unctad resumió que las nuevas políticas del FMI y del Banco Mundial para la reducción de la pobreza y la atención de los problemas sociales de Africa persisten en los enfoques que tuvieron escasos resultados en las dos décadas anteriores. (FIN/IPS/pc/dm/dv/02