Arabia Saudita es un paraíso fiscal para inversores, al igual que otras naciones del Golfo, pero un nuevo proyecto de ley propone gravar los ingresos de trabajadores inmigrantes, y puede ser imitado por otros países de la región.
El Consejo Consultivo saudita aprobó esta semana en primera instancia el proyecto, que establecería un impuesto de 10 por ciento al ingreso salarial de trabajadores provenientes de otros países, cuando sea más de 800 dólares por mes y con excepciones.
Quedarían excluidos los ciudadanos de otros países árabes del Golfo, quienes pagan el impuesto religioso llamado zakah al igual que los sauditas, así como las personas provenientes de naciones que hayan firmado acuerdos con Riyadh para evitar duplicación de impuestos.
La iniciativa, de 75 artículos, busca enmendar una ley vigente desde hace 50 años que nunca fue implementada, e incluye también rebajas de entre 30 y 45 por ciento del impuesto a las ganancias de compañías extranjeras.
Los 120 integrantes del Consejo, que pronto adoptarán su decisión definitiva en la materia, sólo pueden hacer recomendaciones al monarca, de quien depende en forma exclusiva la aprobación de leyes.
Abdul Rahman Al Jeraisy, un hombre de negocios de Riyadh, dijo al diario Okaz en declaraciones publicadas el martes que la iniciativa lo sorprendió, y que su entrada en vigencia podría desestimular la inversión extranjera.
Vivimos en un mundo de intensa competencia, y varios países vecinos atraen inversión extranjera mediante incentivos, para lograr ingresos de capital y tecnología, sostuvo Al Jeraisy, quien arguyó que cualquier nuevo impuesto perjudicará los intereses sauditas en la materia.
Sin embargo, la prensa saudita también ha publicado opiniones de hombres de negocios provenientes de otros países, quienes sostienen que los trabajadores inmigrantes deben hacer algunos sacrificios.
Residen en Arabia Saudita unos siete millones de trabajadores provenientes de otras naciones, y unos cinco millones están empleados en el sector privado. Según datos oficiales, los inmigrantes envían a sus países de origen remesas que suman unos 18.000 millones de dólares anuales.
La entrada en vigencia del proyecto permitiría recaudar unos 1.600 millones de dólares anuales, según especialistas.
Es un buen comienzo para asegurar ingresos no petroleros, necesarios para todos los Estados del Golfo, opinó el banquero y economista Mohammed Al Muhairi, de Emiratos Arabes Unidos.
Arabia Saudita posee la cuarta parte de los yacimientos de petróleos descubiertos en el planeta, pero su gobierno prevé un déficit de 11.500 millones de dólares en el actual año fiscal.
Esa es una de las razones de que Riyadh se haya resistido a acompañar el mes pasado la iniciativa iraquí de suspender la exportación de petróleo a Estados Unidos y sus aliados, para presionar por una solución al conflicto entre israeíes y palestinos.
El proyecto saudita parece apuntar también a paliar el creciente desempleo de los ciudadanos de ese país, comentó Muhairi.
El sector privado de los ricos países petroleros del Golfo depende mucho de trabajadores inmigrantes, pero en los últimos tiempos es presionado por los gobiernos de la región para que aumente la contratación de trabajadores locales.
Emiratos Arabes Unidos, por ejemplo, impuso el año pasado el pago de servicios de salud que antes eran gratuitos, entre ellos los de consultas, medicamentos, internación en hospitales e intervenciones quirúrgicas, y eso equivale impuestos indirectos a los ingresos de inmigrantes, apuntó la periodista Mariam Iqbal.
A eso hay que agregar tarifas de agua y electricidad, tributos municipales, y nuevos trámites exigidos para otorgar visas y cambiar de empleo, para comprender la creciente inquietud de los inmigrantes. Crear nuevos impuestos puede disminuir la calidad de la fuerza de trabajo extranjera, añadió.
La eficiencia de los servicios públicos es mayor en el Golfo que en los países de origen de la mayoría de los trabajadores inmigrantes, que estarán dispuestos a pagar más impuestos en la medida en que esa ventaja se mantenga, alegó el banquero Santosh Singh, de Emiratos.
El resultado será distinto si los fondos obtenidos mediante recaudación de nuevos impuestos se destinan a excesivas e ineficientes burocracias, agregó. (FIN/IPS/tra-eng/nj/mp/if lb/02