El consumo de cocaína y marihuana en Brasil es mucho más bajo que en países industrializados, aseguró un estudio divulgado este miércoles en Brasilia, en la apertura de la Semana Nacional Antidrogas.
Sólo 2,3 por ciento de 8.600 personas entrevistadas en las 107 principales ciudades brasileñas declararon haber consumido cocaína alguna vez, informó el jefe del Gabinete de Seguridad Institucional de la Presidencia, general Alberto Cardoso.
Encuestas realizadas en Estados Unidos llegan a 11,2 por ciento de las personas consultadas al respecto, mientras que en Europa supera tres por ciento, agregó.
La investigación, llevada a cabo por el Centro Brasileño de Información sobre Drogas Psicotrópicas de la Universidad Federal de Sao Paulo, fue encomendada por la Secretaría Nacional Antidrogas, un organismo gubernamental que coordina la prevención y el combate contra el comercio de narcóticos.
El estudio también reveló que sólo 6,9 por ciento de los entrevistados probó alguna vez marihuana. Ese indicador alcanza 34,2 por ciento en Estados Unidos, 22,2 por ciento en España y 16,5 por ciento en Chile, señaló el general Cardoso.
Basado en tales datos, Cardoso apuntó que la situación no es alarmante en Brasil y que la sociedad está ganando la guerra contra el narcotráfico y que el consumo de drogas merma en algunas áreas del país.
Sin embargo, el presidente Fernando Henrique Cardoso pidió tolerancia cero contra el crimen organizado, tras señalar que son muchos los dependientes de drogas ilícitas.
El material divulgado este miércoles también destaca que sólo uno por ciento de los entrevistados se declaró dependiente de la marihuana. Ese indicador corresponde a 1,7 millones de personas, si se proyectara a la población brasileña, precisó Cardoso.
Pero las drogas legales son las que constituyen el mayor problema, pues 11,2 por ciento de los entrevistados se declararon alcohólicos y nueve por ciento dependientes del tabaco, lo cual comprende un total de 9,4 millones de personas en las 107 ciudades contempladas por la encuesta.
La inauguración de la cuarta Semana Nacional Antidrogas, una iniciativa oficial destinada a movilizar la sociedad, incluyó la entrega de certificados a personalidades e instituciones destacadas en el combate contra el abuso de estupefacientes.
En el encuentro participaron también la escritora Gloria Perez y la actriz Débora Falabella, respectivamente autora e intérprete de una drogadicta en la telenovela El Clone, cuyas emisiones finalizaron la semana pasada en Brasil, con una cantidad récord de audiencia.
La telenovela trató largamente del problema de la drogadicción, incluyendo personajes con extrema dependencia de la cocaína y testimonios de personas reales que enfrentaron el problema.
Este aspecto de la telenovela tuvo fuerte impacto en la opinión pública, superando incluso la repercusión del asunto central, que eran las posibles consecuencias existenciales, afectivas y jurídicas de la supuesta clonación de un ser humano, 20 años atrás.
El presidente Cardoso manifestó su preocupación por hechos que demuestran el poder alcanzado por el narcotráfico en los barrios pobres de Río de Janeiro, donde el periodista Tim Lopes fue asesinado hace dos semanas, cuando hacía un reportaje para la red de televisión Globo.
El crimen organizado se convirtió en un poder paralelo al del Estado en las favelas (barrios pobres), donde viven un millón de personas, según comentarios de varios expertos sobre el asesinato de Lopes y la ola de tiroteos que sufrió la ciudad en las últimas semanas.
Es necesario contener la expansión de las drogas y hacer cumplir la ley, con una guerra sin treguas contra el crimen organizado, afirmó el presidente Cardoso.
Por su parte, el general Cardoso, que coordina el servicio de inteligencia y actividades relacionadas a la seguridad del Estado, defendió con fuerza la represión a los narcotraficantes y la asistencia a los dependientes, que son enfermos.
Cardoso opinó que el país podrá dentro de dos o tres generaciones alcanzar una situación que permita sacar las drogas de la ilegalidad.
Pero eso pidió la educación de la población para que tenga conocimiento de los daños y las amenazas que representan los narcóticos y adquiera discernimiento suficiente para decidir.
A su vez, el ministro de Justicia, Miguel Reale Junior, destacó que el combate contra el crimen organizado exige informaciones y la identificación de los que más ganan con el narcotráfico, es decir los que lavan dinero sucio, y no sólo los narcotraficantes. (FIN/IPS/mo/dm/ip/02
