AMBIENTE-CHILE: El ciervo del escudo expulsado de su hábitat

El huemul, un tipo de ciervo cuya imagen acompaña a la del cóndor en el escudo de Chile, está en peligro de extinción en las áreas centrales del país que puebla desde tiempos ancestrales, y se piensa que en la próxima década quedará relegado a deshabitadas tierras meridionales.

La amenaza que afronta ese mamífero, cuyo nombre científico es hippocamelus bisulcus, es un proceso histórico de destrucción de su hábitat, dijo a IPS la bióloga Victoria Maldonado.

En el área que va del río Ñuble a la laguna de Laja, entre 400 y 600 kilómetros al sur de Santiago, había en 1975 unos 150 huemules. Su número disminuyó a 60 en 1997, y hoy la población se estima en apenas 40 ejemplares.

Así se señaló en un encuentro realizado este mes en Chillán, a 403 kilómetros de la capital, que reunió a 50 expertos de Argentina, Brasil, Chile, Estados Unidos, Perú y Uruguay, quienes hicieron un urgente llamado a la cooperación internacional para salvar esta especie.

El huemul fue bautizado así en Chile por la etnia mapuche, y es una especie autóctona de Argentina y Chile. Su imagen fue incorporada en 1883 al escudo de armas chileno, y poco más de un siglo después, en 1993, fue declarado en peligro de extinción.

Los especialistas reunidos en Chillán señalaron que la población actual de huemules en Argentina y Chile es de 1.500 a 2.000 ejemplares, y advirtieron que en las próximas dos a tres décadas ese ciervo podría desaparecer de las centrales provincias argentinas de Neuquén y Río Negro.

Sólo en parques nacionales y reservas naturales hay signos de recuperación de la especie, indicó en el encuentro el biólogo estadounidense Anthony Povilitis.

Las cifras mencionadas en Chillán no coinciden con las de la Corporación Nacional Forestal de Chile (CONAF), organismo gubernamental que calcula en 6.000 ejemplares la población de huemules sólo en el parque nacional Bernardo O'Higgins, en el extremo sur de Chile.

Esa diferencia es posible por la carencia de un censo de la especie, incluso en ese parque, de 3,5 millones de hectáreas, que según la CONAF contiene la mayor reserva de huemules en Chile.

La CONAF y el Centro de Aclimatación Zoológica de la meridional región chilena de Magallanes firmaron este mes un convenio para la conservación del huemul en ese parque, con una inversión inicial prevista de 300.000 dólares.

Ese convenio permitirá investigar requerimientos y hábitos del animal y su interacción con otras especies en la zona, señaló Marco Cordero, director regional de la CONAF.

Evitar la extinción del huemul en la zona central de Chile requiere una inversión muy superior, del orden de los cinco millones de dólares, para crear un área de protección entre el río Ñuble y la laguna del Laja, se dijo en el encuentro de Chillán.

”Donde conseguir esos recursos es la pregunta del millón”, comentó Maldonado, coordinadora del Programa de Biodiversidad del Comité Nacional pro Defensa de la Fauna y Flora (CODEFF), la más antigua de las organizaciones ambientalistas de Chile.

Con el apoyo de la Sociedad Zoológica de Francfort, la CODEFF compró un predio de 7.500 hectáreas en la zona de Chillán y estableció allí un santuario natural de protección del huemul, además de lograr que compañías forestales se comprometieran a conservar otras 10.000 hectáreas.

La CODEFF coopera con la CONAF y otras instituciones para establecer un ”corredor biológico” desde el nevado (montaña) de Chillán hasta la laguna del Laja.

”Pero eso no es suficiente. Se necesitan más compromisos del Estado y de empresas forestales y de turismo, y que los municipios tengan claridad en sus planes de desarrollo sobre la importancia de una especie que está en nuestro escudo nacional”, expresó la bióloga.

”Esto compete a los sectores público y privado y a toda la comunidad, y no sólo a las localidades donde se encuentra el huemul, sino a las de todo Chile. Se requiere un 'proyecto país'”, enfatizó.

Cuando los conquistadores españoles llegaron al actual territorio chileno en el siglo XVI, existían huemules desde la zona de Rancagua, unos 100 kilómetros al sur de Santiago, hasta la Patagonia, más allá del Estrecho de Magallanes.

La fundación de poblados y las explotación agrícola fueron los primeros desafíos para esos tímidos animales, que desde 1800 sufrieron también consecuencias de la introducción al país del ciervo rojo y el gamo, distribuidos hoy en las regiones de la Araucanía y Los Lagos, de 600 a 1.000 kilómetros al sur de Santiago.

La ganadería extensiva introdujo enfermedades que contagiaron a los ciervos, y los perros acompañantes de los rebaños se transformaron también en enemigos de los huemules, dijo a IPS la experta de la CODEFF.

La destrucción del hábitat del ciervo americano se completó en la zona central de Chile con la incesante expansión de la frontera agrícola, obras de infraestructura vial y de energía y sustitución del bosque nativo por parte de las empresas forestales, añadió. (FIN/IPS/ggr/mp/en/02

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