CACHEMIRA: Coalición separatista resiste elecciones estaduales

Una ONG de India llamada Comisión de Cachemira promueve un diálogo ”incondicional” con la principal alianza de grupos separatistas cachemiros, pero la probabilidad de que esos éstos participen en las elecciones estaduales de septiembre y octubre se reduce cada vez más.

Los comicios parlamentarios determinarán si se puede iniciar un proceso de diálogo y reconciliación en Cachemira, el único estado indio de mayoría musulmana, que ya fue causa de dos guerras abiertas y otra no declarada entre India y Pakistán.

La Comisión de Cachemira, una ONG (organización no gubernamental) presidida por el ex ministro de Leyes Ram Jethmalani, cuenta con el apoyo tácito de Nueva Delhi para persuadir a la Conferencia Hurriyat de Todos los Partidos, la principal coalición de grupos separatistas, de participar en los comicios.

Pero Hurriyat dice que no tomará parte en las elecciones porque considera que otorgarían legitimidad al futuro gobierno de Jammu y Cachemira sometido a la Constitución india, a la cual rechaza.

La coalición de 23 partidos manifestó su disposición a entablar conservaciones pero sólo si éstas se enfocan hacia ”la futura solución de la disputa de Cachemira”, a determinar por India, Pakistán y el pueblo de Cachemira.

El diálogo informal comenzó el viernes en Srinagar, la capital de Cachemira, entre la Comisión de Cachemira y Shabid Ahmad Shah, líder del moderado Partido Democrático Democrático de ese estado indio.

Shah, que no está afiliado a Hurriyat, aceptó el sábado una invitación para conversar con el viceprimer ministro Lal Krishna Advani. Se prevé que Jethmalani se reunirá con líderes de Hurriyat esta semana.

En la reunión del sábado, Shah pidió a la Comisión que interceda ante el gobierno para que detenga las violaciones a los derechos humanos en Cachemira -como los asesinatos bajo custodia policial-, que libere a todos los líderes políticos y derogue las leyes que otorgan a las fuerzas de seguridad poderes ilimitados de búsqueda y detención, según declaró.

No está claro si las conversaciones con Hurriyat lograrán algún tipo de avance.

Lo que sí está claro es el endurecimiento de las posiciones oficiales de India y Pakistán, reflejadas en los discursos del Día de la Independencia del presidente pakistaní Pervez Musharraf, el día 14, y del primer ministro indio Atal Bihari Vajpayee, al día siguiente.

Ambos discursos confirmaron las respectivas posiciones originales.

Musharraf insistió en que el apoyo de Pakistán a la autodeterminación en Cachemira es ”sagrado” y está de acuerdo con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que exigen un referendo de autodeterminación en ese territorio.

Por otra parte, Vajpayee insistió en que Cachemira es ”parte inalienable” de India, que Nueva Delhi mantiene su compromiso con la celebración de elecciones ”libres y justas” y que está dispuesto a discutir una autonomía limitada con los vencedores de los comicios.

El único elemento nuevo en el discurso de Vajpayee fue su admisión de que el gobierno indio cometió ”errores” en Cachemira.

Los discursos desataron un duelo verbal. Nueva Delhi cuestionó la legitimidad del régimen militar pakistaní y del referendo del 30 de abril para la extensión de la presidencia de Musharraf, mientras que Musharraf calificó de ”farsa” las elecciones de Cachemira y opinó que Hurriyat es la única ”voz creíble” de ese territorio.

El discurso del presidente pakistaní endureció la posición de los líderes de Hurriyat contra las elecciones. La mayoría de ellos no son neutrales, sino propakistaníes, y algunos han recibido fondos de agencias secretas de Islamabad.

La razón por la que Hurriyat aceptó conversar con la Comisión de Cachemira es la presión de Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea, que la semana pasada enviaron una delegación a la sede de la coalición separatista, en Srinagar.

Esos países promueven las elecciones en Cachemira y la participación de Hurriyat en ellas. El secretario de Estado (canciller) de Estados Unidos, Colin Powell, advirtió a Pakistán que no interfiera con los comicios.

La presión internacional sobre Hurriyat se suma a un cambio de la opinión pública dentro de Cachemira a favor de las elecciones.

Una encuesta de la revista The Week reveló que 54 por ciento de los cachemiros desean que Hurriyat participe en los comicios, aunque 73 por ciento cree que Pakistán ”intentará sabotearlas”.

Muchos cachemiros desconfían de Nueva Delhi, pero otros también recelan de Hurriyat, que parece incapaz de ofrecer una alternativa a la violencia separatista.

Mientras, Hurriyat sufre una intensa presión de grupos separatistas fanáticos como Jaish-e-Mohammed y Lashkar-e-Toiba y de sectores del gobierno pakistaní para rechazar cualquier reconciliación electoral con Nueva Delhi.

India y Pakistán pelearon dos guerras abiertas y una no declarada por Cachemira desde 1947, cuando Gran Bretaña dividió el subcontinente según grupos religiosos antes de abandonarlo.

Pakistán nunca aceptó la decisión del gobernador hindú de Cachemira ese año de incorporar parte de la región a India, e insiste en que Nueva Delhi debe cumplir la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exige un referendo de autodeterminación en ese territorio.

India, por su parte, considera a Cachemira parte integrante del país, no sujeta a ninguna negociación internacional.

Grupos separatistas armados luchan desde 1989 por la autodeterminación de la parte india de Cachemira, en un conflicto que causó la muerte de 30.000 a 60.000 personas, según distintas fuentes.

Nueva Delhi acusa a Islamabad de ofrecer entrenamiento y armas a esos guerrilleros, pero Pakistán afirma que sólo les brinda ”apoyo moral y diplomático”. (FIN/IPS/tra-en/pb/js/mlm/ip/02

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