RIO+10: Negociaciones a puertas cerradas

Los delegados de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible que se celebra en Sudáfrica realizan consultas informales y discuten en grupos de contacto para resolver desacuerdos que podrían estancar la conferencia.

Uno de los dos grupos de contacto de la conferencia se ocupará de finanzas, comercio y globalización, tres de los cuatro asuntos esenciales del enfrentamiento Norte-Sur en las actuales negociaciones.

El segundo grupo se ocupará de la gobernanza, una cuestión sensible para algunos países en desarrollo acusados de violaciones a los derechos humanos o de apartarse del concepto occidental de democracia multipartidaria.

”Lo que los donantes quieren es gobernanza a cambio de su dinero”, comentó un diplomático asiático. Pero si este intercambio no se respeta a largo plazo, ”terminaremos prometiendo gobernanza a cambio de escaso o nulo apoyo económico”, advirtió.

Casi 25 por ciento de los puntos incluidos en el borrador del plan de acción de la cumbre —que comenzó el lunes y continuará hasta el 4 de septiembre, en Johannesburgo, noroeste de Sudáfrica— están entre corchetes, es decir sin acuerdo.

Pero allí residen los asuntos más importantes, como las metas de financiación al desarrollo, las metas cuantificables en materia de agua potable, saneamiento y energías renovables y la implementación de la Convención sobre Biodiversidad.

Marcelo Furtado, representante de Greenpeace Internacional, criticó duramente el proceso de negociación del que fueron excluidas unas 4.500 organizaciones no gubernamentales participantes de la cumbre.

”Queremos más transparencia. Queremos más participación”, manifestó. ”Si las negociaciones siguen cerradas, no tendremos acceso a la información y no podremos hacer nuestro trabajo”, previno.

Furtado dijo a IPS que la creación de grupos de contacto ha marginado a la sociedad civil y pasado por alto a los grupos de trabajo involucrados en el proceso de negociación.

Cuando los gobiernos no pueden alcanzar acuerdos, agregó, las ONG pueden realizar sus propias contribuciones para facilitar el proceso, siempre que sean parte de él.

Aunque admitió que originalmente las ONG podían participar en el llamado Proceso de Viena, por el que todos los grandes grupos de la sociedad civil obtuvieron representación en el sistema de la Organización de las Naciones Unidas, Furtado observó que no se les permitió ir más allá.

Durante los dos días de negociaciones previas a la cumbre, señaló, el énfasis pasó del desarrollo al comercio. ”Esta es una cumbre sobre desarrollo sostenible, no sobre comercio”, recordó.

Malini Mehra, del Centro de Mercados Sociales, con sede en Mumbay (Bombay), declaró que la percepción de parálisis de las negociaciones no le resulta sorprendente, pero observó que no todas las delegaciones están ”en coma”, sino que algunas están muy activas tras bambalinas para defender sus intereses nacionales.

Sin embargo, los temas pendientes siguen ignorados porque los gobiernos no quieren o no pueden realizar los cambios políticos necesarios y enfrentar las consecuencias electorales, y no lo harán hasta que exista apoyo político doméstico para el cambio, dijo.

”La cuestión clave es cuántos gobiernos han consultado a su electorado sobre esta cumbre y cuántos de ellos tienen un mandato que sustente sus posiciones negociadoras”, aseveró.

”Si no tienen a la ciudadanía detrás de ellos, será imposible lograr un cambio”, advirtió Mehra. (FIN/IPS/td/dv/02

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