El éxito del ultraderechista Jean Marie Le Pen en la primera vuelta electoral de Francia la semana pasada envalentonó a la extrema derecha de Gran Bretaña, que se apresta para los comicios municipales del próximo jueves.
Aunque el extremista Partido Nacional Británico (BNP) sólo presentará candidatos en 68 de los 5.878 distritos que renovarán autoridades, un aumento de su caudal electoral podría marcar el ascenso de la extrema derecha en Europa.
El BNP se siente inspirado por el fenómeno de Le Pen, quien con 17 por ciento de los votos obtuvo el pasaje al balotaje del próximo domingo en Francia, cuando enfrentará al actual presidente Jacques Chirac.
Consciente de su oportunidad, el BNP movilizó todos sus recursos en las ciudades del norte de Inglaterra, conmovidas en 2001 por los más graves enfrentamientos raciales ocurridos en Gran Bretaña en los últimos 20 años.
El BNP presentará 13 candidatos en Burnley y cinco en Oldham, las ciudades que presenciaron los choques más violentos.
Los dirigentes del partido aseguran que sólo esperan algunos pocos éxitos, pero para el gobernante Partido Laborista y los opositores Conservador y Liberal Demócrata, esos pocos pueden resultar demasiado.
Si los laboristas, los liberales o los tories (conservadores) obtienen un concejal más, nada cambiará. Pero si su voto ayuda al BNP a ganar en su distrito, la prensa izquierdista enloquecerá, dijo el líder derechista Nick Griffin en un mensaje electoral.
Buscábamos votos sobrantes para obtener varios escaños, pero la cuestión de Le Pen dio protagonismo a nuestras propuestas y sólo puede ser beneficioso, dijo Griffin a la cadena estatal británica BBC.
Griffin es un líder del mismo estilo que el francés. Para él, el holocausto que padecieron los judíos europeos durante la segunda guerra mundial no es más que la gran mistificación del siglo XX.
Griffin acusa a los medios de prensa propiedad de judíos de someter a sus lectores a la interminable dieta de basura multirracial, pro homosexual y antibritánica y llegó a reclamar que la extrema derecha se abriera paso con botas y puños bien dirigidos.
El presidente de la Comisión de Igualdad Racial, Gurbux Singh, instó en una carta a los tres principales partidos a conformar un frente unido contra le racismo, la xenofobia y la política de división que representa el BNP.
Al igual que Francia también nosotros afrontaremos el peligro de los grupos ultraderechistas que intentan capitalizar el clima político y la insatisfacción del ciudadano común con la política tradicional, dijo Singh.
Si los partidos no logran trabajar juntos, corren el riesgo de fracturar nuestra sociedad, profundizar la insatisfacción y la inquietud y, en el peor de los casos, llevar la violencia y el caos a nuestras calles, advirtió.
No obstante, laboristas, conservadores y liberales demócratas se negaron a retirar algunos de sus candidatos para evitar la división de los votos contrarios al BNP.
Ese hubiera sido el único camino eficaz, sostuvo el dirigente Abdur Rehman, de la Asociación de Bengalíes en Oldham.
No obstante, el BNP es un grupo electoralmente marginal, que sólo logró, en 1993, el triunfo del concejal Dereck Beackon en el distrito Tower Hamlets, en el este de Londres, una zona densamente poblada por inmigrantes bengalíes y británicos contrarios a la inmigración.
Pero si consigue tan sólo dos concejales, el BNP obtendrá una base sobre la cual construir.
En las elecciones generales del año pasado, el partido aprovechó las tensiones raciales. Griffin obtuvo 16,4 por ciento de los votos en los distritos centrales de Oldham West y Royton, mientras otros de sus candidatos lograron 11,2 por ciento en Oldham East, Saddleworth y Burnley, todos en el centro del país.
Las circunscripciones electorales de esos distritos le permitirían ahora ganar varios escaños en los respectivos concejos municipales, donde el apoyo popular parece haberse intensificado.
El parlamentario laborista Phil Woolas, de Oldham East, opinó que el BNP tiene posibilidades de obtener escaños.
Antes, ante la pregunta de qué iba a votar, la gente decía que a los laboristas o los liberal-demócratas, o sólo miraban al piso. Ahora, muchos te miran directo a los ojos y te dicen que votarán al BNP, dijo.
Cerca de 11 por ciento de los 219.000 habitantes de la ciudad de Oldham pertenecen a minorías étnicas.
También en Burnley aumentó el apoyo al BNP. Las cifras de Burnley son un motivo de mayor preocupación, dijo un portavoz de la Liga Antinazi.
Entre los partidarios del BNP hay gente común de la que nunca se había conocido su tendencia a la extrema derecha, señaló, y no tanto miembros de grupos fascistas.
Además de Oldham y Burnley, el BNP también tiene candidatos en Bradford y Dewsbury -en el condado nororiental de Yorkshire-, en la central ciudad de Birmingham y en Tower Hamlets, en el este de Londres.
En Birmingham, el BNP presentará candidatos para el barrio de Tipton Green, donde obtuvo 23 por ciento de los votos en las elecciones locales de 2000. Esta vez, el partido basa su campaña en la detención en Afganistán de tres musulmanes procedentes de ese barrio, acusados de terrorismo.
Al igual que en Francia, se teme que una baja participación electoral ayude a los candidatos de extrema derecha, sólo que en Gran Bretaña la abstención suele ser mucho mayor que en ese país.
Los partidos franceses se quejaron de que cerca de 27 por ciento de los ciudadanos se abstuvieron de votar en la primera ronda, pero en Gran Bretaña apenas un promedio de 25 por ciento vota en los comicios locales.
Cuanto más baja sea la participación, más probable será que los fascistas ganen las elecciones locales, advirtió el ministro del Interior, David Blunkett.
Los tres principales partidos realizan una fuerte campaña a favor de sus respectivos candidatos, pero también por la participación electoral. (FIN/IPS/tra-en/ss/jrc/dc-mlm/ip/02