Altos dirigentes de instituciones internacionales discreparon del análisis de la organización humanitaria Oxfam sobre las inequidades del comercio mundial y los perjuicios que acarrea a los países en desarrollo.
La organización no gubernamental sostiene en un informe denominado Comercio con Justicia que las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) relegan a la miseria a las áreas pobres del mundo y a los países en desarrollo.
El sistema mundial de comercio está repleto de hipocresía y de reglas amañadas que benefician a los países ricos y a las compañías transnacionales a expensas de los pobres, sintetizó este jueves Penny Fowler, coautora del estudio de Oxfam.
Pero el director general de la OMC, el neocelandés Mike Moore, se apresuró a refutar el informe con el argumento de que contiene omisiones y errores.
Por su parte, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, compartió el diagnóstico de Oxfam en la parte que se refiere a las distorsiones del actual régimen de comercio.
Pero Annan discrepó con las críticas de la organización humanitaria respecto de las perspectivas de la nueva ronda de negociaciones comerciales lanzada en noviembre pasado en Doha, la capital de Qatar.
Oxfam sostiene que en la conferencia ministerial de Doha los gobiernos de los países ricos mostraron su incapacidad para aprender de sus propios errores.
Aunque proclamaron su compromiso con una nueva ronda de negociaciones comerciales centrada en el desarrollo, siguieron haciendo lo mismo, afirma.
Los vagos compromisos de Doha para mejorar el acceso a los mercados no se han traducido en una estrategia que conduzca a cambios reales. La credibilidad ya escasa del sistema multilateral está llegando a un punto de ruptura, advierte.
Esa visión contrasta con el optimismo del mensaje del secretario de la ONU, que atribuye un gran porvenir al nuevo programa de negociaciones ya iniciado en la OMC.
Annan aconsejó no desperdiciar la oportunidad que ofrecen las actuales negociaciones para abordar las necesidades específicas de los países en desarrollo y construir un sistema multilateral de comercio justo, basado en normas y previsible.
El mensaje de Annan fue leído por el subsecretario general de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), Carlos Fortín, durante la presentación del informe de Oxfam este jueves en Ginebra.
El estudio de Oxfam servirá de fundamento a una campaña que la organización realizará en todo el mundo durante los próximos tres años, en coincidencia con el periodo de las principales negociaciones en la OMC.
Oxfam se propone producir un gran clamor mundial para respaldar la campaña que persigue cambiar las normas del sistema multilateral a fin de liberar el potencial del comercio para reducir la pobreza.
La organización no gubernamental, originaria de Gran Bretaña, se declara en el fondo partidaria del comercio. Un aumento del comercio, opina, no reduce de forma automática la pobreza.
Sin embargo, cuando el comercio va acompañado de políticas económicas eficaces y de estrategias de reducción de la pobreza, puede actuar como una poderosa fuerza de cambio, argumenta.
Este enfoque de Oxfam fue súbitamente replicado por Anuradha Mittal, codirectora de Food First, un centro de investigaciones sobre políticas de alimentos y de desarrollo con sede en la occidental ciudad estadounidense de Oakland.
Mittal interpretó que la campaña de Oxfam se funda en un llamado a incrementar la liberalización del comercio, principio al cual se oponen numerosos gobiernos de países en desarrollo y organizaciones de la sociedad civil.
La codirectora de Food First estima que el informe de Oxfam sostiene que los países en desarrollo necesitan más mundialización. En eso coincide con la posición del Representante Comercial de Estados Unidos, con la Unión Europea y con la OMC.
Oxfam, una de las organizaciones líderes en seguridad alimentaria, ha elegido debilitar las demandas de movimientos sociales y centros de investigación del Sur que pretenden poner fin a la pobreza a través de un movimiento mundial de ciudadanos favorable a la justicia económica y social, lamentó la economista.
Entre esos grupos sociales, Mittal cita a Vía Campesina, el brasileño Movimiento de los Sin Tierras, la Red del Tercer Mundo, Focus on the Global South y Africa Trade Network.
Desde otra vertiente, el director de la OMC critica a Oxfam por omitir referirse a las disposiciones adoptadas por la esa organización multilateral para colaborar con los países en desarrollo.
Mike Moore se declara sorprendido de que Oxfam ignore el hecho de que la OMC haya aumentado substancialmente los recursos disponibles para prestar asistencia técnica a los países en desarrollo.
En su estudio, Oxfam menciona que las normas de la OMC, como las de propiedad intelectual, protegen los intereses de los países ricos y de las poderosas compañías transnacionales, mientras imponen elevados costos a los países pobres.
El trabajo cuestiona también al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial y les reclama que dejen de presionar a los países pobres para que abran sus mercados a una velocidad peligrosa.
El embajador de Brasil, Luiz Felipe de Seixas Correa, dijo durante la presentación del informe que el aporte de Oxfam puede crear condiciones para que el comercio se transforme de manera efectiva en un motor de reducción de la pobreza. (FIN/IPS/pc/dm/dv/02