VENEZUELA: S.O.S. Jimmy Carter

El gobierno de Venezuela pidió la mediación del ex presidente estadounidense Jimmy Carter para destrabar el diálogo con la oposición, mientras rumores, vídeos y textos anónimos anuncian un nuevo golpe de Estado.

El mandatario venezolano Hugo Chávez, mediante una carta enviada por el vicepresidente José Vicente Rangel, solicitó a Carter su presencia en Venezuela ”en calidad de facilitador en el proceso de diálogo que adelanta el Ejecutivo Nacional”.

”En esta singular ocasión, donde las medidas de confianza mutua adquieren verdadero significado, deseo expresarle nuestro interés en contar con su apoyo para alcanzar objetivos comunes que redunden en beneficio de todos”, dijo el gobierno en la carta enviada el día 4 a Carter, quien gobernó Estados Unidos entre 1977 y 1081.

El Centro Carter, la institución dirigida por el ex presidente estadounidense para promover la democracia y los derechos humanos en el mundo, todavía estudia la invitación de Chávez. ”No tenemos comentarios sobre el tema por ahora”, dijo este viernes en Atlanta Kay Torrance, portavoz de la entidad.

El canciller de Venezuela, Roy Chaderton, consideró que ”es conveniente la presencia de eminentes ciudadanos de este hemisferio, especialmente ex presidentes que hubiesen tenido experiencias exitosas de promoción de la paz y la democracia”.

Chaderton dio por descontada la aceptación de Carter, tras destacar la sensibilidad social del ex mandatario estadounidense, que le permite ”entender que en estas confrontaciones políticas hay sufrimiento social acumulado”.

Carter realizó del 12 al 15 de mayo una visita a Cuba, donde se entrevistó con el presidente Fidel Castro, realizó varias conferencias públicas en favor del sistema democrático y se reunió con organizaciones disidentes que trabajan dentro de ese país.

Chávez recurre a Carter para destrabar el diálogo con la oposición, planteado tras el golpe de Estado cívico-militar que lo alejó del gobierno entre el 12 y el 14 de abril, en el marco de protestas sindicales y empresariales, enfrentamientos y saqueos que dejaron 54 muertos y más de un centenar de heridos.

El parlamento comenzó a investigar a fines de abril lo ocurrido en esos días de vértigo, mientras Chávez convocó a un diálogo con religiosos, personalidades independientes y de la oposición empresarial, sindical y de organizaciones civiles y medios de comunicación.

Pero el fuerte impulso inicial derivó en las últimas semanas en un estancamiento de las conversaciones, debido, según la oposición, a que sus propuestas no avanzan, en especial las que se refieren a la renovación de la fiscalía, de los organismos de contralor del Estado y del Defensor del Pueblo.

La intención de la oposición con este planteo es adelantar la salida del gobierno de Chávez por vías institucionales.

El embajador de Estados Unidos en Venezuela, Charles Shapiro, declinó hacer comentarios sobre el pedido de Chávez a Carter, al término de una reunión mantenida este viernes con Rangel.

”No tenemos una opinión al respecto”, declaró Shapiro, aunque aclaró que ”son ustedes (los venezolanos) los que tienen que escoger a los facilitadores”.

Sin embargo, el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, propuso en la asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA), realizada el fin de semana pasado en Barbados, enviar una misión facilitadora de diálogo a Venezuela, ”cuya democracia está a prueba”.

La representación venezolana rechazó esa propuesta. En la reunión realizada en abril por la OEA para examinar lo ocurrido en Venezuela, Powell propuso al secretario general del foro americano, César Gaviria, como mediador entre Chávez y la oposición.

El experto en asuntos internacionales Héctor Faúndez dijo a IPS que ”a Carter no le va a disgustar la idea de mediar en Venezuela”.

”Va a tener la buena disposición de atender el pedido y no creo que lo rechace. El problema es cómo hará para que la oposición venezolana acepte la agenda y las explicaciones del gobierno”, comentó.

Mientras, Chávez renovó el gabinete económico, pero no ha instrumentado las reformas que reclaman las organizaciones empresariales más combativas, como las de los sectores agropecuario, industrial y financiero.

Pero el simbólico talón de Aquiles del diálogo es que la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), la principal central sindical del país, se niega a acudir a la mesa de negociaciones hasta que el gobierno reconozca a su directiva y resonpa a otros reclamos.

El gobierno considera que las elecciones por las cuales Carlos Ortega obtuvo la presidencia de la CTV estuvieron empañados por actos irregulares.

De la mesa de diálogo con el gobierno se han retirado de manera progresiva figuras políticas, delegados de los gobiernos regionales, empresarios y directivos de medios de comunicación, por entender que no había avances y en solidaridad con la CTV.

En tanto, supuestos oficiales del ejército y de la guardia nacional, con sus rostros cubiertos con capuchas, emitieron un vídeo por canales de televisión privada en el que advierten que, si no se ejecutan cambios como los que pide la oposición, saldrán a emplear sus fusiles contra los ”círculos bolivarianos”.

Algunos de esos círculos, que Chávez y el oficialismo presentan como organizaciones reivindicativas y educativas de los sectores populares, son acusados por la oposición de servir como fachada a grupos civiles armados para defender al gobierno.

Este viernes, al cabo de una noche poblada de rumores de golpe de Estado, nuevos textos de supuestos grupos militares con apoyo de organizaciones civiles fueron divulgados por la prensa caraqueña. (FIN/IPS/jz/dm/ip/02

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