TRABAJO: Globalización no cura ni es causa de todos los males

La globalización y en particular sus efectos negativos sobre el panorama laboral en el mundo salieron mal parados de los debates que se desarrollan esta semana en la conferencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Los ataques más cáusticos provinieron del huésped de honor de la Conferencia Internacional del Trabajo, el primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, que planteó dudas sobre las propiedades de la globalización para curar los males sociales del mundo.

Sin embargo, el gobernante malasio no se declaró opositor del fenómeno, porque se trata de ”una gran idea” que, interpretada en forma correcta, puede constituir un medio para ”corregir las injusticias de la sociedad en todo el mundo”.

La propia OIT se ocupó de manera profunda de la globalización al examinar las causas del trabajo informal, uno de los asuntos principales de la conferencia, que prolongará sus sesiones en Ginebra hasta el 20 de este mes.

Con frecuencia se cita a la globalización como una de las razones importantes de la proliferación de la economía informal y se tiende a extraer conclusiones negativas y declararla culpable, advirtió la OIT.

El documento de la organización tripartita, integrada por gobiernos, sindicatos y empresas, previene que el dictamen negativo sobre la globalización puede resultar ”engañoso y no de gran ayuda, especialmente a los efectos políticos”.

La economía informal creció a ritmo acelerado en todo el mundo, incluidos los países industrializados. La mayor parte de los nuevos empleos en los últimos años han sido creados en el sector informal, especialmente en los países en desarrollo y en transición.

La OIT sostiene que en comparación con el empleo reconocido, protegido, seguro y formal, el trabajo en la economía informal no puede calificarse de ”decente”, término que define los objetivos de la institución para la ocupación universal.

Entre la economía informal y la globalización existe una relación, como se desprende del hecho de que ese tipo de actividad no estructurada prospera en los países en desarrollo que no han podido integrarse en la economía mundial.

El estudio de la OIT indaga sobre los motivos que impiden a esos países beneficiarse del comercio, la inversión y la tecnología.

La causa de ello, más que la globalización en sí misma, es la incapacidad de los países en desarrollo para participar en esos procesos de mundialización, ya sea debido a sus propias políticas internas o a las barreras internacionales, concluye el documento de la agencia de la Organización de las Naciones Unidas.

El director general de la OIT, Juan Somavía, coincidió con la idea de que los problemas que originan el trabajo informal no deben buscarse en la globalización.

Sin embargo, Somavía aclaró a IPS que la globalización no ha sido capaz de resolver esos problemas.

El funcionario internacional dijo a los ministros que asisten a la conferencia de la OIT que la mayor falla de la globalización es posiblemente no haber producido empleos suficientes para todos los que buscan o en los lugares donde más se necesitan.

En las filas de ejército mundial de desempleados se alistan actualmente más de 1.000 millones de hombres y mujeres. Esa cifra abarca también a los subempleados y a los trabajadores pobres.

En directa consecuencia, existen en el mundo 120 millones de trabajadores y sus familiares obligados a emigrar con la esperanza de encontrar una ocupación en alguna parte.

En ese aspecto, Mahathir reclamó que la globalización ”debe ser para todos”.

Si se permite a los capitales desplazarse libremente a través de las fronteras, también los trabajadores deberían tener ese derecho, expuso el gobernante malasio.

La OIT consignó en su estudio que los grupos antiglobalización sostienen que ese fenómeno tiende a favorecer al capital, en especial a las empresas que pueden moverse fácil y rápidamente a través de las fronteras.

En cambio, desfavorece a los trabajadores, principalmente a los de menor especialización, para quienes la emigración es difícil o imposible.

La globalización debe ser regulada para impedir los monopolios, los oligopolios y la explotación de los pobres por los ricos, insistió Mahathir.

En ese sentido, el estudio de la OIT coincide en que las políticas gubernamentales serán determinantes para que la globalización conduzca al trabajo decente o, en su defecto, hacia la economía informal.

Somavía caracterizó a los trabajadores informales por su falta total de protección, porque carecen de derechos y se encuentran ”en el lado oscuro de la realidad”.

Un comité tripartito discute las orientaciones que la conferencia de la OIT impartirá la semana venidera a la secretaría de la organización para encarar el problema de los trabajadores informales. (FIN/IPS/pc/dm/lb/02

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