LIBANO-SIRIA: Powell intenta aplacar segundo frente contra Israel

El secretario de Estado (canciller) de Estados Unidos, Colin Powell, procura impedir en su gira por Medio Oriente la apertura de un segundo frente de combates contra Israel, en su frontera septentrional con Líbano y Siria.

En las últimas semanas se registraron ataques casi diarios contra Israel a cargo del islámico Partido de Dios (Hizbolá) y de guerrilleros palestinos desde el sur de Líbano y desde Siria.

Muchas de esas operaciones apuntaban a las Alturas del Golán, territorio sirio ocupado por Israel en la guerra de los Seis Días, en 1967. Israel respondió con bombardeos aéreos y de artillería terrestre.

Esos ataques coincidieron con la ofensiva militar israelí contra poblados palestinos en Cisjordania. El primer ministro de Israel, Ariel Sharon, advirtió al gobierno de Siria, que domina la política libanesa, que la responsabilizará por las renovadas hostilidades.

Líbano y Siria ”no tomaron nuestros mensajes con seriedad”, dijo Sharon el domingo ante la Knesset (parlamento). ”Les dejamos en claro que la actual situación no puede continuar”, pues de lo contrario esos países sufrirán un ”fuerte golpe”, agregó.

Siria, que respalda la intifada (revuelta popular palestina contra la ocupación israelí) y protege a organizaciones radicales palestinas, es acusada por Estados Unidos de patrocinar el terrorismo.

Pero Damasco, cuyo acercamiento con Washington se remonta al respaldo a la campaña contra Iraq en la guerra del Golfo de 1991, afirma que los palestinos y Hizbolá sólo luchan por la liberación de las tierras ocupadas por Israel.

El peligro de que un segundo frente contra Israel en el norte se sume al frente cisjordano obligó a Powell a agregar, de forma inesperada, a Beirut y Damasco entre las escalas de su gira por Medio Oriente.

El secretario de Estado visitó Beirut y Damasco el lunes, se reunió con Sharon en Jerusalén este martes, lo hará con el presidente palestino Yasser Arafat este miércoles y realizará su última escala de su gira este jueves en El Cairo, donde se entrevistará con el presidente egipcio Hosni Mubarak.

Tanto Líbano como Siria aseguraron que procurarán detener la actividad guerrillera, pero también insistieron en que Washington contenga las agresiones del gobierno de Sharon contra Palestina, informaron fuentes sirias y estadounidenses cercanas a las reuniones de Powell.

”Las conversaciones de paz sólo pueden realizarse cuando Israel se retire de Cisjordania y Gaza y se detenga la masacre del pueblo palestino”, dijo a Powell el presidente sirio Bashar Al-Assad, según un portavoz del mandatario.

”Assad exigió a Estados Unidos que asuma un papel claro y que se comprometa a una solución práctica del conflicto que sea aprobada por la comunidad internacional”, agregó.

El presidente sirio consideró que los atentados suicida palestinos constituyen ”una reacción contra las prácticas israelíes” y sostuvo que para acabar con esos actos deben ”eliminarse los motivos”, indicó el informante.

Siria insistió en que la paz debe incluir la restitución de las Alturas del Golán.

Por su parte, Powell reafirmó a Assad el compromiso de Estados Unidos con una paz completa en la región y ”manifestó su temor de que el conflicto en el sur de Líbano se degenere en una guerra no deseada, dijo un funcionario de la misión estadounidense.

El secretario de Estado sostuvo ”que todas las partes deberían hacer gala de la máxima contención” y ”urgió a los países con influencia sobre Hizbolá, en especial Siria, a hacer todo lo posible para frenar su actividad antes de que el conflicto se profundice con consecuencias devastadoras para la región”.

El embajador de Siria en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Mikhail Wehbe, dijo la semana pasada ante el Consejo de Seguridad que Líbano ”no tiene ninguna intención de abrir un nuevo frente” de combate contra Israel.

Líbano atribuye la escalada de la violencia a las ”provocaciones” israelíes, entre ellas más de 1.000 incursiones en su territorio y en su espacio aéreo”, agregó Wehbe.

Observadores árabes creen que Líbano y Siria reaccionarán de manera positiva a los pedidos de Powell. Ambos países requieren estabilidad interna, y la inquietud popular reanimaría los sentimientos antisirios en Líbano.

Siria, cuya influencia y poder militar fue decisiva para poner fin a comienzos de los años 90 la guerra civil libanesa iniciada en los años 70, ha tomado varias medidas tendientes a reducir las divisiones en Líbano, entre ellas la retirada de sus tropas del territorio del país vecino.

La ofensiva israelí alentó la solidaridad entre facciones libanesas, en respaldo tanto de la intifada como de la oposición a la fuerte influencia que mantiene Siria en los asuntos internos.

Sin embargo, la apertura de un segundo frente árabe contra Israel en el sur de Líbano y en las Alturas del Golán no tendría, al parecer, un respaldo amplio, en particular de los líderes cristianos, muchos de los cuales respaldaron con las armas en la mano la ocupación israelí en 1982.

Siria, por lo tanto, no tiene nada que ganar con una escalada de la violencia.

Pero el sentimiento contra Estados Unidos, fundamentado en el respaldo de ese país a Israel, no cambiará luego de la visita de Powell.

”Las encuestas en Estados Unidos dejan en evidencia el apoyo a lo que hace el presidente George W. Bush y también a lo que hace Israel”, sostuvo la codirectora del Programa de Medio Oriente del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales radicado en Washington, Judith Kipper.

”El gobierno de Bush tomó la decisión estratégica de no intervenir con más fuerza” en la región, pues eso ”no beneficiaría los intereses estadounidenses”, agregó Kipper. (FIN/IPS/tra- en/gb/mj/ip/02

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