CUBA-MEXICO: Prueba de fuego para las relaciones diplomáticas

Las relaciones diplomáticas entre Cuba y México pasan por el peor momento de su historia y su futuro parece depender ahora de decisiones del presidente mexicano Vicente Fox.

”Por decir estas verdades, las relaciones diplomáticas se podrán romper, pero los vínculos formales e históricos entre los pueblos de México y Cuba serán eternos”, afirmó el lunes de noche el presidente de Cuba, Fidel Castro.

El mandatario cubano convocó de manera extraordinaria a la prensa local y extranjera para realizar una declaración política en la que difundió la grabación de una conversación privada con Fox, mantenida días antes de viajar en marzo a México para asistir a la Conferencia sobre Financiación del Desarrollo.

”Si se probara que tal conversación no tuvo lugar nunca y que éstas no son las palabras del presidente Fox, me comprometo a renunciar de inmediato a todos mis cargos y responsabilidades” en el gobierno cubano, afirmó Castro.

”No tendría cara para seguir dirigiendo este país”, concluyó el mandatario en una intervención especial que fue transmitida en vivo por la televisión estatal.

En un gesto sin precedentes, Castro leyó y analizó una conversación telefónica con Fox y, para quien tuviera dudas, reprodujo la grabación de la misma y entregó copias del diálogo a la prensa.

México respondió de inmediato. Una declaración del gobierno de Fox consideró la misma noche del lunes una ofensa las revelaciones de Castro, pero aseguró que las relaciones diplomáticas se mantendrán, ”independientemente de anécdotas y episodios como éste”.

El texto de la declaración de Castro apareció este martes de manera íntegra en la prensa cubana, junto al anuncio de la próxima transmisión por la televisión de una mesa redonda sobre ”la tensa y dramática situación” en las relaciones entre Cuba y México.

Castro rompió así el silencio que mantenía luego de su abrupta retirada el 21 de marzo de la Conferencia sobre Financiación del Desarrollo, realizada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la nororiental ciudad mexicana de Monterrey.

Asimismo, el presidente demostró que su gobierno está decidido a hacer cualquier cosa para demostrar ”su verdad”, más cuando se trata de las relaciones con ”un país hermano”, como México.

Según la grabación presentada por Cuba, Fox solicitó insistentemente a Castro que limitara su presencia en la conferencia de la ONU a un solo día para no causar problemas.

Además de ese gesto, Fox, quien según La Habana habría sido ”arrastrado” por su canciller Jorge Castañeda en su ”descocada aventura”, también le pidió a Castro que se abstuviera de ”agredir” a Estados Unidos o a su presidente, George W. Bush.

”Primero, antes que nada, quisiera decirte que esta conversación sea privada, entre tú y yo, ¿estás de acuerdo?”, se escucha decir a Fox al comienzo del diálogo telefónico con su par cubano.

En una rápida reacción, el gobierno de México consideró ”inaceptable que las autoridades cubanas hayan violado la privacidad de la conversación entre ambos mandatarios, rompiendo con ello un acuerdo de confianza y de buena fe”.

El texto mexicano añade que, como la conversación lo demuestra, el presidente de Cuba ”aceptó las modalidades de participación convenidas” y que ”México no recibió sugerencia o presión alguna que condicionara la participación” de Castro.

”El Presidente Fox se limitó a pedirle a su contraparte cubana la mínima cortesía para con los demás invitados, del mismo modo que solicitó a los otros participantes la misma cortesía para con el presidente cubano”, añade el comunicado.

Las causas del retiro de Castro de Monterrey fueron atribuidas en ese momento por el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, a una solicitud de altos funcionarios del gobierno de México, ante presiones realizadas por Estados Unidos.

Pero tanto Fox como Castañeda desmintieron a Pérez Roque en varias declaraciones posteriores a la conferencia de Monterrey.

Castañeda dijo el 21 de marzo que ”no hubo ninguna presión, influencia, gestión, solicitud, sugerencia o insinuación” del gobierno de México a Castro para que ajustara su agenda.

Por su parte, Fox declaró al diario mexicano La Jornada que ”Castro estuvo aquí en Monterrey, participó en el congreso, en la reunión de la Conferencia de las Naciones Unidas, y después decidió irse. Nadie lo obligó a irse”.

Castro apuntó en sus declaraciones del lunes que, en ese marco, ”Bush afirmaba beatíficamente que Estados Unidos no había ejercido presión alguna sobre México”.

”Todos mentían a diestra y siniestra”, señaló.

”Si Castañeda hubiese abierto el diccionario de sinónimos donde debía se habría encontrado con que mentir equivale a: engañar, embustir, trapalear, embrollar, tramar, faltar a la verdad, novelar, falsificar…”, agregó con ironía.

El diario oficial cubano Granma había advertido en una editorial publicada el 26 de marzo que La Habana tenía ”pruebas irrebatibles” y que si se abstenía de usarlas era para no perjudicar a México, lesionar su prestigio o crear una desestabilización interna.

El presidente cubano también aseguró que México habría pretendido ”comprar” su silencio sobre lo ocurrido en Monterrey al ofrecerle asumir los compromisos de suministro de petróleo de Venezuela, en medio del frustrado golpe de Estado del 11 de este mes contra el presidente de ese país, Hugo Chávez.

La historia tuvo su colofón para el presidente cubano el día 15, cuando un comunicado oficial del gobierno de Fox anunció su apoyo a una resolución crítica sobre Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.

El texto presentado por Uruguay y aprobado por 23 votos a favor, 21 en contra y 9 abstenciones el día 19 fue, según La Habana, ”cocinado” por Washington, con la activa participación desde un inicio de Castañeda.

El canciller mexicano le había indicado a su par Pérez Roque, durante la visita de Fox a la isla el 3 y el 4 de febrero, que México no auspiciaría, promovería o apoyaría ninguna moción contra Cuba en Ginebra.

Sin embargo, la resolución aprobada este año en la ONU no incluye una condena, aclaró México. ”Se trata de una propuesta positiva a favor de los derechos humanos y se trata también de un señalamiento sobre los asuntos del bloqueo” o embargo de Estados Unidos contra la isla”, dijo Fox.

Pero el texto aprobado en la Comisión fue tajantemente rechazado por el gobierno de Castro, que no acepta la propuesta del envío a este país de un representante de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson.

”La promesa de no auspiciar, promover, ni apoyar una resolución contra Cuba, tanto de Castañeda como del presidente Fox durante su visita a Cuba, ha sido vilmente traicionada”, afirmó Castro, en un intento de explicar los motivos para su revelación de este lunes.

Pero las autoridades mexicanas respondieron que ”el único gobierno que ejerció presión sobre México para determinar su voto en Ginebra sobre la situación de los derechos humanos en Cuba, fue La Habana”.

”Los términos de la relación entre México y Cuba son determinados exclusivamente por los mexicanos. Es inadmisible que el gobierno de La Habana siga buscando inmiscuirse en debates internos de nuestro país, que sólo competen a los mexicanos”, agrega la declaración.

México fue el único país de América Latina que no rompió relaciones con Cuba tras el triunfo de la Revolución Cubana, el 1 de enero de 1959.

Las tensiones comenzaron a aflorar en abril del año pasado, cuando Pérez Roque acusó a Castañeda de gestionar ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU una posición de censura contra La Habana, pese a que la posición de su gobierno era la abstención. (FIN/IPS/da/dm/ip/02

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