Una organización no gubernamental de El Salvador promueve la construcción de viviendas de adobe diseñadas para resistir los frecuentes sismos de América Central.
La independiente Unión Ecológica Salvadoreña (UNES) y decenas de familias de El Salvador se aliaron para combatir el mito de la fragilidad de las construcciones de adobe, los tradicionales ladrillos de arcilla cruda secados al sol.
Ambientalistas y líderes comunitarios han construido 70 viviendas de adobe según un diseño especial para resistir sismos como los que devastaron El Salvador el año pasado.
La técnica de construcción de la vivienda ecológica sismo- resistente, concebida especialmente por ingenieros y arquitectos, combina bloques de barro, cañas de bambú y tejas con un basamento de cemento, refuerzos de hierro y un revestimiento especial para evitar que el adobe se moje con las lluvias.
El diseño establece proporciones específicas de tierra blanca, arena y arcilla que deben llevar los ladrillos para ser más resistentes.
Tras los terremotos de 2001, muchos grupos independientes se abocaron a la tarea de buscar nuevas opciones para mejorar la ingeniería de las viviendas.
El resultado que nosotros proponemos es la casa de adobe ecológica sismo-resistente, una opción ambiental, barata y muy segura, explicó el coordinador general de la UNES, Mauricio Sermeño.
La iniciativa tiene dos propósitos, el primero es proteger a las familias, y el segundo es preservar el adobe, que es parte de nuestra identidad nacional, sostuvo Sermeño.
Una casa de estas características cuesta 2.400 dólares y puede ser levantada fácilmente por la misma familia que la habitará, siguiendo las instrucciones de un manual redactado por la UNES.
Se trata de una opción ecológica, pues los materiales que se utilizan son reciclables, evitando el uso de ladrillos cocidos, cuya proceso en el horno requiere mucha leña, explicaron los ambientalistas.
El grupo ecologista procura obtener respaldo de instituciones humanitarias y donantes para ampliar la cantidad de beneficiarios.
La organización retomó un proyecto de vivienda antisísmica de adobe, elaborado en los años 90 por ingenieros y arquitectos de Francia, Perú, Chile y Colombia, para la privada Universidad Centroamericana.
En enero y febrero del año pasado, El Salvador padeció dos graves terremotos y cientos de temblores que destruyeron 300.000 viviendas y provocaron pérdidas económicas por 1.600 millones de dólares.
Para entonces la organización había construido una vivienda de adobe, que resistió intacta la sucesión de sismos. Pareció un buen augurio, y alentó a la organización y a otros ecologistas a obtener fondos para donar los materiales de construcción a las familias más pobres.
Esta casa es muy segura, muy bonita y muy fresca. El calor no se siente. Además, cuando hace frío la casa se mantiene caliente por dentro, dijo a Tierramérica Daisy Estrada, de 41 años, quien habita desde marzo con sus cinco hijos y esposo en una vivienda de adobe, en la cálida ciudad de San José Villanueva, 18 kilómetros al sur de San Salvador.
El aislamiento térmico es una de las virtudes más reconocidas de las construcciones de adobe.
Estrada y su familia perdieron su casa por los terremotos de 2001. Pero su nueva vivienda parece resistir muy bien la constante actividad sísmica del país. Nosotros mismos la construimos y estamos muy contentos, pues tiene un diseño típico muy llamativo, agregó.
La nueva tecnología, que rescata una antigua tradición, está a disposición de interesados en otros países a través de la dirección de correo electrónico coord.unes@telesal.net.
*Publicado originalmente el 27 de julio en la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (FIN/Tierramérica/nms/dcl/dv/en/02
