El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunció cambios en su política, pidió perdón por sus discursos agresivos del pasado y llamó al diálogo nacional, al hablar este lunes por primera vez ante la prensa tras retomar el gobierno el domingo.
Chávez, en una maratónica y concurrida conferencia, pidió disculpas a los medios de comunicación y a los gerentes de la empresa estatal Petróleos de Venezuela SA (Pdvsa) por haberlos agredido en sus alocuciones.
El gobierno iniciará una ronda de consultas para nombrar una nueva junta de dirección de Pdvsa, cuyo conflicto encendió la mecha de una huelga general y manifestaciones de la oposición que derivó en el golpe de Estado contra Chávez en la madrugada del viernes.
El discurso del mandatario en materia de política exterior dio un giro radical. Me hice la promesa de no volver a la diplomacia del micrófono, afirmó tras negarse a comentar las actitudes de Estados Unidos y de Colombia, que manifestaron simpatías por el gobierno transitorio de menos de dos días de Pedro Carmona.
No pienso romper esa promesa, me abstendré de responder a esas preguntas, recalcó Chávez luego que periodistas insistieran sobre las reacciones de Bogotá y Washington, con los que el presidente venezolano mantuvo fuertes polémicas en el pasado y que no condenaron explícitamente el golpe de Estado en su contra.
El ministro de Educación, Aristóbulo Izturiz, dijo a IPS que la lección de esta crisis para el gobierno debe ser aprender a gobernar con pluralidad. Debemos rectificar para lograr la gobernabilidad en en país que está dividido en dos, admitió.
Chávez fue derrocado el viernes en la madrugada por el alto mando de las Fuerzas Armadas, que puso en su lugar en forma interina a Carmona, presidente hasta ese momento de Fedecámaras, la principal asociación empresarial del país y uno de los líderes de la ofensiva opositora contra el gobierno constitucional.
Sin embargo, la situación política cambió radicalmente al día siguiente. Varias guarniciones militares del país se sublevaron contra el alto mando el sábado y desconocieron a Carmona, quien al momento de asumir la presidencia disolvió la Asamblea Nacional (parlamento).
Carmona también destituyó el resto de los poderes públicos y aseguró tener la potestad de designar nuevos gobernadores y alcaldes, todos cargos elegidos.
El derrocamiento de Chávez fue el corolario de una nutrida manifestación callejera desarrollada el jueves en reclamo de su renuncia, en el marco de la huelga general por tiempo indefinido iniciada el martes con la convocatoria de Fedecámaras y la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV).
Los empresarios y sindicalistas organizaron la huelga general en apoyo a los gerentes de Pdvsa, que habían paralizados sus tareas en rechazo a la nueva dirección de la empresa nombrada por Chávez, a la que calificaban de muy politizada.
Uno de los primeros anuncios realizados por Chávez este lunes fue precisamente en torno a la empresa petrolera, el motor económico del país y que aporta 50 por ciento de los ingresos del Estado.
Rectifico mis posiciones, dijo el presidente para luego anunciar que nombrará una nueva junta de dirección de la firma petrolera.
Chávez, quien durante su detención pidió que dos sacerdotes católicos velaran por su integridad física, dialogó justamente con los arzobispos Ignacio Velasco, de Caracas, y Balstazar Porras, de Mérida, con los que había sostenido los más abiertos enfrentamientos públicos hasta la semana pasada.
Pasé largas horas con ellos, tuve mucho tiempo para pensar, para revisar cosas, comentó Chávez este lunes.
Una de las cosas que habló con Velasco fue mi costumbre de dirigirme por su nombre a personas en medio de mis discursos, de mis intervenciones, apuntó.
Concretamente le pido perdón a los dueños de los medios de comunicación, a los que he mencionado por su nombre, a los gerentes de Pdvsa, a los que despedí por su nombre cuando debían ser decisiones administrativas, precisó.
Chávez dijo que la forma polémica con las que se dirigió a estas personas respondieron a impulsos, pero recalcó que un jefe de Estado no debe comportarse de esa manera.
Del mismo modo, y por primera vez en sus tres años de gobierno, Chávez admitió que su administración no era suficientemente eficiente y se comprometió ha rectificar el rumbo.
Según el presidente venezolano, se han tomado decisiones, pero luego no se han ejecutado cabalmente, en prejuicio de la población. Eso no me corresponde sólo a mí, están también mis ministros y llamo también a rectificar a mi equipo de colaboradores, señaló.
Chávez, a lo largo de más de tres horas, también hizo un llamado a sus simpatizantes para que no ataquen en la calle a camarógrafos, periodistas, fotógrafos, en lo que constituye su primera exhortación pública en ese sentido.
El analista político Teodoro Petkoff, director del vespertino Tal Cual, opinó este lunes que el reto del presidente es asumir que él es el jefe de Estado de todos los venezolanos y no sólo de la facción de los que lo apoyan o votaron por él.
El presidente debe preguntarse qué cosas hizo en su gobierno de tres años para que llegáramos a este punto, a este quiebre institucional, aseveró.
Una medida concreta, también inédita en su gestión, fue la anunciada convocatoria de un Consejo Federal de Gobierno, integrado por todos los poderes públicos y que se reunirá este martes.
Respecto de las Fuerzas Armadas, Chávez admitió que aún deberá tomar decisiones, tras el golpe y contragolpe, tanto en la conformación de un nuevo alto mando militar, como en los procesos judiciales contra los generales que respaldaron el efímero gobierno de Carmona.
Una primera medida de Chávez fue ratificar como jefe del alto mando al general Lucas Rincón, quien fue leal y noble en esta crisis.
También informó de la sustitución del general Efraín Vásquez del cargo de comandante general del ejército por el general Julio García Montoya, uno de los oficiales que no reconoció a Carmona. (FIN/IPS/ac/dm/ip/02