MERCOSUR: Uruguay entre la crisis regional y la seducción de EEUU

El presidente de Uruguay, Jorge Batlle, se reunió este martes en Brasilia con su par Fernando Henrique Cardoso en busca de mejores condiciones para las exportaciones de su país y de poder negociar fuera del Mercosur, sin debilitar aún más el bloque.

Los beneficios de la integración deben distribuirse por todos los países miembros y hay que respetar las diferencias entre ellos, dijo Batlle, al defender la búsqueda de alternativas de mercado para su país, como un acuerdo bilateral de comercio con Estados Unidos.

Uruguay, sofocado por la fuerte devaluación del real brasileño de 1999 y la del peso argentino de los cuatro últimos meses, sufre efectos multiplicados por las condiciones geográficas de vecindad con esos dos grandes país.

Al norte de Uruguay, con 3,3 millones de habitantes, se encuentra Brasil, con una población 50 veces mayor, y al oeste Argentina, 11 veces más poblada. Los tres países y Paraguay conforman desde 1991 el Mercosur (Mercado Común del Sur).

El peso uruguayo sufrió la depreciación de 30 por ciento respecto del dólar desde enero de 1999, un ritmo insuficiente para acompañar la devaluación de 50 por ciento del real y el derrumbe del peso argentino en más de 60 por ciento desde comienzo de año.

Así, las exportaciones de Uruguay cayeran 28,7 por ciento en enero, respecto de igual mes de 2001, debido al desbalance brasileño que redujo sus compras a ese país en 17 por ciento, al colapso económico argentino, que mermó 68,5 por ciento, y a la retracción de Paraguay, que le compró 34,3 por ciento menos.

Otros sectores importantes para la economía uruguaya, como son el turismo y el sistema bancario, también sufrieron los efectos de la crisis de Argentina.

La cantidad de visitantes argentinos a Uruguay en la última Semana Santa cayó 43 por ciento, en comparación a la del año pasado. En total, el país recibió 75.431 turistas entre el 23 y el 30 de marzo, 28,6 por ciento menos que en igual periodo de 2001, según la Dirección Nacional de Migración.

En tanto, la banca uruguaya también recibió el impacto de la crisis argentina a partir de enero, con pérdida de depósitos de no residentes, informó el Banco Central de Uruguay.

Esa situación intensificó las quejas del gobierno uruguayo contra la rigidez del Mercosur.

En ese marco, Batlle inició contactos para tratar de negociar un acuerdo bilateral con Estados Unidos, acción no permitida por las reglas del bloque, que desde el año pasado sólo admiten tratados ”cuatro más uno”, es decir que involucren a los cuatro países miembros.

El ministro uruguayo de Industria, Comercio y Energía, Sergio Abreu, que tuvo importante papel en los inicios del Mercosur como canciller, criticó la ”hipocresía” del arancel externo común, manejado de manera desigual por los dos países grandes del bloque.

Brasil, por razones estratégicas, busca mantener el Mercosur unido ante las próximas negociaciones en busca de crear el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y de alcanzar un convenio con la Unión Europea.

Por eso está dispuesto a hacer varias concesiones comerciales para que el bloque permanezca como unión aduanera, es decir aplicando el arancel externo común, aunque con muchas excepciones.

Pero la crisis argentina también provocó muchos daños a su comercio exterior. Las exportaciones brasileñas a ese país cayeron 68,9 por ciento y las importaciones mermaron 27,5 por ciento en el primer trimestre de este año, respecto a igual periodo de 2001.

De esta manera, el déficit en el intercambio bilateral se duplicó, alcanzando a 781 millones de dólares en el lapso medido, según datos de la Secretaria de Comercio Exterior brasileña.

Brasil puede absorber ese resultado negativo, ya que su balanza comercial presenta buenos resultados este año, acumulando un superávit de 1.028 millones de dólares en el primer trimestre del año.

Ese buen desempeño se debió, sin embargo, básicamente a la reducción de 24,9 por ciento de las importaciones, pues las ventas se mantuvieron estables, destacó la Confederación Nacional de la Industria (CNI) para marcar la fragilidad de ese indicador favorable.

Las exportaciones brasileñas más afectadas fueron las de productos manufacturados, a causa de que las compras argentinas eran importantes en ese sector, observaron los economistas de la CNI.

En ese marco, y sin un horizonte de superación de la crisis argentina, Brasil tiene que aliviar las tensiones en el Mercosur, al menos aquellas que le son soportables por el tamaño de su economía, para evitar que se destruyan las bases de su política externa.

El gobierno de Cardoso debería apoyar de manera efectiva, y no solo retórica, a Argentina, según el diputado Aloizio Mercadante, del opositor Partido de los Trabajadores.

El riesgo es el aislamiento de Brasil por una política agresiva de Estados Unidos, que negocia con Chile, Perú y América Central, además de estimular divisiones en el Mercosur al tratar de seducir a Uruguay, argumentó Mercadante. (FIN/IPS/mo/dm/if/02

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