– El turismo, la principal actividad económica de España, está siendo seriamente afectado por la inseguridad derivada de los atentados terroristas y de la delincuencia común, según fuentes oficiales y privadas.
Esa actividad aportó en 2001 el 12 por ciento del producto interno bruto y ocupó a 10 por ciento de la fuerza laboral del país, según el Instituto Nacional de Estadísticas.
La Agrupación Hotelera Zontur informó de que la ocupación en el turismo bajó ocho por ciento en la presente temporada estival en relación con la misma época del año pasado.
Las previsiones de esa entidad privada son de una reducción de los ingresos del sector de seis por ciento en todo el año en relación al anterior.
Sol Meliá, la principal cadena hotelera española, registró una caída de sus beneficios en el primer semestre de 93 por ciento en relación con el mismo período de 2001.
Aunque en ese resultado influyeron de manera especial sus negocios en América Latina, en el informe presentado a la Comisión de Valores también se señala que la ocupación de sus hoteles cayó 9,3 por ciento en ese semestre.
En la caída del turismo en España influyen tanto los atentados fuera como dentro de sus fronteras. La principal causa externa fueron los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, que propagaron el temor a los viajes en avión.
Dentro del país, el grupo ETA ha hecho estallar bombas en la zona más turística, la costa del mar Mediterráneo, donde este lunes se detectó una carga explosiva sin detonar en la playa de Santa Pola.
En esa misma localidad del sudeste, ETA asesinó el domingo 4 a una niña de seis años y a un hombre de 57, al hacer estallar un coche-bomba.
Fuentes del Ministerio del Interior atribuyeron a ETA la intención de ganar notoriedad cometiendo atentados en una zona repleta de turistas y a la vez afectar la estabilidad nacional, por la alta incidencia que el turismo tiene en la economía y en la vida social de España.
La delincuencia común también incide negativamente y ha llevado a varias embajadas, como las de Japón, Estados Unidos y Gran Bretaña, a advertir a sus nacionales de que corren peligro viajando a España.
Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón, 30 por ciento de los robos con violencia que sufren sus nacionales en todo el mundo se registran en España. Además, 70 por ciento de los robos contra japoneses en Europa son perpetrados en este país.
Por ello, la Asociación Hispano Japonesa de Turismo, con sede en Madrid, estima que este año visitarán España solamente 200.000 japoneses, la mitad que el año pasado.
No obstante, el secretario de estado de Comercio y Turismo, Juan Costa, subrayó que desde 1995 a 2001, la cantidad de turistas llegados a España pasó de 35 a 50 millones. En su opinión, el sector español se está comportando mejor que el del resto del mundo, que vive una retracción desde el 11 de septiembre de 2001.
Mientras, en Marbella, ciudad turística de la Costa del Sol, en el sur de España, se espera con expectación al rey Fahd, de Arabia Saudita.
Cuando pasa sus vacaciones en España, Fahd se aloja en el palacio Mar Mar, una réplica de la Casa Blanca, de su propiedad, reserva dos centenares de habitaciones en hoteles de cinco estrellas de Marbella y de ciudades vecinas, y alquila chalets, villas de veraneo y unos 200 automóviles de lujo.
La comitiva real está formada por unas 1.200 personas, que en su mayoría llegan por vía aérea. El barco del rey, Al Diría, de 70 metros de eslora y 11 de manga, atracó el jueves en Puerto Banús, próximo a Marbella.
Fahd gastó en su última visita a Marbella unos noventa millones de dólares, entre hoteles, automóviles, restaurantes y compras de flores y regalos. Desde principios de la semana pasada, cuando se anunció la visita, unas 200 personas hacen fila cada día frente a Mar Mar para ofrecerse como trabajadores de servicio doméstico.(FIN/IPS/td/ff/if/02)
