POBLACION-CANADA: Fronteras abiertas para trabajo poco calificado

Canadá recibirá este año casi 200.000 inmigrantes calificados, y aunque la economía sigue necesitando expertos, por ejemplo en informática, también hay demanda de carniceros, soldadores y otros trabajadores manuales.

Carpinteros, maquinistas y mecánicos fueron admitidos en los últimos meses, en general procedentes de Alemania, China, Filipinas, Ucrania y la antigua Yugoslavia.

La escasez de mano de obra ha sido durante largo tiempo cubierta con trabajadores temporarios, a quienes se les permite la entrada sólo si cuentan con un empleo asegurado antes de llegar al país y en el entendido de que no podrían solicitar la residencia permanente.

Más de 70.000 permisos fueron otorgados en 2000 a operarios temporarios, una cantidad ligeramente mayor a la de 1988, cuando se había registrado el pico más alto de las últimas décadas.

Pero en los últimos años, representantes de la industria protestaron porque el programa de trabajadores temporarios es demasiado lento para satisfacer la demanda de una economía en constante cambio.

Las autoridades respondieron con un proyecto piloto para el floreciente sector informático, según el cual expertos en la materia pueden ingresar al país sin tener garantizado un empleo concreto.

Sin embargo, el Banco de Canadá alertó que la escasez de expertos en tecnología informática amenaza expandirse a la construcción, la ingeniería, el transporte en camiones y los servicios de alimentación y alojamiento.

El sistema federal destina dos tercios de las plazas de inmigración a trabajadores necesarios en diversas áreas de la economía. El tercio restante corresponde a familiares y refugiados. Este año, Canadá admitirá 200.000 inmigrantes de los tres tipos.

A la vez, el gobierno federal comparte con las 13 provincias y territorios canadienses el control de la inmigración.

Las normas migratorias disponen la elaboración, por parte de las autoridades provinciales, de una lista de ocupaciones de alta demanda. Las provincias también se encargan de escoger a los candidatos.

La oriental provincia de New Brunswick, por ejemplo, necesita maquinistas y mecánicos de refgrigeración y aire acondicionado, entre otras profesiones. Por su parte, la occidental Manitoba necesita albañiles y mecánicos de maquinaria pesada, y todas las provincias continúan reclutando ingenieros en computación.

Estas normas ”nos dan la oportunidad de hablar con las personas que aspiran a trabajar en Manitoba y a afrontar un proceso de evaluación”, dijo el viceministro asistente de Inmigración de la provincia, Gerry Clement.

La provincia recibirá este año 1.000 personas, la cuarta parte de los que presentan su solicitud. En 1998, las autoridades locales aceptaron a 200 trabajadores y familiares, 450 en 1999, 500 en 2000 y 750 en 2001.

Analistas pronostican una crecimiento del uso de estas normas en las provincias, a medida que Canadá se apoya cada vez más en la inmigración para organizar su economía.

El periodo 1996-2001 fue el primero en que la inmigración superó el crecimiento natural del país, según se desprende del censo de 2001. Ese año, la población canadiense sumó más de 30 millones de personas.

Un proyecto de ley pone mayor énfasis en la educación adquirida y la capacidad de hablar inglés y francés. De aprobarse, esa iniciativa impedirá el ingreso de la mayoría de las personas que procuran abandonar sus países por razones económicas, según empresarios y activistas.

La Cámara de Comercio y la Asociación de Consulta Gerencial cuestionaron la iniciativa. Se prevé que el gobierno flexibilice el proyecto para permitir que los trabajadores temporarios soliciten la residencia mientras estén en el país, como lo establece, por ejemplo, la ley de Manitoba.

Mientras, algunos empleadores desesperados están pagando el viaje en avión de obreros temporales.

En la suroriental ciudad de Toronto, donde una acelerada expansión de la construcción se quedó sin trabajadores del sector, fue recibida la semana pasada una primera tanda de inmigrantes procedentes de Chile, Filipinas, Rusia y Ucrania.

Los recién llegados reciben un salario de 13 dólares la hora, y cuentan con seguro de salud para los primeros tres meses en el país.

El caso fue el origen de un acuerdo entre los constructores y el gobierno federal para garantizar programas de capacitación para trabajar en el sector. Aun así, resulta difícil ”interesar a los jóvenes en la industria de la construcción. Es un trabajo duro y a la intemperie”, dijo Jim Murphy, de la Asociación de Constructores de Vivienda de Toronto.

La directora ejecutiva de la Organización de Servicios a Inmigrantes de Ottawa-Carleton, Nancy Worsfold, sostuvo que el acuerdo no es totalmente beneficioso para los obreros temporarios.

Esta categoría aumenta la ”vulnerabilidad de los trabajadores, que dependen de su empleador. Si éste los despide, se quedan sin trabajo, y también sin país”, puntualizó Worslfold.

Un informe presentado el año pasado por la Unión de Trabajadores de Granjas de Estados Unidos reveló que las condiciones laborales son inadecuadas en Canadá.

Los empleados agrícolas mexicanos fueron obligados a pagar programas gubernamentales como seguros de desempleo que luego no tuvieron oportunidad de reclamar.

El número de trabajadores mexicanos, que pasan hasta ocho meses cosechando tomates y tabaco, entre otros cultivos, habrá aumentado de 11.000 a 13.000 desde el año pasado. (FIN/IPS/tra- en/ml/aa/lp/lb if/02

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