SALUD: América Central flaquea ante el dengue

La epidemia tropical del dengue se ensaña con América Central y desnuda la vulnerabilidad de los más pobres.

Más de 3.400 personas contagiadas y ocho muertas por dengue en El Salvador, y 6.500 casos y nueve muertos en Honduras obligaron a los gobiernos de ambos países a declarar el estado de emergencia.

Hay cientos de infectados en los demás países centroamericanos, donde los hospitales de muchas ciudades se vieron desbordados en las últimas semanas por cuadros de fiebre alta, deshidratación y erupciones cutáneas, síntomas clásicos del dengue, que también puede provocar hemorragias internas mortales.

La dimensión de la epidemia podría ser más grave, pues por cada caso registrado hay hasta cinco sin reportar, según algunos expertos.

El dengue prolifera por la pobreza, el hacinamiento, la falta de higiene, agua potable y saneamiento y el ineficaz tratamiento de la basura, afirmaron especialistas a Tierramérica.

”El dengue no es exclusivo de un solo país, está atacando a toda América Central y a muchos otros países de América Latina”, dijo a Tierramérica el ministro de Salud de El Salvador, José Francisco López.

Las autoridades salvadoreñas iniciaron en junio una campaña, vivienda por vivienda, para erradicar los lugares de cría del mosquito Aedes aegypti, transmisor del virus del dengue.

El insecto se reproduce en el agua estancada, ya sea en depósitos descubiertos, charcos, llantas viejas o cacharros. La epidemia recrudeció en la estación lluviosa, que se extiende de mayo a noviembre, propicia para la reproducción del mosquito.

”Esta enfermedad es urbana porque el mosquito que la transmite es muy urbano”, explicó a Tierramérica la microbióloga y especialista en epidemias costarricense Teresita Solano.

La vulnerabilidad del istmo obedece en parte al deficiente suministro de agua de muchas ciudades, donde la falta de un buen servicio de agua potable obliga a miles de familias a guardarla en sus hogares.

Las condiciones de almacenamiento no son apropiadas, muchos depósitos quedan al descubierto, permitiendo la anidación del mosquito y el ingreso de residuos.

Otros factores que favorecen la propagación de cualquier brote epidémico son el hacinamiento y la alta densidad de población en algunas ciudades.

El Salvador, con seis millones de habitantes viviendo en 21 mil kilómetros cuadrados, es el país más densamente poblado de América Central y uno de los de mayor densidad de América Latina.

En promedio, la nación tiene más de 250 personas por kilómetro cuadrado, pero en algunas zonas de la capital viven entre 3 mil y 9 mil personas por kilómetro cuadrado.

Por otra parte, la multiplicidad de dialectos indígenas en muchas zonas de la región complica los intentos de información sobre la enfermedad, agregó Solano, jefa de la unidad de vigilancia epidemiológica del Ministerio de Salud de Costa Rica.

De acuerdo a un análisis de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, de El Salvador, la epidemia está afectando a los ”más pobres y desatendidos”.

Aunque la gran mayoría de los entrevistados en una encuesta de la salvadoreña Universidad Francisco Gavidia aseguraron que conocen la infección, 53 por ciento admitieron que no hacen nada para prevenirla.

”El dengue es una enfermedad muy peligrosa, pero se puede superar si se detecta a tiempo y se da al paciente una atención adecuada”, apuntó Solano.

Aunque no hay curas ni vacunas contra el dengue, sus efectos pueden sortearse exitosamente con reposo total, hidratación permanente y la administración de la medicina acetaminofén.

El virus manifestado en América Central presenta las cuatro variedades, o serotipos, conocidas: dengue 1, 2, 3 y 4. Por lo común provocan dengue clásico, que produce fiebre, erupción en la piel, debilidad general, dolor en los ojos y ardor de cabeza.

El peligro sobreviene cuando una persona es sucesivamente contagiada por diferentes serotipos. Es entonces cuando puede presentarse el dengue hemorrágico, que ocasiona sangrados internos que pueden conducir a la muerte.

América Central es campo fértil para las enfermedades contagiosas por el deficiente sistema de recolección de basura y la debilidad de las normas de higiene en muchas familias.

”Hay una clara vinculación de la salud con la pobreza”, dijo a Tierramérica el especialista dominicano Delmín Cury, asesor sobre enfermedades contagiosas de la Organización Panamericana de la Salud en Honduras.

Cury apuntó que la solución al dengue requiere el abordaje de varios sectores de la sociedad para resolver los problemas de saneamiento, la disponibilidad de agua y la recolección de residuos.

La mitigación de la epidemia sólo será posible con la participación de la población, concluyó.

*Publicado originalmente el 20 de julio por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (FIN/Tierramérica/nms/dcl/he/dv/02

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