SRI LANKA: Líder rebelde sale de las sombras para hablar de paz

El principal jefe insurgente de Sri Lanka brindó su primera conferencia de prensa en 12 años, y aseguró que está dispuesto a lograr un acuerdo en las conversaciones de paz que se prevé realizar en Tailandia, pero muchos esperan a ver hechos para creerle.

Velupillai Prabhakaran, líder de los Tigres por la Liberación de la Patria Tamil, recibió a unos 400 periodistas locales y extranjeros el miércoles en la septentrional ciudad de Kilinochichi, bastión insurgente, y contestó durante dos horas todas las preguntas, sin eludir cuestiones delicadas.

Entre esas cuestiones estuvieron su demanda de un Estado independiente para la minoritaria etnia tamil en la región nororiental del país, las negociaciones previstas para poner fin a 19 años de conflicto, y la posibilidad de que se reanude el combate si ese diálogo fracasa.

Prabhakaran opinó el miércoles que el primer ministro Ranil Wickremasinghe, en el gobierno desde las elecciones parlamentarias de diciembre, desea con sinceridad una solución pacífica de la guerra civil, que ha causado la muerte de más de 64.000 personas.

También dijo estar dispuesto a darle todo el tiempo posible para construir consenso por la paz en la región meridional, donde predomina la mayoritaria etnia cingalesa, y que Wickremasinghe no puede lograr una solución rápida debido a la oposición de su antecesora, Chandrika Kumaratunga, del partido Alianza Popular.

Los Tigres estarían satisfechos si se pacta una administración interina durante dos o tres años para la región cuya independencia reclaman, mientras las autoridades buscan ese consenso, con miras a una solución permanente del conflicto étnico, indicó.

Grupos cingaleses radicales de la región meridional, conducidos por parte del clero budista, se oponen incluso a que los tamiles tengan mayor autonomía regional.

Los Tigres han impulsado la creación de un Estado independiente, pero están dispuestos a abandonar la lucha armada si se plantea otra solución que satisfaga a la comunidad tamil, aseguró Prabhakaran.

El jefe insurgente ”pareció tranquilo y dio la impresión de desear la paz, pero ¿podemos creerle?”, comentó el funcionario de seguridad Susith Gunatillake, tras ver por televisión la conferencia de prensa.

”Todos queremos que esta guerra termine, pero los Tigres tienen una historia de ruptura de ceses del fuego y abandono de conversaciones de paz tras decir las mismas cosas agradables” que dijo en esta ocasión su jefe, añadió.

Prabhakaran trata de mejorar su imagen local e internacional, y de presentarse como un simple hombre de familia, señaló Neela Marikkar, directora gerencial de la agencia publicitaria Grant McCann e integrante de la organización pacifista SriLankaFirst, creada por la comunidad empresarial.

En los últimos días, el jefe insurgente se hizo ver con vestimenta informal en vez de su tradicional uniforme, para reunirse con mediadores noruegos, y su esposa apareció en público por primera vez hace dos semanas, indicó.

Esta semana, se entrevistó con representantes de varios partidos tamiles, con el líder del mayor partido musulmán del país y con dirigentes políticos que representan a trabajadores agrícolas de origen étnico indio, apuntó.

”Es un gran cambio. Nunca se había reunido con tantos políticos, y creo que esta vez debemos concederle el beneficio de la duda”, opinó.

La actitud de Prabhakaran sorprendió al especialista Jehan Perera, director del Consejo Nacional de Paz, apoyado por Noruega.

”De hecho, pareció que hablaba en nombre del primer ministro”, y dio muestras de una ”actitud liberal, con propuestas concretas para lograr adecuada autonomía” de los tamiles, opinó.

”No renunció a la lucha armada ni al objetivo independentista, con el argumento de que en esta etapa inicial del proceso de paz, aún es muy pronto para revisar una estrategia. Creo que fue la respuesta correcta”, agregó.

El comienzo del proceso de paz ha implicado el cese de ataques con bombas en la capital, y alivio para los habitantes de zonas rurales, de donde provienen muchos de los soldados muertos, pero el futuro aún es incierto, según el periodista Sunil Jayatillake, de la etnia cingalesa.

”Nadie confía en los Tigres, y ellos logran en la actualidad todo lo que desean, en nombre de la paz”, afirmó.

Por ejemplo, se tolera que los insurgentes administren una línea propia de autobuses, en un tramo de la principal carretera que une las regiones meridional y septentrional, y que cobren peaje a a los vehículo que recorren ese trayecto, apuntó.

Muchos integrantes de la comunidad de negocios alientan grandes esperanzas de paz, tras un año en el cual el conflicto tuvo consecuencias económicas devastadoras.

”Creo que Prabhakaran habla en serio esta vez, y que por eso aparece en público con su esposa”, opinó Marikkar.

La actividad económica disminuyó mucho tras el ataque en julio de los Tigres al aeropuerto internacional de Colombo, que destruyó la mitad de los aviones de la aerolínea nacional, SriLankan Airlines, y media docena de aeronaves militares de combate.

Ese atentado determinó que aerolíneas internacionales dejaran de hacer escala en el país y un brusco descenso del ingreso de turistas.

No todos comparten el optimismo de los empresarios.

”¿Podemos olvidar las masacres de civiles y otras atrocidades cometidas por los Tigres?”, dijo a IPS Samantha Senaratne, ex integrante de la marina de guerra.

”Prabhakaran tendrá mostrar aportes a la conciliación más contundentes que declaraciones en conferencias de prensa y agradables fotos familiares, para probar que esta vez sus intenciones son honorables”, añadió. (FIN/IPS/tra- eng/fs/js/mp/ip/02

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